Por Iris Cardona-Meaux, MD La vacunación es una de las mejores herramientas de prevención desde la perspectiva de salud pública. En la mujer embarazada es una de las intervenciones de prevención más importantes, nos ofrece la posibilidad de prevenir enfermedad en el recién nacido y su madre.
Las vacunas recomendadas para las mujeres embarazadas incluyen la Tdap (la difteria, tétanos, tosferina) e influenza. Una mujer embarazada con influenza tiene mayor probabilidad de desarrollar problemas graves con su bebé en gestación, además de parto prematuro y otras complicaciones llevando a hospitalización e, incluso, podría provocar la muerte.
Lamentablemente, en nuestro país el porcentaje de mujeres embarazadas que sigue esta recomendación es muy bajo.
La Tdap debe administrarse entre las 27 y 36 semanas de embarazo para obtener protección antes del parto. Esta recomendación se hace basada en el imperativo de reducir al mínimo la enfermedad de la tosferina en recién nacidos vulnerables. De esta forma se transmitirá la inmunización al bebé para que esté protegido al nacer.
La administración de vacunas durante el embarazo debe ser considerada cuidadosamente, teniendo en cuenta que el riesgo que pueden tener las mismas es, fundamentalmente, teórico y el beneficio de la vacunación sobrepasa los riesgos potenciales; en especial cuando la probabilidad de exposición a la enfermedad es alta o la enfermedad supone un riesgo añadido para la madre o el feto como ciertamente ocurre con la enfermedad de tosferina y, particularmente, con la influenza. Así que el llamado es a prevenir: vacúnate.
Para información, accede a saludmujerlatina.org y CDC.gov.
La autora es catedrática auxiliar del Departamento de Pediatría, del Recinto Ciencias Médicas, de la Universidad de Puerto Rico.
La autora es catedrática auxiliar del Departamento de Pediatría, del Recinto Ciencias Médicas, de la Universidad de Puerto Rico.
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