Allí los niños tienen que asimilar la clase en un ambiente de desesperanza, hacinamiento y promiscuidad.
Pero peor aún, el desayuno escolar pocas veces les llega, dijo con amargura Raisa Merán Sarita, una madre que tiene estudiando en el “corral (convertido en escuela) a dos niños, una de ocho y otro de seis.
El fotoreportero José Manuel Castillo, nativo de esa comunidad y quien vive desde hace años en Santiago, con tristeza, impotencia y amargura tomó varias de las imágenes.
“La situación que viven los estudiantes de este paraje de Loma de Yerba es vergonzosa, pone en entredicho la sensibilidad y voluntad de los responsables en materia educativa del Estado en Gaspar Hernández”, dijo Castillo.
“Se debe tener en cuenta que no es lo mismo enseñar y aprender en un ambiente confortable que en un aula con humedad, sin ventanas, con techos agujereados y las paredes de palos, como si no fueran personas que estuvieran educando; sino animales en un corralito”, anotó.
¿Donde están los funcionarios del Estado y los del Distrito de Educación?, se preguntó el comunicador, que hizo sus primeros estudios en ese paraje.
“No les parece inaudito que en pleno siglo 21 esto se esté viendo”, siguió preguntándose José Manuel Castillo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario