A la cárcel si no registras el móvil en Kenia

ABC.ES/EDUARDO S. MOLANO / CORRESPONSAL EN NAIROBI
El Gobierno anuncia multas de hasta 2.700 euros y tres años de cárcel para aquellos usuarios que no censen sus líneas Cual futuro postapocalíptico, Joseph Akeyo camina ajeno a su delincuencia potencial. Aunque el delito quizá no sea del todo pérfido: Contar con una línea de teléfono móvil no registrada.

Como Akeyo, los usuarios que no censen su línea de teléfono móvil en Kenia antes de este fin de semana (más de seis millones de «malhechores», según la industria) se enfrentan -al margen de la desconexión- a multas de hasta 300.000 chelines, cerca de 2.700 euros, así como a penas de tres años de cárcel. «No tengo tiempo, las aglomeraciones son terribles», destaca a ABC este joven, quien rehuye las últimas amenazas del Ministerio de Información y Comunicaciones keniano.
En palabras de Bitange Ndemo, secretario permanente de la propia administración, la medida (cuya fecha límite marcaba el pasado 31 de diciembre, pero que finalmente fue extendida una semana) pretende reducir el fraude, así como la anónima incitación al odio racial de cara a las elecciones presidenciales del próximo mes de marzo.
Una situación que está provocando no serios quebraderos de cabeza a la industria. Por ejemplo, Safaricom, principal compañía de comunicaciones del país y quien cuenta con hasta 2,9 millones de usuarios sin censar, reconoce su «saturación» ante los acontecimientos. Mientras, la Federación de Consumidores del país (Cofek) condena lo excesivo de las penas.
Sobre todo, por la importancia operativa de las líneas móviles en la región. Y no solo se trata de llamadas.

El efecto M-Pesa

En la actualidad, cerca del 80% de la población adulta del África subsahariana (325 millones) no dispone de cuenta bancaria. Carencia que contribuyen a soliviantar servicios como el keniano M-Pesa, que permite a sus clientes realizar transacciones financieras por teléfono.
Desarrollado en 2007 por Safaricom, M-Pesa (del swahili «Pesa», dinero) es el máximo exponente de la creatividad tecnológica que experimenta el sector financiero africano. Sobre todo, en un país como Kenia, que pese a contar con un índice de analfabetismo del 28%, dispone de más de 24 millones de teléfonos móviles.
Precisamente es la absoluta sencillez y su accesibilidad (el servicio cuenta con más de 17 millones de clientes, más de un tercio de la población del país), la principal virtud de M-Pesa. Para comenzar a utilizar este servicio, tan sólo es necesario registrarse en cualquiera de los más de 27.000 puntos de venta autorizados que Safaricom dispone en el país, así como proporcionar un número de teléfono móvil.
Finalizado el proceso (totalmente gratuito), el usuario podrá desde ingresar dinero en su «cuenta virtual» a enviar fondos a otros usuarios mediante SMS, pasando por el pago de facturas o servicios. Todo ello, en una red mercantil que no se limita tan sólo a Kenia, sino que incluye Tanzania, Reino Unido o Sudáfrica.
Es por ello que el excesivo «castigo» a la población resulta del todo sangrante. A pesar de no ser el primer caso.
El pasado diciembre, el Gobierno de Nairobi aprobaba las nuevas medidas de tráfico. En ellas, por ejemplo, se penaba con hasta diez años de cárcel la conducción sin licencia o con tres meses la utilización de estaciones de servicio para realizar adelantamientos.
Aunque más preocupante resulte otro dato: En 2011, el Barómetro Global de la Corrupción -una encuesta realizada entre más de 91.000 personas en 86 países- denunciaba que el 92% de los kenianos consideraba a la Policía una organización «corrupta».

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