Donald Trump cumple con su amenaza de frenar la relación con Cuba

Donald Trump (horizontal-x3)Por: Elnuevodia.com La Habana - El presidente Donald Trump puso en vigencia hoy una directiva que mantiene las relaciones diplomáticas con Cuba, pero frena radicalmente las posibilidades de hacer negocios o viajar a suelo cubano de los ciudadanos y empresas estadounidenses, una movida motivada por su deseo de cumplir con un compromiso de campaña y fomentar los derechos humanos en la isla.

Trump se dirigió a un grupo de cubanoamericanos en Miami, formado fundamental por veteranos o familiares de la fallida invasión a la Bahía de Cochinos, para cumplir la promesa de campaña que hizo el 16 de septiembre del año pasado, cuando anunció que cambiaría sustancialmente la política de acercamiento realizada por su predecesor Barack Obama.
El presidente, como es habitual en él, utilizó diversos adjetivos, en este caso dirigidos al presidente cubano Raúl Castro Ruz y su gobierno, al cual tildó de brutal, de protector de terroristas y de opresores.
“No levantaremos las sanciones al gobierno cubano hasta que no haya elecciones libres, los presos políticos estén libres y haya libertad de expresión… Haremos cumplir el embargo”, sostuvo Trump, quien señaló que hará cumplir con firmeza las regulaciones al turismo y las disposiciones del bloqueo o embargo económico.
“El régimen cubano ha ayudado a crear el caos en Venezuela, ha dado refugio a terroristas y represores”, sostuvo el mandatario, quien firmó en el lugar la nueva directriz que sustituye la estrategia impulsada por Obama.
“Desafiamos a Cuba que venga a la mesa con un nuevo acuerdo”, expresó Trump, dejando un pequeño espacio abierto para el diálogo. “Vamos a respetar la soberanía de Cuba, pero nunca daremos la espalda al pueblo cubano”, agregó en su alocución, que contó con la presencia en vídeo y personal de disidentes cubanos.
La política de la Casa Blanca se centra en cuatro objetivos fundamentales: fortalecer el cumplimiento de las leyes de Estados Unidos, sobre todo, aquellas que tienen que ver con el embargo económico y las restricciones al turismo; mantener la presión hacia Cuba por las violaciones a los derechos humanos; defender los intereses de Estados Unidos en materia de seguridad nacional y derechos humanos, así como los del pueblo cubano; y preparar el terreno para el empoderamiento del pueblo cubano en ruta a desarrollar su economía y sistema político.
La directiva presidencial, que desactiva una dejada por Obama a finales del año pasado, se centra en dos áreas fundamentales, limitar la capacidad de las empresas de Estados Unidos para hacer negocios con el aparato militar cubano, el cual controla la mayoría de las operaciones comerciales en la isla, yregular los viajes individuales de los ciudadanos estadounidenses al país.
La nueva política entrará en vigencia de inmediato, aunque muchas de sus disposiciones requerirán de nuevas regulaciones, las cuales se pondrán en marcha tan pronto estén listas.
Trump fue a la yugular del sistema económico cubano, pues su directriz impide a las empresas estadounidenses hacer negocios con cualquiera de las instancias militares del país, lo cual esencialmente abarca todas las áreas de la economía cubana, ya que, por ejemplo, su presidente Raúl Castro Ruz, ocupa el cargo de General de Ejército.
Muchos de los ministerios y sus empresas son dirigidos por militares, o responden directamente al Consejo de Estado, el cual está formado, entre otras figuras civiles, por varios comandantes militares.
Trump indicó en su alocución que las empresas estadounidenses no deben poner su dinero en empresas dirigidas por los militares, pues ello ayuda a financiar la represión y la violación de derechos humanos en la isla.
Reclamó que Cuba devuelva a Estados Unidos a prófugos de la justicia estadounidense que se ocultan en el país, llamó a elecciones democráticas y la liberación de prisioneros políticos.
La orden de Trump no toca las relaciones diplomáticas, las cuales deja intactas, ni tampoco reinstala la política de “pies secos-pies mojados” que desactivó Obama y que daba trato preferencial a los inmigrantes cubanos. Cuba tampoco será devuelta a la lista de naciones que impulsan el terrorismo, como estuvo por años, hasta que Obama los quitó de allí.
Las aerolíneas y cruceros podrán seguir operando, siempre que sus usuarios cumplan con una serie requisitos de viaje estrictos, que incluirán una posible auditoría del Departamento del Tesoro y que la visita a Cuba se haga mediante un grupo y no en solitario, como ocurría hasta ahora tras las reformas de Obama.
No está claro qué sucederá con quienes ya han hecho o pagado sus planes de viaje a Cuba, y que tienen pautado consumarlo a partir de mañana.
La directriz impacta a seis agencias del gobierno estadounidense, pues los departamentos del Tesoro, Estado, Comercio, Agricultura, Seguridad Nacional y Transporte tendrán que delinear nuevas políticas para ajustarse al mandato de Trump.
El senador republicano de origen cubano, Marco Rubio, estuvo presente en el acto y fue señalado como figura central en la elaboración de la nueva política.
Rubio, quien fue señalado como figura central en la elaboración de la nueva política y reconoció el apoyo de la comisionada residente boricua Jenniffer González, sostuvo que “antes teníamos un presidente que le daba la mano a quienes oprimen al pueblo cubano y ahora tenemos un presidente que ayuda al pueblo cubano”.
La plana mayor del gobierno republicano estuvo presente en el acto, incluyendo al vicepresidente Mike Pence, y el gobernador de Florida, Rick Scott.
“Cuba sí, Castro no”, gritó Pence en su alocución antes de presentar a Trump.
El gobierno cubano no reaccionó de inmediato.
Estados Unidos y Cuba anunciaron el 17 de diciembre de 2014 el inicio de una nueva era en sus relaciones, al restablecer sus canales diplomáticos por primera vez en medio siglo. Desde ese punto ambos gobiernos estrecharon vínculos y lograron importantes avances, entre ellos la visita a Cuba del presidente Barack Obama el año pasado.

No hay comentarios.: