Menos es más, simplificar tu vida puede hacerte más feliz

Por Camile Roldán Soto/ elnuevodia.com
Lo escribió Ernest Hemingway: “el hombre que ha empezado a vivir más seriamente por dentro, empieza a vivir más sencillamente por fuera”.
¿Cuánta sabiduría encierra esta frase? ¿Será la simplicidad un mecanismo para hallar felicidad?
En la introducción de su libro A simple life, Elaine St. James, propone que sí. Junto a su esposo, la autora narra como se empeñó en construir una vida basada en la filosofía ochentosa de más es mejor. Hasta que un día concluyó que la casa enorme, los carros caros y el montón de pertenencias solo contribuían a complicar su existencia.
El matrimonio invertía mucho tiempo y energía en ganar lo suficiente para tener muchas cosas, pero no las disfrutaban por falta de tiempo o porque realmente no les complacían.
Vendieron el bote, se mudaron a otra ciudad, reformularon sus hábitos de consumo y cambiaron de profesión, por mencionar sólo algunos cambios que hicieron.
Pero simplificar la vida no involucra meramente el aspecto material, explica la psicóloga Liggia Chiqués.
“Es darle mayor importancia a las cosas que te traen bienestar, como tomarte una batida de frutas o dar un paseo en la naturaleza con tus nietos o tus hijos. Esas actividades son las que llenan el alma pero el diario vivir tan ajetreado a veces dificulta llevarlas a cabo”, afirma la psicóloga.

Tus prioridades
El ajetreo es un factor que impide a las personas organizarse para vivir de manera más sencilla. Pero lo más que complica a muchos es pensar, erróneamente, que necesitan hacer o tener ciertas cosas para estar bien. Estas son las llamadas necesidades creadas.
No se puede pasar por alto que lo que para una persona puede ser simple, para otra puede resultar complicada. Y ofrece el ejemplo de los regalos de Navidad, que ella y su marido decidieron descartar.
Así es que la simplicidad no se logra con imposiciones uniformes. Cada persona o familia debe establecer cómo la logra, tomando en cuenta su situación actual, expectativas y prioridades.
Chiqués recomienda comenzar por establecer cuáles son tus prioridades y, a partir de éstas, comenzar a buscar alternativas para descartar lo innecesario, desde deudas a compromisos sociales.
Considerar en qué inviertes el tiempo también es importante. Para James, evaluar este aspecto de su vida fue una alerta. Se dio cuenta de la cantidad de horas que empleaba en hacer cosas o estar con personas que realmente no le complacían.
Sea cual sea la estrategia de decidas emplear para simplificar tu vida, la ganancia será enorme, plantea Chiqués.
Sencillamente, “libera”.
Por dónde empezar
•Haz una lista de esas cosas básicas (espirituales y materiales) que te complacen.
•Evalúa tu lista y reflexiona ¿qué cosas de verdad necesitas tener o hacer para sentirte feliz?.
•Echa una mirada a tus finanzas. ¿cuántos gastos innecesarios haces constantemente?, ¿cuántas cosas compras sin realmente necesitarlas?.
•Reflexiona sobre tus relaciones. ¿Quienes son esas personas que le suman a tu vida? ¿quiénes le restan?.
•Elimina deudas innecesarias.
•Considera modificar tus expectativas laborales, personales o económicas.

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