Gianna, de apenas 13 años.
Las identidades de los fallecidos fueron confirmadas este lunes por la Policía, que además se encuentra investigando por qué se produjo el accidente.
Los Ángeles Times publicó la versión de dos testigos que aportan datos para comprender qué fue lo que ocurrió. La aeronave, que tenía todos los papeles en regla, se estrelló poco después de sembrar la alarma entre los vecinos, que oyeron el ruido de sus aspas muy cerca.
“Estaba sentado en la mesa de mi comedor el domingo por la mañana cuando escuché el zumbido de las palas del helicóptero. Era una mañana nublada, con visibilidad a menos de 20 metros. Miré hacia una ventana cercana en mi casa de Calabasas y escuché un estallido masivo, seguido de unos segundos de silencio. Luego, una bola de fuego estalló en una ladera de Las Virgenes Road”, explica Richard Winton, periodista del sitio de noticias estadounidense, quien inmediatamente tomó unos binoculares para observar mejor la situación.
“Pude ver que el avión había sido destrozado y estaba en llamas. Resultó que el avión era un helicóptero, y estaba disperso en muchos pedazos en la ladera. En los minutos siguientes, llegó una corriente de bomberos para combatir el incendio”, escribió.
El helicóptero, un Sikorsky S-76B construido en 1991, partió del aeropuerto John Wayne a las 9:06 am del domingo, según los registros de vuelo disponibles al público. Luego sobrevoló la ciudad de Los Ángeles de sur a norte rumbo a El Monte sin reportar accidente alguno. 40 minutos después de haber despegado se estrelló en un monte que se puede ver fácilmente desde Santa Mónica.
Otro de los testigos es Jerry Kocharian, de 62 años, habló con Global News quien mientras tomaba un café escuchó el paso del helicóptero pero le llamó la atención algo en particular: “No sonaba bien y volaba muy bajo. Lo vi caer”.
Las mismas nubes taparon la visión de este vecino quien instantes después oyó una explosión y vio la bola de fuego: “Nadie podría sobrevivir a eso”. Para ese entonces nadie sabía que a bordo del helicóptero estaba Kobe Bryant.
Otro de los testigos, Kathy Sonnad, de 40 años, dio su versión a PhillyVoice: “Me estaba acercando a mi calle y escuché este helicóptero muy ruidoso. Tenemos muchos helicópteros que van y vienen de Santa Bárbara, mucha gente tiene helicópteros privados aquí, los escuchamos, pero esto fue inusual. Fue increíblemente fuerte, sonaba como si estuviera tan bajo como una azotea. Provenía del oeste hacia el este, una ruta típica. Escuché un sonido muy fuerte pero no vi mucho debido a la densa niebla. Fue justo encima de la cabeza y luego, cinco segundos después, no escucho motores, nada. Simplemente no había nada. Absolutamente nada todavía”. Segundos más tarde, escuchó la explosión.
Se estima que la aeronave cayó desde 100 metros e iba a una velocidad de 200 kilómetros por hora, aunque los peritos de la Policía de Los Ángeles aún trabajan para obtener esos detalles.
Un vuelo de 39 minutos bajo duras condiciones climáticas
Durante el vuelo los controladores aéreos le advirtieron al piloto del Sikorsky S-76B que estaba volando “demasiado bajo” poco antes de que el aparato se estrellara.
De acuerdo al primer diálogo mantenido con el controlador de Burbank, publicadas por el sitio LiveATC, el helicóptero debió volar en círculos durante 10 minutos a poco de comenzar el trayecto debido a que un avión se encontraba en su camino y sus operaciones estaban limitadas por la niebla. Entonces el piloto, identificado como Ara Zobayan, esperó y luego recibió una ruta alternativa para continuar volando.
Las condiciones climáticas eran sumamente adversas ese día debido a una importante niebla sobre la ciudad de Los Ángeles. Tan así que prácticamente todos los helicópteros en la zona, incluyendo los de la policía de la ciudad, cancelaron sus operaciones, según reportes de la prensa local. No está claro por qué Bryant y el piloto decidieron emprender el viaje de todas formas.
Ante esta situación, el controlador de Burbank le pidió al piloto que siguiera las reglas de vuelo visual (VFR), de acuerdo a un reporte del periódico AS, por las cuales debe regirse en todo momento por su contacto visual con el terreno, y evitar la navegación por instrumentos. Aceptó y continuó volando.
Tiempo después el piloto se puso en contacto con el controlador aéreo de Van Nuys, que le indicó la presencia de viento calmo y visibilidad de dos millas y media (unos cuatro kilómetros). El hombre acusó recibo de esta información y reportó que continuaría volando según VFR debido a la poca visibilidad.
Cuando el controlador aéreo de SoCal intentó contactarse con el helicóptero, ya no recibió respuesta. Su última advertencia dedicada a Zobayan fue sobre la baja altitud que estaba registrando el aparato: “72EX [matrícula del aparato], sigue volando muy bajo para poder hacer un seguimiento del vuelo ahora mismo”. La repitió una vez más, pero no obtuvo respuesta.
Minutos después, el Sikorsky S-76B trepó a una altitud de 2.000 pies (600 metros) antes de colisionar con una colina a 1.700 pies (500 metros) de altura, tras un vuelo de 39 minutos.
No estaba claro por qué el contacto radial se había perdido momentos antes de que el helicóptero se estrellara.
Bryant edificó una impactante carrera en la liga de básquetbol más competitiva del mundo, al punto de haber sido comparado con Michael Jordan. El escolta se erigió como una leyenda de Los Ángeles Lakers, donde ganó cinco anillos de la NBA, además de obtener dos medallas de oro en Juegos Olímpicos con la camiseta del seleccionado estadounidense.
Nacido el 23 de agosto de 1978 en Filadelfia e hijo del ex NBA Joe Bryant, fue un ejemplo de amor propio y competitividad. En la actualidad continúa siendo el cuarto máximo anotador de la historia de la NBA, solo superado por Lebron James, Kareem Abdul-Jabbar y Karl Malone. @infobae
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