Según publica Rusia Today, el estudio trató de minimizar
la indignación social asociada con el odio de un grupo de personas hacia
otro.
Es por ese motivo, que los investigadores eligieron
19 voluntarios, los ubicaron en una máquina de resonancia magnética
funcional para observar sus cerebros, y les pusieron un video donde un grupo de
actores que interpretaban a neonazis y otro grupo de actores que interpretaba a
personas amigables, eran sometidos a
supuestas torturas diversas.
Cuando los voluntarios observaban a
los neonazis experimentar dolor se les activaba la esencia malvada del
cerebro humano, el "cuerpo estriado",
sector del cerebro dedicado a las sensaciones de recompensa y las áreas
encargadas de la observación del dolor físico.
Los resultados señalan que las zonas del cerebro
dedicadas al placer se activan cuando vemos a un "enemigo" pasar un mal momento.
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