Hasta ahora algunas personas pensaban que cuando se hablaba del coronavirus, nos estábamos refiriendo a una sola cepa de esta enfermedad. Sin embargo, una investigación de la Universidad de Cambridge detalló que existen tres distintas categorías del bicho dando vuelta en los países del mundo.
Utilizando redes genéticas, estos científicos han trazado como ha mutado el COVID-19 desde que salió de Wuhan, partió a Europa y finalmente se ha instalado en Estados Unidos y Latinoamérica.
El genetista Peter Forster, autor principal de la Universidad de Cambridge, entregó las primeras observaciones del estudio tras analizar 160 genomas completos del virus.
“Hay demasiadas mutaciones rápidas para rastrear cuidadosamente un árbol genealógico COVID-19. Utilizamos un algoritmo matemático de red para visualizar todos los árboles plausibles simultáneamente. Estas técnicas son principalmente conocidas por mapear los movimientos de poblaciones humanas prehistóricas a través del ADN. Creemos que esta es una de las primeras veces que se han utilizado para rastrear las rutas de infección de un coronavirus como COVID-19 “, sostuvo el investigador.
El equipo utilizó datos de genomas de virus muestreados de todo el mundo entre el 24 de diciembre de 2019 y el 4 de marzo de 2020.
La investigación reveló tres “variantes” distintas de COVID-19, que consisten en grupos de linajes estrechamente relacionados, que denominan ‘A’, ‘ B ‘y’ C .
La cepa A: Es la cepa original, la que se traspasó del pangolín a los murciélagos y luego a los seres humanos y la que originó el COVID-19. Si bien comenzó en Wuhan, no fue la cepa predominante ahí. Es más predominante en Estados Unidos, Australia, España y Chile.
La cepa B: Es una variación de la cepa original que se originó en Wuhan a través de dos mutaciones y que principalmente está presente en el gigante asiático y en Alemania y Reino Unido. Los investigadores dicen que la localización de la variante ‘B’ en Asia Oriental podría ser el resultado de un “efecto fundador”: un cuello de botella genético que ocurre cuando, en el caso de un virus, se establece un nuevo tipo a partir de un pequeño grupo aislado de infecciones.
La cepa C: Es una hermana de la cepa B y es una mutación que se ha dado con mayor frecuencia en Singapur e Italia.
El nuevo análisis también sugiere que una de las primeras introducciones del virus en Italia se produjo a través de la primera infección alemana documentada el 27 de enero, y que otra ruta temprana de infección italiana estaba relacionada con un “grupo de Singapur”.
“El virus de tipo B de Wuhan podría adaptarse inmunológica o ambientalmente a una gran parte de la población de Asia oriental. Es posible que deba mutar para superar la resistencia fuera de Asia Oriental. Parece que vemos una tasa de mutación más lenta en el este de Asia que en otros lugares, en esta fase inicial”, sostuvo la Universidad de Cambridge, que agregó que “la red viral que hemos detallado es una instantánea de las primeras etapas de una epidemia, antes de que los caminos evolutivos de COVID-19 se oscurezcan por un gran número de mutaciones. Es como atrapar una supernova incipiente en el acto”.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario