El Ministerio de Economía de China reconoció que, a menos de dos semanas para que acabe el año, aún no gastó cerca de US$290 billones (US$290 millones de millones) previstos en los presupuestos de 2009.
Según las autoridades chinas, no es el primer año que esto ocurre, pero algunos críticos aseguran que la suma que ahora ha de gastarse (2 billones de yuan) es mucho mayor que en ejercicios anteriores.
Como explicó el editor de la BBC para China, Shirong Chen, los últimos informes sobre los presupuestos de 2009 (que incluían unos gastos totales de US$1.116 billones) han despertado un debate sobre cómo se gestionan las finanzas públicas en Pekín.
Por un lado, el Ministerio de Economía sostiene que la mayor parte del gasto público tiene lugar en los últimos trimestres del año, sobre todo porque deben financiar proyectos aprobados en marzo.
Eficiencia y prudencia
Sin embargo, algunos economistas lamentan que el gobierno esté olvidándose de los principios de eficiencia y prudencia a la hora de gastar el dinero pendiente. Según Chen, muchos creen que el gasto apresurado conducirá al despilfarro y a actividades ilegales.
Además, muchos chinos están preocupados por la situación de familias y pequeños negocios que carecen de apoyo financiero mientras miles de millones están en la despensa.
Según Cheng, la ausencia de transparencia en la manera en que se reparten los recursos haría temer que el dinero de los contribuyentes acabe financiando bonos y pagas extra a unos pocos privilegiados.
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