Cuatro elementos para destacar tu potencial erótico

Atracción al que nadie, especialmente el sexo opuesto, puede resistirse
Ser un buen amante es primordial y un punto a favor de las personas.
Por Cynthia Sánchez / El Universal, México / GDA
¿Sabes cuánto capital erótico posees? Fue la socióloga británica Catherine Hakim quien escribió el libro Capital erótico. El poder de fascinar a los demás; el cual, de acuerdo con sus propias palabras, es "una mezcla nebulosa, pero determinante de belleza, atractivo sexual, cuidado de la imagen y aptitudes sociales, una amalgama de atractivo físico y social que hace que determinados hombres y mujeres resulten atractivos para todos los miembros de la sociedad, especialmente los del sexo opuesto"; así lo publica lanacion.com.ar.
Lo que la autora señala respecto a las personas que poseen un elevado capital erótico, es que los beneficios obtenidos son evidentes en todos los órdenes de la vida, desde la hospitalidad preferencial que reciben desde la infancia, pasando por mejores empleos y salarios, hasta un trato inclinado a la indulgencia por los jurados en los juicios.
Destaca que es más probable que las personas con un buen capital erótico asciendan socialmente más rápido gracias al poder de sus encantos. Algunos ejemplos de esto en la vida son las plebeyas que llegaron a la realeza, desde Grace Kelly hasta Lady Di; Máxima de Holanda y ahora Kate Middleton al casarse con el príncipe William, todas ellas poseedoras de grandes cantidades de capital erótico.
Hakim sostiene que el capital erótico es un don tan valioso y esquivo que, por ejemplo, es posible que un poderoso empresario o una estrella del deporte, busque adquirirlo casándose con una bella modelo. O, ¿no es verdad que la imagen de Katie Homes cambió por completo al casarse con Tom Cruise? Y es que la autora señala que el capital erótico puede intercambiarse como si se tratara de dinero.
Además, menciona que el involucrarse con una persona con alto capital erótico es el mecanismo para filtrar activos benéficos a futuras generaciones. Casi de forma darwiniana, se busca incorporar los dones de la belleza y el encanto para mejorar la raza, pues el dinero no puede hacerlo.
Para identificar quién posee un capital erótico, la autora describe 6 aspectos fundamentales:
Belleza - Se trata de un elemento central. Muchos nacen con este atributo y otros lo logran con cuidado y estilo. En la actualidad, según algunos estudios, el convencionalismo, la simetría y la homogeneidad de la piel contribuyen para determinar si una persona es bella o no.
Atractivo sexual - No necesariamente está relacionado con la belleza. Puede residir en la forma de hablar, moverse y actuar.
Atractivo social - Es la facultad de caer bien a las demás personas. La gracia, el encanto, la coquetería son dones de alto valor social que hacen que los demás estén contentos con tu presencia.
Vitalidad - Es la mezcla perfecta entre buena forma física, energía social y buen humor; ya que las personas vitales resultan más atractivas, pues son asociadas con un buen estado de ánimo.
Cuidado personal - El modo de vestir, maquillarse, peinarse; así como perfumes, joyas y otros accesorios son importantes. A través de ellos se puede anunciar el estatus social y el estilo que se posee.
Energía sexual - La sexualidad es parte fundamental de la vida, es por ello que ser un buen amante es primordial y un punto a favor de las personas.
Fertilidad - En algunas culturas, la fertilidad es un elemento más del capital erótico femenino.
En el ámbito sexual, Hakim menciona que las mujeres tiene ventaja sobre los hombres: "Las encuestas demuestran que la necesidad de actividad sexual y diversión erótica de todo tipo entre los hombres supera con mucho el interés de las mujeres por el sexo (...) este desequilibrio eleva automáticamente el valor del capital erótico de las mujeres y puede conferir a estas últimas una ventaja en las relaciones sociales con los hombres, siempre que se den cuenta de ello".
No obstante, la autora acusa a las feministas de perjudicar a las mujeres al fomentar un comportamiento irracional que subestima el capital erótico femenino y prefiere la ponderación de otros capitales (como el cultural, por ejemplo). El dilema feminista que presenta como opciones "belleza o inteligencia" no sólo es una falacia con graves consecuencias para las mujeres, sino que socava aquello que pretende fortalecer: el verdadero poder femenino no prospera devaluando el capital erótico, sino exhibiéndolo y aprovechándolo.
También apunta que la mayoría de las personas lo asocian con la belleza, sin embargo, Hakim insiste en que es un activo esencialmente adquirido, en donde la belleza es un componente importante, pero no definitivo.
El capital erótico surge de la valoración y combinación de atributos en donde la personalidad, la simpatía, la indumentaria, la seguridad al hablar y moverse, son iguales o más importantes que la armonía del rostro.
"Belle laide, una mujer fea que se vuelve atractiva gracias al acierto con que cuida su imagen y su estilo. Ponerse en forma, mejorar la postura, llevar colores y formas favorecedoras, elegir un corte de pelo y ropa adecuados, son cambios que pueden conformar un look completamente nuevo", señala.
Teniendo un buen capital erótico, Hakim menciona que éste se puede cambiar por una ubicación privilegiada en la sociedad, como el patrimonio, los créditos académicos y los mejores contactos sociales.

No hay comentarios.: