Aceite de coco: riesgos y beneficios

PhotoPor: Pordentro.pr Un vídeo de 50 minutos, titulado “Aceite de coco y otros errores nutricionales”, de la doctora Karin Michels, profesora de Salud Pública de Harvard
grabado hace dos semanas durante su intervención en una conferencia en la Universidad de Freiburg, en Alemania, se ha vuelto viral en Youtube.
Y es que la profesora asegura en su ponencia, que el aceite de coco –por muchos considerado como un alimento milagroso o un “superalimento”- es realmente “uno de los peores alimentos que se puede ingerir”, calificándolo incluso de “puro veneno”.
Esta experta de Harvard aconseja a las personas no ingerir el aceite de coco, pues alega que es hasta “más peligroso que la manteca de cerdo”.
Sus críticas se basan en los ácidos grasos que contiene, pues comenta que es tal el contenido que puede llegar a obstruir las arterias, aumentar el riesgo de padecer enfermedades coronarias, así como elevar el colesterol.
Por otro lado, la Asociación Americana del Corazón (AHA, en inglés) realizó un estudio en junio de 2017 en el que recomienda evitar las grasas saturadas contenidas en el aceite de coco, ya que aumentan el colesterol “malo”.
Según el análisis, el aceite de coco es un 82% de grasa saturada, porcentaje muy superior al que presentan otros aceites. Además, el ingrediente no contiene fibra y las sustancias vegetales son bajas, lo que no asegura un efecto positivo en la salud. Por eso, su uso debe ser “fuera del cuerpo”, en el cabello o piel, y no dentro de él.
“Debido a que el aceite de coco aumenta el colesterol LDL, una causa de enfermedad cardiovascular, y no tiene efectos compensadores favorables conocidos, desaconsejamos su uso”, declaró la AHA.
Igualmente, la Fundación Americana del Corazón y la Fundación Británica del Corazón coinciden en que ingerir aceite de coco es peligroso para la salud. Estas organizaciones han realizado estudios que afirman que los beneficios solo son especulaciones y que no existen pruebas o investigaciones de calidad que lo comprueben.
También, la doctora Michels, directora del Instituto para la Prevención y Epidemiología de Tumores de la Universidad de Friburgo, en Suiza, y profesora de la Harvard TH Chan School of Public Health, afirma que no existen estudios científicos que demuestren que la ingesta de aceite de coco es beneficiosa para la salud. 
La Keto Diet
Por su parte, Charmaine Alfonso Méndez, nutricionista y dietista puertorriqueña, observa que el aceite de coco se ha promocionado mucho para ayudar a la pérdida de peso, facilitar la digestión y hasta para acelerar el metabolismo.
“Sin embargo, el consumo excesivo de este tipo de aceite podría ser más perjudicial para la salud que beneficioso”, sostiene.  
Destaca la nutricionista que el aceite de coco se utiliza mucho en las dietas bajas en carbohidratos o las famosas ‘low carb diet’, como la Keto Diet.
“La dieta cetogénica, o Keto Diet, es una dieta muy baja en su contenido de carbohidratos, lo que hace que el cuerpo utilice las proteínas y las grasas para suplir la energía necesaria en el cuerpo. En esta dieta, el consumo de grasa aumenta y el aceite de coco es una opción que utilizan las personas que siguen ese patrón de alimentación”, manifiesta.   
Según la dietista, es necesario ser precavido, ya que el aceite de coco es muy alto en grasas saturadas. Las grasas saturadas son aquellas que, naturalmente, son sólidas a temperatura ambiente y líquidas cuando se calientan. Esas grasas se encuentran, también, en la carne roja, la leche entera u otros productos lácteos como el queso. 
“Una dieta rica en grasas saturadas conduce a un aumento del colesterol total, malo y bueno (LDL y HDL), que puede causar el bloqueo de las arterias y el riesgo de sufrir enfermedades cardíacas”, agrega.
Plantea la nutricionista que en esta dieta, al ser tan bajo el consumo de carbohidratos, las necesidades de glucosa del cerebro no pueden ser cubiertas, y obliga al cuerpo a buscar fuentes alternas de energía.
“Por tal razón, el cuerpo comenzará a movilizar la proteína y la grasa almacenada, y producirá una sustancia llamada cetona. Esta es un combustible sustituto del cerebro, pero, en grandes cantidades, es tóxica para el cuerpo, pudiendo causar mareos, náuseas y mala respiración”, advierte.
¿Y los veganos?
Asimismo, Madelene Gandía, instructora en dieta vegana y vegetariana, explica que el aceite de coco es un aceite vegetal, conocido también como manteca de coco.
“Es una sustancia grasa que contiene cerca del 80% de ácidos saturados, extraídos mediante prensado de la pulpa o la carne de los cocos. Se usa mucho para la elaboración de jabones y cremas. A temperatura ambiente, generalmente es líquido, pero solidifica rápido en frío”.
Reconoce que el aceite de coco se utiliza en la gastronomía de algunos países asiáticos y en la cocina cruda.
“El aceite de coco también se usa para hacer quesos veganos, ya que endurece las mezclas. Cuando el queso se enfría, le da dureza y una textura grasosa”, argumenta.
La instructora en dieta vegana y vegetariana, alega que, sin embargo, prefiere no utilizar este aceite en las comidas.
“Hay controversia. Muchos médicos y nutricionistas afirman que no es saludable y no recomiendan su ingesta. Por eso, yo solamente lo utilizo para usos externos, para la piel y para el pelo”, recalca Gandía. 
Continúa la controversia
Mientras el discurso de la profesora de Harvard continúa revoloteando la red, y pese a que hay una clara tendencia de médicos y nutricionistas a no favorecer la ingesta del aceite de coco, aún existe controversia en la comunidad científica internacional acerca de los beneficios o no de este.
Hay estudios científicos realizados por separado en Europa, Canadá y Estados Unidos, entre otros países, que reconocen que los ácidos grasos que contiene el aceite de coco mejoran la función cerebral en aquellos pacientes con alzhéimer moderado.
Otros estudios afirman que ayuda a disminuir las convulsiones de los niños con epilepsia.
Así que, al final de cuentas, usted decide si va a utilizar el aceite de coco en su dieta diaria, si va a disminuir su consumo o dejará de utilizarlo pues podría ser perjudicial para su salud.

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