Una orden, es una orden. En especial si ella la expresa un papá a su hijo esperando una respuesta o un acto que vaya ligado a una acción o a un estímulo específico. En la mayoría de los casos funciona, pero no siempre. Hijos que siguen su propia lógica son protagonistas de este artículo. Y no necesariamente por portarse mal, sino que por ser demasiado apegados a la ordenes. Literales si es que se puede considerar así.
Muchos de ellos te sorprenderán positivamente, ya que a pesar de no cumplir con lo ordenado, sacan un par de sonrisas con sus graciosas formas de apegarse a las reglas.
Fuente: https://www.guioteca.com
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