Por Robert Vargas / Mi Opinión Martes, 27 de Julio de 2010 Ciudadoriental.com
Santo Domingo .- El policía que le rompió la costilla a Narciso, no solo es un criminal, sino también un cobarde, como su jefe. De algunas cosas está muy convencido Narciso Isa Conde: Estados Unidos y el presidente de Colombia, Alvaro Uribe, los quieren muerto, y cuanto más pronto sea, mejor.
Otra de la que ya está muy convencido es la de que el Jefe de la Policía dominicana, Guillermo Rafael Guzmán Fermín, ha logrado que una importante cantidad de sus subalternos, lo odien y también quieran asesinarle.
No es para menos, Narso, como le dicen sus amigos, y "Secre", como le dicen los otros amigos que le tratan con cariño, sigue más firme que nunca denunciando los crimenes que comete la Policía. Crimenes horrendo que son auspiciados por el actual Jefe policial, Guzmán Fermín, quien chorrea sangre por todas partes.
Esos policías que han sido influidos por la mentalidad criminal y asesina de su jefe son, además, cobardes. Extremadamente cobardes.
Por eso asesinan a gentes indefensas, los ejecutan y luego dicen que se trató de un "intercamnbio de disparos".
Son tan cobardes como aquel oficial que aprovechpó que aprovechó que Narso estaba sentado en las escalinatas del Teatro Nacional y llegó por detrás, por la espalda, como un vulgar cobarde y asesino, y le incrustó la bota en el costado izquierdo.
Fue tan fuerte el puntapie, que logró quebrarle una costilla.
Además de asesinos y torturadores, son cobardes.
A lo mejor "El Cirujano" propicia que lo asciendan por su valentía al golpear por la espalda.
Ese criminal conocía perfectamente el efecto de su acción sobre el cuerpo de un hombre que sobrepasa hace rato los 60 años.
Quizás ese oficial conoce de esas tecnicas policiales consistentes en dar batazos por la parte trasera de la cabeza de los interrogdos para hacerle brotar "los sesos" por la nariz a sus víctimas.
O sabe como golpear con las palmas de las manos sobre los oídos a los interrogados, mientras otros golpean con las macanas sobre las rodillas.
A lo mejor conoce aquella técnica de meterle a las mujeres una aguja por los pezones, o meterle a los "sospechosos" agujas entre las uñas y los dedos para que "confiesen".
Quizás es uno de esos "héroes" que sale a asesinar personas como parte del tenebroso y criminal "Equipo" de la Policía.
Quien sabe.
Lo que sí está claro es que, aunque se esté riendo, es un perfecto cobarde y un criminal, digno discípulo de
su jefe.
Narciso Isa Conde a duras penas puede acostarse. Cuando lo hace, padece terribles dolores para levantarse.
Si estornuda, siente que la costilla rota lo destroza.
Es más, ha tenido que tomar laxantes porque ni siquiera puede pujar cuando va al baño.
Aún así, Narciso Isa Conde está más firme que nunca. Seguirá denunciando los crímenes que comete la Policía y al narco estado dominicano .
El también sabe que está en la mira no solo de Uribe y Estados Unidos, sino también de sus socios asesinos dominicanos.
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