Por: Elnuevodia.com Cuando el ex presidente Barack Obama salió el pasado viernes de Casa Blanca para entregarla a su sucesor, Donald Trump, abandonó la mansión ejecutiva con las manos llenas: una pensión de $207,800 anuales, siete meses de salario, la protección del servicio secreto de por vida y una partida de dinero para viajes, gastos de oficina, comunicaciones y cobertura de salud.
Según el sitio de noticias CNN, Obama, de 55 años, se convirtió ese día en un jubilado federal y -como los demás expresidentes de Estados Unidos- recibió un atractivo paquete de beneficios por sus ocho años liderando la nación norteamericana.
La pensión de $207,800 que Obama recibirá representa, aproximadamente, la mitad de su salario presidencial, que es de $400,000.
CNN reportó que las pensiones y otros beneficios se crearon por primera vez en 1958, cuando el expresidente Harry Truman atravesaba por problemas financieros. Dichos salarios son fijados por el Congreso.
De hecho, en el año 2015 se otorgaron poco más de $200,000 para el expresidente Jimmy Carter y $800,000 para el expresidente George W. Bush.
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