El periódico local señala que la estafa, que involucra a dominicanos y dominicanas que eran empleados importantes de sucursales bancarias de JP Morgan Chase y otras entidades, tenía su base en Puerto Rico, desde donde se utilizaban miles de números del Seguro Social para atribuirlos a personas a los que no correspondían y cobrar el dinero, estafando al gobierno norteamericano.
Entre los empleados bancarios, había varios gerentes que instruyeron a subalternos para que a través de un código, pagaran el dinero a los estafadores. El monto supera más de $2 mil millones de dólares, añade el Wall Street Journal. En la trama participaron ciudadanos de diferentes países de América Latina y la estafa se extendió durante más de 5 años. Aunque los fiscales han obtenido condenas que oscilan entre los 40 y 98 meses en la cárcel, el periódico sostiene que todavía no han dado con parte de los principales cabecillas.
Wall Street Journal dijo que varias reuniones se llevaron a cabo en la República Dominicana y entre octubre del 2010 y junio del 2011, el IRS desembolsó más de $5.6 mil millones para pagar a los estafadores. Los últimos envíos de cheques a la banda, fueron por un monto de más de $2.000 millones de dólares.
En la red de estafadores, también había varios carteros del Servicio Postal de los Estados Unidos. Uno de ellos, Anthony Warren residente en El Bronx, condenado a 36 meses en noviembre del 2011, alegó que cometió el delito porque tenía dificultades hasta para pagar la renta de su apartamento.
Recibía $100 dólares por cada cheque que interceptara, según el expediente. El cartero ladrón interceptó cheques por varios millones de dólares entre el 2007 y el 2008 y cobró $25.000 por el “servicio” a la banda de estafadores.
Otros dos carteros fueron condenados por su vinculación con la estafa. Serrin Turner, Fiscal Federal Adjunta, dijo que la banda de estafadores hizo “metátesis y se extendió desde su epicentro en Nueva York a varios estados y países latinoamericanos.
Estafas similares se produjeron en Massachusetts, Pensilvania, Carolina del Norte, Florida, Connecticut, Rhode Island, Nueva Jersey y California. En septiembre del 2011, otros cinco acusados fueron sentenciados a 40 y 98 meses por el cobro fraudulento de los cheques, vinculados a la devolución de impuestos a estafadores con documentos de Puerto Rico.
También fueron condenados a pagar $12 millones en restitución del robo. Kelvin Crucey, un preparador de impuestos en Nueva York, fue sentenciado a 27 meses en febrero del 2011 por declaraciones falsas para devoluciones de los impuestos.
Crucey, trabajó hasta el 2010 para la organización Zona de Empoderamiento del Alto Manhattan que dirige el congresista Charles Rangel. El IRS dijo que prosigue haciendo grandes esfuerzos para enfrentar las bandas de fraude y que en el 2011, detuvo el envío de $14 millones en cheques.
El fraude, fue cometido usando números de seguro social de puertorriqueños, isla exenta de impuestos en Estados Unidos. Investigadores del IRS dijeron que cuando eso ocurre, la agencia cree que el reclamante es un boricua que se ha mudado a Norteamérica, donde sí tiene que pagar sus impuestos.
Esos números que incluyen menores de edad puertorriqueños que son puestos en los formularios como “dependientes” de los reclamantes estafadores, se venden en el mercado negro entre $8 y $10 dólares.
Wall Street Journal dijo que varias reuniones se llevaron a cabo en la República Dominicana y entre octubre del 2010 y junio del 2011, el IRS desembolsó más de $5.6 mil millones para pagar a los estafadores. Los últimos envíos de cheques a la banda, fueron por un monto de más de $2.000 millones de dólares.
En la red de estafadores, también había varios carteros del Servicio Postal de los Estados Unidos. Uno de ellos, Anthony Warren residente en El Bronx, condenado a 36 meses en noviembre del 2011, alegó que cometió el delito porque tenía dificultades hasta para pagar la renta de su apartamento.
Recibía $100 dólares por cada cheque que interceptara, según el expediente. El cartero ladrón interceptó cheques por varios millones de dólares entre el 2007 y el 2008 y cobró $25.000 por el “servicio” a la banda de estafadores.
Otros dos carteros fueron condenados por su vinculación con la estafa. Serrin Turner, Fiscal Federal Adjunta, dijo que la banda de estafadores hizo “metátesis y se extendió desde su epicentro en Nueva York a varios estados y países latinoamericanos.
Estafas similares se produjeron en Massachusetts, Pensilvania, Carolina del Norte, Florida, Connecticut, Rhode Island, Nueva Jersey y California. En septiembre del 2011, otros cinco acusados fueron sentenciados a 40 y 98 meses por el cobro fraudulento de los cheques, vinculados a la devolución de impuestos a estafadores con documentos de Puerto Rico.
También fueron condenados a pagar $12 millones en restitución del robo. Kelvin Crucey, un preparador de impuestos en Nueva York, fue sentenciado a 27 meses en febrero del 2011 por declaraciones falsas para devoluciones de los impuestos.
Crucey, trabajó hasta el 2010 para la organización Zona de Empoderamiento del Alto Manhattan que dirige el congresista Charles Rangel. El IRS dijo que prosigue haciendo grandes esfuerzos para enfrentar las bandas de fraude y que en el 2011, detuvo el envío de $14 millones en cheques.
El fraude, fue cometido usando números de seguro social de puertorriqueños, isla exenta de impuestos en Estados Unidos. Investigadores del IRS dijeron que cuando eso ocurre, la agencia cree que el reclamante es un boricua que se ha mudado a Norteamérica, donde sí tiene que pagar sus impuestos.
Esos números que incluyen menores de edad puertorriqueños que son puestos en los formularios como “dependientes” de los reclamantes estafadores, se venden en el mercado negro entre $8 y $10 dólares.





