Entre más ganamos, más gastamos diganmelo a mi uno siempre adapta su presupuesto para enliarse mas

Cuando somos niños no somos económicamente autosuficientes y dependemos 100% de nuestros padres, prácticamente todo lo que necesitamos y queremos lo conseguimos a través de la generosidad de ellos.


Con el tiempo, empezamos a idear maneras para hacernos de un ingreso, quizás sea ésta la motivación para que muchos niños decidan poner una "tiendita" y vender dulces a sus vecinos o parientes.

Al llegar a la adolescencia, tomamos mayor consciencia del valor del dinero, es cuando surgen toda clase de ideas ingeniosas para hacernos de un ingreso adicional al dinero que nos dan nuestros padres.

Después llega el momento del primer trabajo o el primer negocio y es finalmente cuando comenzamos a ser económicamente más independientes. Cuando tenemos nuestro primer ingreso y podemos darnos el gusto de comprar lo que tanto deseábamos, experimentamos una gran satisfacción, hasta aquí todo bien.

El problema viene con el tiempo, cuando queremos más. Sucede que nos damos cuenta de que nuestro trabajo actual es insuficiente para cubrir nuestras necesidades, entonces buscamos algo mejor y cuando finalmente lo conseguimos, nos damos cuenta de que sigue siendo insuficiente. ¿Qué es lo que sucede?

Hay quienes afirman que entre más ganas, más gastas. Es decir, nuestras expectativas van en aumento, casi siempre es así. Somos ambiciosos y queremos más y más. De hecho, es bueno tener ambición, el problema es cuando la misma se vuelve perversa y entramos en un ciclo de insatisfacción permanente. En este sentido, lo importante sería plantearnos metas realistas y ajustar nuestras expectativas.

Necesitamos no sólo ganar más para gastar más, sino que precisamos aprender a ahorrar y mejor aún, necesitamos educarnos para hacer crecer nuestro dinero, es decir, invertirlo y reinvertirlo, ya que sólo así podremos mantener nuestro nivel de vida en el tiempo.

Sí, la mejor vía que tenemos para que nuestros ingresos no se hagan polvo es la inversión, resulta crucial que tengamos claro qué alternativas tenemos para invertir y qué riesgos conllevan las mismas.

No existe ninguna inversión que esté totalmente exenta de riesgo, pero en los negocios como en la vida tenemos que tomar riesgos. Bien dicen, el que no arriesga no gana.

Por ejemplo, si decidimos invertir en un negocio, existe el riesgo de que fracase, pero si por el contrario el mismo resulta exitoso, habremos logrado que nuestro dinero después de un cierto tiempo crezca.

Lo mismo sucede si invertimos en una propiedad con la intención de poder rentarla. Si logramos rentarla de forma inmediata y a lo largo del tiempo, habríamos hecho una buena inversión, pero si por el contrario, por cualquier motivo no logramos rentarla, estaríamos en presencia de una mala inversión.

Existe también otra posibilidad de invertir nuestros excedentes de manera muy sencilla, a través de un fondo de inversión. En los fondos, al igual que en cualquier otro tipo de inversión, también existen diversos riesgos.

Riesgos

Sin embargo, hay que recordar siempre que a mayor riesgo, mayor será el rendimiento esperado. Por ello, al invertir en un fondo debemos primero saber qué tan adversos al riesgo somos y buscar la opción más conveniente para nosotros.

Existen, en un lado del espectro, fondos de inversión con un nivel de riesgo muy bajo, ya que sólo invierten en papel gubernamental. En el otro lado del espectro existen fondos de alto riesgo, tal es el caso de los fondos de renta variable que son más volátiles, pero que a lo largo del tiempo suelen ofrecer mejores rendimientos.

Finalmente, si bien es cierto que entre más ganamos más gastamos, mi recomendación sería no sólo hacer crecer nuestro salario, sino que también deberíamos asimilar que hay que elevar nuestros ingresos a través de alguna inversión.

No importa por cuál inversión optemos, más bien deberíamos fijarnos cuál es el nivel de riesgo que estamos dispuestos a asumir en función de nuestro perfil y de la etapa de nuestra vida.

En suma, para consumir, primero tenemos que generar. Tengamos en todo lo que hagamos una visión amplia y de largo tiempo que nos traiga no sólo satisfacción, sino tranquilidad. Tomado de: Diario Antillano

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