Los investigadores crearon la hipótesis de que el café, de alguna forma afecta el tejido epitelial que recubre el estómago y el intestino delgado. Sin embargo, también se sigue de cerca la naturaleza ácida del café, lo que hace que el estómago secrete más ácido gástrico de lo habitual. Este aumento de la acidez puede causar que el estómago procese sus contenidos más rápidamente en nuestros intestinos, lo que podría ayudar a explicar por qué el café parece acelerar el proceso digestivo.
Pero el café también tiene un impacto en nuestro propio intestino. Se demostró que aumenta los niveles de dos hormonas en nuestro torrente sanguíneo llamadas gastrina y colecistoquinina, que ayudan a procesar los residuos de nuestros cuerpos. La gastrina promueve la relajación y la contracción de los músculos que empujan los desechos fuera, y la colecistoquinina provoca la liberación de enzimas digestivas y bilis que regulan el proceso.
Sin embargo, a pesar de que los científicos entienden este mecanismo, todavía no están seguros de cuál de los cerca de 1.000 compuestos dentro del café está causando este efecto.
El doctor Satish Rao, director del centro de salud digestiva de la Universidad Georgia Regents, recomienda esperar unas dos horas después de despertarnos para disfrutar de ese humeante café. Esto le daría al colon suficiente tiempo como para calmar su actividad matutina, naturalmente elevada. Fuente: http://tn.com.ar
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