¿Por qué fallan los satélites?

¿Por qué fallan los satélites?
ABC.ES/Madrid Lejos de lo que se cree popularmente, no es por el impacto de basura espacial, sino por un enemigo mucho más diminuto que ha sido identificado por la Universidad de Stanford. Los satélites reciben los efectos del polvo cósmico
Los satélites, esos ingenios humanos que requieren una fuerte inversión y que orbitan a miles de kilómetros sobre la Tierra, también fallan en ocasiones. En la imaginación popular, la causa son impactos de «basura espacial», partículas del tamaño de un guisante (o mayores) que ensucian la atmósfera superior de la Tierra, o por meteoroides de gran tamaño como el que recientemente explotó de forma espectacular en los cielos de Chelyabinsk, Rusia. Pero aunque esos impactos son una preocupación grave, la mayoría de los satélites que han «muerto» en el espacio no han sido eliminados de esa forma. Otra cosa ha acabado con ellos. La causa más probable, según una nueva investigación de la Universidad de Stanford, es un enemigo mucho más diminuto: el «polvo espacial».
Estos micrometeoroides naturales no causan daño a los satélites directamente. Lo que ocurre es que cuando chocan con un objeto en el espacio, viajan tan rápido que se convierten en un gas casi neutro de iones y electrones conocido como plasma. Ese plasma, según la profesora de Astronátuica y Aeronáutica Sigrid Close, tiene el potencial de crear una señal de radio que puede dañar los satélites, incluso hasta volverlos inútiles.
La señal es un impulso electromagnético, similar teóricamente a lo que generan las detonaciones nucleares. Es revelador que un impulso masivo de este tipo noqueó los móviles cuando el meteorito golpeó Chelyabinsk.
En los experimentos en el Instituto Max Planck de Física Nuclear en Alemania, los investigadores dispararon pequeñas partículas de polvo a objetivos parecidos a los satélites a una velocidad de 60 kilómetros por segundo. «Encontramos que cuando estas partículas chocan, crean un plasma o gas casi neutro de iones y electrones, y que el plasma puede emitir en la banda de frecuencias de radio», señala Close.

El misterio del «Olympus»

La investigadora cree que estos estallidos de plasma podrían explicar «misterios» como la pérdida del satélite de comunicación Olympus de la Agencia Espacial Europea en 1993. «Olympus falló durante el pico de una lluvia de meteoritos, pero ningún golpe fue lo suficientemente grande como para ser detectado mecánicamente», explica. «Sin embargo, esta nave espacial multimillonaria fue efectivamente eliminada».
Muchos otros satélites también han fracasado electrónicamente y no mecánicamente. Close ha indicado que, si se confirman los datos de este trabajo, «habría que realizar modificaciones de diseño en los satélites para reducir el daño que produce el polvo espacial», ya que, según ha señalado, «las naves están siendo golpeadas en todo momento por estas partículas». El siguiente paso de esta investigación será demostrar que estos efectos ocurren en el espacio. Para ello, el equipo colaborará con el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA. «Junto a ellos diseñaremos un experimento que podría ser anclado a la Estación Espacial Internacional», ha concluido Close. «Si finalmente vamos a enviar personas a Marte tenemos que aprender acerca de estos fenómenos».

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