Por El Mercurio / GDA El uso de suplementos vitamínicos está muy extendido debido a la creencia popular de que pueden ayudar a prevenir enfermedades. Sin embargo, varios estudios científicos de distintas partes del mundo desmontan esa idea. El más reciente se publicó recientemente en la prestigiosa revista Annals of Internal Medicine.
La investigación, realizada por científicos de la Universidad West Virginia, e Estados Unidos, consistió en el análisis de 277 ensayos clínicos en los que se había medido el beneficio de los suplementos vitamínicos en la salud cardiovascular de más de un millón de personas.
En sus conclusiones, los autores apuntan que, sorprendentemente, hay pocas pruebas de que los suplementos vitamínicos protejan al corazón.
Entre aquellos que no mostraron evidencia se encontraban las vitaminas A, B, C, D y E, así como el betacaroteno, el calcio, el hierro, los antioxidantes y las multivitaminas. Solo el ácido fólico y los ácidos grasos omega-3 -que se encuentran en el aceite de pescado- mostraron algunos beneficios. Pero, incluso en este caso, dijeron los autores, la evidencia era bastante débil.
Además, el grupo encontró que el consumo combinado de compuestos con vitaminas puede ser perjudicial. Así, tomar calcio con vitamina D aumentó el riesgo general de accidente cerebrovascular.
"Posiblemente porque aumenta la coagulación de la sangre y el endurecimiento de las arterias", indicaron.
Sin beneficios
"Este estudio refuerza la idea de que los suplementos nutricionales no tendrían un rol en proteger la salud cardiovascular, algo que los médicos sabemos", dice Gonzalo Martínez, cardiólogo.
"En términos generales, ninguna suplementación debiera ser capaz de reemplazar una dieta adecuada, y ahí es donde deberíamos poner énfasis. (...) más que en el uso de suplementos", dice.
El tema ha sido ampliamente estudiado. De hecho, ya en 2013, un editorial publicado en Annals of Internal Medicine advertía: "Es suficiente: dejen de gastar dinero en suplementos vitamínicos". Entonces la nota se basó en varios estudios que no habían encontrado beneficios de su consumo a nivel cognitivo.
Y más recientemente, en abril de este año, especialistas de la Universidad de Tufts, en Estados Unidos, publicaron una investigación en la cual encontraron que tomar vitaminas A y K, magnesio, zinc y cobre no tenía ningún efecto sobre la mortalidad. Esto, después de haber estudiado a 31,000 adultos. En cambio, tomar más de mil miligramos al día de calcio se asoció con riesgo de cáncer.
A eso se suma otro estudio publicado en febrero de este año por la Universidad Pompeu Fabra (España), el cual concluyó que la ingesta regular de vitamina D no tiene una incidencia positiva en la prevención de fracturas.
Un sueño
"Es algo que a los médicos nos hace mucho sentido", dice Sergio Bozzo, médico internista. "En décadas pasadas había muchos problemas de salud que se debían a déficit de micronutrientes, y la gente aprendió que con vitaminas se mejoraba, pero ya no es así", comenta el doctor.
De acuerdo a la evidencia, dice, el consumo preventivo de suplementos vitamínicos no está justificado.
"Actualmente, son bien puntuales sus roles. Son asociadas a poblaciones específicas que tienen déficit (ver recuadro), y en los cuerpos que no son un aporte, el organismo las desecha por la orina", explica Bozzo.
Y puntualiza: "Los problemas de salud del mundo moderno son por excesos, pero aún existe el sueño de que las vitaminas ayudan a mejorar cosas".
¿Quién las necesita?
Las embarazadas, los lactantes y los adultos mayores con déficit de algunas vitaminas podrían beneficiarse de suplementos nutricionales, dice el doctor Sergio Bozzo.
"Pero deben estar indicados por un médico", advierte. En población sana, es suficiente una dieta equilibrada y variada para obtener las vitaminas necesarias para una salud adecuada, aseguran los médicos.
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