Pasión y muerte de Whitney Houston

«Quería ver a Jesús», aseguran los amigos de la diva del pop. Hoy los suyos se despiden de ella, mientras se disputan su fabulosa fortuna. ANGÉLICA MARTÍNEZ / LOS ÁNGELES
La noche del jueves 9 de febrero, Whitney Houston abandonaba el club Tru Hollywood con la mirada perdida y el paso vacilante, mientras por una de sus piernas corría un hilillo de sangre. Apoyada en alguien de su familia, y seguida del rapero Ray J, con quien había retomado su relación sentimental, comenzó a gritar a uno de sus acompañantes ante la presencia de numerosos testigos. Pese a sus evidentes síntomas de intoxicación, no perdió su compostura de estrella y firmó autógrafos a diestro y siniestro antes de introducirse en el interior de un monovolumen donde le esperaba su hija, Bobbi Kristina. Fue la última vez que se la vio en público. Dos días después, apareció muerta en la bañera de su habitación del Beverly Hilton Hotel. Se estaba preparando para actuar en la gala de los Grammy. Jamás llegó a su destino.
La desaparición de Whitney Houston ha sumido a famosos y médicos del área de Berverly Hills en un estado de pánico. Es, al cabo, la última en la extensa lista de celebridades cuyo cuerpo sin vida yacía junto a numerosos botes de pastillas contra la ansiedad. Michael Jackson, Heath Ledger, Brittany Murphy o Anna Nicole Smith fallecieron en similares circunstancias. Pero el caso de Whitney ha sorprendido especialmente, pues en el entorno de la artista se asegura que abandonó las drogas en mayo de 2011, cuando realizó su última visita a un centro de rehabilitación de Atlanta.
Las dos últimas décadas de su vida fueron una lucha constante contra sus adicciones. Marihuana y cocaína», confesó hace tres años en una entrevista con Oprah Winfrey. Al parecer, su descenso a los infiernos se inició tras casarse con el rapero Bobbi Brown (18 de julio de 1992), de quien se separó definitivamente en 2007. La pareja tuvo una hija, Bobbi Kristina Brown (18 años), quien ha sido adicta a la cocaína; es más, estuvo en el mismo centro de Atlanta junto a su madre.

Emocionalmente débil

Tras la muerte de la cantante muchos se preguntan qué pasará con Bobbi Kristina, quien en todo momento vivía pendiente de ella. En esta última semana, la joven ha sido hospitalizada en dos ocasiones por crisis de ansiedad. Emocionalmente débil, Krissi, como se la conoce en familia, se ha refugiado en su hermano, Nick Gordon (22 años), hijo adoptivo de Whitney y, en la actualidad, la persona más cercana a ella.
La familia Houston ultima los preparativos del funeral (hoy mismo, en la Iglesia Batipsta de la Nueva Esperanza, en Newark, Kevin Costner, su compañero en «El guardaespaldas», será el encargado de pronunciar el discurso), mientras intenta alejar a Bobbi Kristina de la influencia de su padre. Según parece, Bobbi Brown est interesado en la fortuna que su hija va a heredar: 20 millones de dólares, que, posiblemente, se verán aumentados en los próximos meses. Con cinco hijos a su cargo y dados sus «escasos» recursos en este momento, Brown se encuentra en una difícil situación económica. Cissy Houston, abuela de Krissi, se ha empeñado en alejar a Brown lo más posible. Está convencida de que él es el responsable del sufrimiento de su hija y su nieta. El rapero, consciente del profundo rencor que despierta entre los Houston, ha optado por mantenerse en silencio.

Ventas masivas

Entretanto, los admiradores de Whitney Houston demuestran su dolor mediante la compra de su música. Desde la muerte de la cantante las ventas de sus discos se dispararon en casi un 6.000 por cien. Según datos difundidos por Nielsen SoundScan, en los últimos siete días se han despachado más de 100.000 unidades de los álbumes de Houston, cuando la semana previa apenas habían alcanzado las 700. Su álbum de grandes éxitos se ha catapultado al número 6 del Top 200 del Billboard, con unas 64.000 copias vendidas, mientras que el sencillo «I will always love you» ha alcanzado las 195.000 reproducciones digitales. Dolly Parton, autora de la canción, es quien se está llevando todas las ganancias.
Lo máscurioso es que sus fans se han dado cuenta de que en Los Ángeles no hay una estrella en el Paseo de la Fama con el nombre de Whitney Houston donde colocar flores. Desde la Cámara de Comercio de Hollywood, que administra dicho paseo, se ha explicado que la cantante fue seleccionada en 1995, pero su representante nunca solicitó una fecha para la ceremonia. Por otro lado, la mansión de Nueva Jersey en la que residieron Whitney Houston y Bobby Brown ha salido a la venta por un precio inicial de 1.750.000 dólares, a través de la web inmobiliaria «CarProperty» y bajo el reclamo de ser de interés entre «coleccionistas y entusiastas del show-business».
«En los últimos tiempos Whitney se sentía muy espiritual. Quería ver a Jesús», dicen hoy algunos amigos. Para todos, se fue demasiado pronto.

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