Aunque la palabra estafador o timador no genera mucha simpatía entre el público en general, lo cierto es que hay timadores de "poca monta" y estafadores con clase. Mientras algunos de estos personajes desarrollaron detenidamente su plan para beneficiarse a costa de otras personas, otros, sencillamente tenían un talento, una mezcla entre magia y psicología que les hizo vender incluso la Estatua de la Libertad y la Torre Eiffel de París. Aquí tenemos las consideradas leyendas del timo por el programa American Greed de la CNBC.
1. Charles Ponzi.
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Charles Ponzi llegó desde Italia a los Estados Unidos. En 1903, su talento y habilidad le hizo ganarse la confianza de los inversores, prometiendo rentabilidades muy altas a través de un fondo de inversión. Ponzi batía consistentemente al mercado cada 2 semanas, lo cual atraía el dinero de más inversores. Ofrecía rentabilidades de un 50% en 45 días y de un 100% en 90 días.
Más adelante se supo que el dinero no provenía de las rentabilidades obtenidas por las inversiones, sino íntegramente del nuevo dinero que entraba de nuevos inversores. Así nació el esquema Ponzi.
En 1920, Charles Ponzi fue acusado de 86 cargos de fraude. Murió en 1949, pero al igual que los grandes inventores, el nombre de su estafa sigue estando vivo y es recordado cada vez que se producen sospechas de un fraude.
Más adelante se supo que el dinero no provenía de las rentabilidades obtenidas por las inversiones, sino íntegramente del nuevo dinero que entraba de nuevos inversores. Así nació el esquema Ponzi.
En 1920, Charles Ponzi fue acusado de 86 cargos de fraude. Murió en 1949, pero al igual que los grandes inventores, el nombre de su estafa sigue estando vivo y es recordado cada vez que se producen sospechas de un fraude.
2. Steven Jay Russell.
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La vida de Steven estuvo retratada en la película "Te Quiero Phillip Morris", protagonizada por Jim Carrey y Ewan McGregor. Ambos se conocieron y enamoraron en la cárcel. Steven le prometió a su pareja que le daría un nivel de vida extravagante, así que se puso a trabajar como Director Financiero en una empresa aseguradora, un trabajo que consiguió con un currículum falso.
Steven usó su posición para malversar 800.000 dólares, y cuando fue descubierto, lo enviaron nuevamente a la cárcel, pero la brillantez de esta persona, hizo que a través de una espectacular "jugada" quedara libre. Se había hecho pasar por un juez. De nuevo fue descubierto y arrestado. Después se fugó en otras ocasiones.
La actual condena de Steven Jay Rusell termina el 12 de Julio de 2140.
3. George C. Parker
George C. Parker dio lugar al famoso dicho: "Si te crees eso, yo tengo un puente para vender". De acuerdo con el New York Times, Parker tenía la habilidad para convencer a turistas millonarios para comprar todo tipo de atracciones en la ciudad.
Parker vendió 2 veces por semana el Puente de Brooklyn a lo largo de varios años, e incluso vendió la Estatua de la Libertad a un multimillonario empresario, según The Independent. Sin duda, un verdadero artista de las ventas. Fue condenado a cadena perpetua.
4. Marc Dreier Stuart
Probablemente hayas olvidado a este hombre debido a que su protagonismo como estafador fue robado por Bernard Madoff, cuya estafa fue descubierta 5 días después de Dreier.
El Bufete de abogados de Marc Dreier Stuart tenía una lista de clientes de la talla de Jon Bon Jovi y Jay Leno. En 2009, la estafa de Dreier se vino abajo cuando fue declarado culpable de defraudar a los inversores un total de 700 millones de dólares. Gracias al caso Madoff, de mayores dimensiones, Dreier únicamente fue condenado a 20 años de prisión, mientras que Madoff fue condenado a 150 años.
5. Victor Lustig.
Victor Lustig ha sido considerado como uno de los mayores artistas del engaño, una figura a reivindicar en el selecto círculo de "timadores profesionales".
Su obra maestra fue la venta de la Torre Eiffel en 1925 a una empresa de chatarra.
André Poisson, el dueño de la empresa, invirtió cerca de 2 millones de dólares en comprar Torre Eiffel para convertirla en chatarra. Cuando descubrió el fraude, se encontró tan humillado que no reportó el timo a las autoridades.
Lustig se marchó a Estados Unidos, donde finalmente fue detenido por algunos cargos de falsificación. Se declaró culpable y fue sentenciado a 20 años en Alcatraz.
En 1992, sacó a la venta un libro con las 10 claves para ser un buen estafador.
Fuente: http://derivados.negocios1000.com
