El riesgo de cáncer en la niñez


Para descubrir cualquier anomalía es vital el cuidado pediátrico
Ileana Delgado / elnuevodia.com
Cuando un niño está en crecimiento, cualquier órgano está en riesgo de desarrollar un tumor sólido.
Así lo señala el oncólogo pediátrico Víctor M. Santana, médico ponceño que labora en el St. Jude Children’s Research Hospital, en Memphis, Tennessee, donde se especializa en el tratamiento e investigación de esas afecciones.
Una de las dificultades es que no hay unos factores obvios que se puedan relacionar al riesgo de los niños a desarrollar cán cer, contrario a lo que pasa con los adultos en los que se ha señalado el estilo de vida como un factor importante.
“En los adultos hay asociaciones, por ejemplo, entre fumar y el cáncer de pulmón o la dieta y el cáncer de colon. Pero en los niños no hay unas relaciones tan obvias que uno pueda determinar una causa. Así que muchos de los cánceres que vemos en la niñez los consideramos problemas del desarrollo; es decir, son órganos que se están desarrollando y por alguna razón, casi siempre por una lesión genética ad quirida, unas células dentro de ese órgano se convierten en cancerosas y se desarrolla un tumor”, explica Santana.
En cuanto a la incidencia de cáncer infantil, dice Santana, los niños puertorriqueños son muy similares a los norteamericanos y a los de países desarrollados. Por ejemplo, la leucemia o cáncer del sistema hematológico, son los más comunes. Mientras que los tumores de cerebro son la segunda causa más importante de cáncer en pediatría. Le siguen los tumores sólidos que pueden ocurrir en cualquier órgano del cuerpo.
Recomendaciones
Para el doctor Víctor M. Santana, es muy importante que los niños tengan siempre su cuidado pediátrico al día. De hecho, dice que muchos de los cánceres se descubren como eventos incidentales. Especialmente, por que casi nunca hay muchos síntomas o factores de riesgo.
“Muchas veces, en un examen físico es que el pediatra palpa algo, como una masa o siente que el hígado está agrandado. Por eso es importante que el médico esté atento a los síntomas y señales de cáncer infantil y pueda hacer un diagnóstico precoz porque mientras más temprano se descubre, mayor es la posibilidad de cura”, sostiene Santana.
El oncólogo también recomienda que si el pediatra identifica que existe la posibilidad de que un niño tiene un cáncer, haga un referido temprano a un hematólogo oncólogo para que recomiende los estudios necesarios para confirmar o negar el diagnóstico. “Además de referirlo a un centro de tratamiento que tenga todas especialidades que van a ayudar al niño”, agrega.
Algunos tumores sólidos
Neuroblastoma:
Es una forma de cáncer infantil que se forma en el tejido nervioso y que por lo general suele comenzar en las glándulas suprarrenales, ubicadas en la parte superior de los riñones. Pero también puede comenzar en el cuello, el pecho, la médula espinal o cualquier otra parte del cuerpo.
Según el doctor Víctor M. Santana, hay niños que nacen con este tumor y se les diagnostica en el momento del nacimiento, en los primeros meses o antes de los tres años. Sin embargo, muchas veces se diagnostican de manera incidental durante la evaluación médica de un traumatismo, una infección o por síntomas que se han ido acumulando. Pero siempre es importante, resalta Santana, que se detecte temprano. Los síntomas, generalmente, no son específicos. Entre ellos, Santana menciona náuseas y dolor abdominal. “Pero muchas veces se diagnostica como acidez estomacal, estreñimiento y no es hasta que los síntomas siguen acumulándose que se hace el diagnóstico de que puede ser una masa en el riñón o en el hígado”.

Retinoblastoma:
Es un cáncer de la retina que aparece con mayor frecuencia en los niños menores de 5 años de edad. El tumor puede estar situado en uno o en ambos ojos. En cerca del 50% puede ser ocasionado por mutaciones hereditarias. Entre los síntomas comunes se destaca que la pupila del ojo tiene aspecto blanco, los ojos parecen estar mirando en direcciones diferentes y dolor o enrojecimiento en el ojo.

Osteosarcoma:
Es el tumor óseo canceroso (maligno) más común en la juventud y la edad promedio de diagnóstico es a los 15 años. La incidencia de este tumor en niños y niñas es similar hasta finales de la adolescencia, etapa en la cual resultan afectados con mayor frecuencia los varones. Existe otro punto máximo de incidencia entre los adultos hacia los 60 y 70 años. En los niños, advierte el doctor Santana, el dolor que causa el tumor se puede confundir con dolores del crecimiento. “Por eso es que hay que estar pendiente de si los síntomas persisten y si hay otras señales, como hinchazón, el niño empieza a cojear o el dolor se intensifica. Son señales que indican que hay algo más serio”, resalta el oncólogo.
Tumores cerebrales:
Se encuentran en el segundo lugar de los cánceres más comunes en los niños, siguiendo a la leucemia. Estos tumores se diagnostican muy a menudo en niños de 3 a 8 años, pero pueden ocurrir a cualquier edad. Se presentan con un poco más de frecuencia en niños que en niñas. Los síntomas iniciales son dolores de cabeza, vómitos, visión borrosa, inflamación alrededor de un ojo (papiledema) y cambios de estado de ánimo.

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