Se seca el río de Jesús

El Jordán, escenario del bautismo del hijo de Dios, se ha convertido en un riachuelo sucio, contaminado y maloliente que corre serio riesgo de desaparecer este año

Anualmente, cerca de 800 mil cristianos viajan a Israel con la esperanza de poder, al menos, sumergir los pies en el mismo sitio donde Juan el Bautista mojó la frente de su primo, Jesús de Nazareth, mientras el cielo se abría sobre sus cabezas y el Espíritu Santo descendía sobre ellos en forma de paloma.

Pero esa expectativa se ve frustrada, ya que para acceder al lugar, en el curso inferior del río, cerca de Kasr Al Jahud, se requiere un permiso especial y una cita acordada con anticipación. Los visitantes deben contentarse con una parada en las orillas del río en cualquier otro lugar.

"En el año del señor 2011, el Jordán muere o resurge", dice el diario italiano Corriere Della Sera, en un informe sobre este tema.

Científicos y ambientalistas lo vienen anunciando hace tiempo, pero el año pasado, en una conferencia sobre el agua realizada en Aman, la capital jordana, lanzaron un verdadero grito de alarma.

El informe final de la reunión sostenía que Israel, Siria y Jordania desviaban alrededor del 98% del agua del Jordán. El director de la organización ambiental supraregional Friends of the Earth Middle East (FOEME), Gidon Bromberg, dijo a la agencia DPA que el Jordán tenía hasta 65 metros de ancho antes de la intervención del hombre en la década de 1930. "Hoy el nivel llega en algunos lugares apenas a los tobillos y hay que esforzarse para ver agua", alertó. Álamos, sauces y nutrias han desaparecido del lugar. "La diversidad de especies se redujo a la mitad", denunciaba Bromberg.

Efectivamente, la reducción del caudal del río es dramática. Unos 1.300 millones de metros cúbicos fluían anualmente por el Jordán hace 80 años. Hoy no supera los 100 millones, según denuncia el Corriere.

De acuerdo con los datos proporcionados por los ambientalistas en la reunión de Aman, son vertidas al río las aguas residuales (sin tratamiento) de 30 mil israelíes, 60 mil palestinos y 250 mil jordanos.

"Hemos lanzado la alarma 2011, porque éste podría ser verdaderamente el año de la agonía", dijo Mira Edelstein, de la sección israelí de FOEME, al diario italiano. "El Gobierno israelí está construyendo un depurador, luego de tanto tiempo. Por un lado está bien: basta de descargas fuera de la ley. Por el otro, es un riesgo: las aguas depuradas no serán restituidas al Jordán, sino destinadas a otros usos", agregó la ambientalista.

La principal dificultad para salvar al río radica en su carácter internacional en una zona conflictiva. El Jordán pertenece en su mayor parte a Jordania, Siria e Israel, pero también al Líbano y Palestina. Los jordanos se sienten rehenes de Siria -que controla el principal afluente, el Yarmuk- que a su vez acusa a los turcos, porque el Yarmuk depende del Éufrates. La Autoridad Palestina señala a los colonos israelíes por la irrigación, y dice que Israel vampiriza el 80% de recursos que son comunes. Los israelíes miran hacia Siria, que tiene la canilla del río.

Pero éste es sólo un tema más en la conflictiva agenda regional y difícilmente sea tratado con la urgencia que requiere.

Mientras sus depredadores no logran ponerse de acuerdo en una solución, el Jordán, que la Biblia describía como "rebosante", agoniza, exhausto y contaminado.

Si los hombres no actúan pronto, sólo quedará esperar que un milagro salve al río de Jesús.

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