Obesidad: Un problema de peso

¿QUÉ COMER? ¿QUÉ GUSTITOS TE PUEDES DAR? Y OTROS CONSEJOS PARA REBAJAR
Por Catalina Reyes / Especial El Nuevo Día
No hay duda de eso, uno de los problemas más comunes asociados al estilo de vida actual es el exceso de peso. La obesidad es uno de los principales factores de riesgo en el desarrollo de muchas enfermedades crónicas, como las respiratorias, cardiacas, diabetes, hipertensión, algunos tipos de cáncer, así como de muerte prematura. Además, está vinculada a enfermedades psicológicas relacionadas con la autoestima, pasando por traumas emocionales y alteraciones psiquiátricas.
De hecho, nuevos estudios científicos han demostrado que los riesgos para la salud provocados por el exceso de grasa corporal pueden estar vinculados a pequeños incrementos de peso y no sólo a una obesidad pronunciada.
Pero, ¿qué es la obesidad o el exceso de peso? La obesidad es un estado de salud anormal, es el aumento de peso debido al incremento de grasa corporal. La Organización Mundial de la Salud clasificó la obesidad como la epidemia del siglo XXI.
Y sí, es cierto, casi todo engorda, desde las gaseosas hasta el pan. Además, la vida se ha vuelto muy estresante. Estudios han comprobado que las tensiones activan un mecanismo de defensa en el cuerpo que obliga al individuo a alimentarse más de lo que necesita.
Bajar de peso y mantenerse delgado no es sólo una cuestión de estética, es considerado como un asunto muy importante para mantener una buena salud.

Comida inteligente
Mucho se habla de que la comida es la gasolina que echa a caminar nuestro cuerpo. Según la OMS, es necesario complementar la alimentación diaria para garantizar un buen estado de salud, pues más del 70% de las enfermedades que acortan la vida se deben a una mala nutrición.
El hombre está diseñado genéticamente para vivir hasta 120 años en perfecto estado físico, pero la mala alimentación, que trae consigo enfermedades y condiciones como la obesidad o diabetes, ha ido reduciendo la calidad de vida.
Lo importante es estar delgado, sí, pero bien nutrido y seguir un plan alimentario adecuado que no te prive de nada y que te aporte mucho. Un buen ejemplo es la dieta inteligente.
La comida inteligente es aquella que ayuda a dormir mejor, que acelera el metabolismo y que da energía para rendir en las actividades cotidianas. Pero, ¿de qué se trata? ¿Qué se tiene que comer? La licenciada en nutrición Lorena Rosas lo explica:
“La nutrición inteligente no es un término inventado. Se trata de aportar alimentos con el equilibrio de macronutrientes que permitan alcanzar un equilibrio hormonal que haga funcionar el organismo con la máxima eficiencia”, apunta.
Esta dieta incluye todos los nutrientes que requiere el organismo mediante la ingesta de verduras crudas, frutas, cereales integrales, carnes blancas y rojas (proteínas), huevo, lácteos, leguminosas y pescado.
Lo que minimiza son los edulcorantes artificiales y las grasas saturadas, aunque ojo, no los suprime por completo. Si se sigue al pie de la letra, con este régimen alimentario se pueden bajar hasta cuatro libras en una semana.
“Una característica de la dieta inteligente es la selección de cereales integrales que aumenta la fibra lo que permite no sólo adelgazar sino también, evitar el estreñimiento, disminuir el colesterol y elevar las defensas”, dice la experta.

Más comidas, menos porciones
El cerebro consume cerca del 20% de las calorías diarias, por lo que requiere un suministro constante de glucosa. Por ello, Rosas recomienda hacer más comidas, pero con raciones pequeñas.
La idea es que se ingieran las 0.8 onzas aproximadas de glucosa que requiere el cerebro, para mantener el organismo y la digestión nivelados, además que estar comiendo cada tres horas ayuda a acelerar el metabolismo y mantener una figura esbelta.
Por esta razón, la dieta requiere que se realicen cinco comidas al día: el desayuno, una merienda, el almuerzo, otra merienda y la cena.
No todas las grasas son malas. Según estudios realizados, las personas que las eliminan de su dieta son más propensas a tener depresión, además de presentar comportamientos agresivos y antisociales.
“Las grasas retardan el ingreso de los carbohidratos a la sangre, y con ello disminuye la producción de insulina. Puesto que la insulina es la que acumula grasa, tener algo de ella en la alimentación diaria es importante para reducir la hormona”, afirma Rosas.
Las grasas monoinsaturadas son las recomendables, se encuentran en el aceite de oliva, las aceitunas, las almendras y las nueces. Otras grasas buenas son el omega 3 y sus derivados, DHA, y EPA, que están en el pescado, las semillas, los frutos y vegetales como el aguacate.

¿Qué debes comer?
Esta dieta no te priva de nada. La idea es alimentarse cada tres horas y comer de todo un poco. Un ejemplo del menú diario de la dieta inteligente es: en el desayuno, comer una taza de cereal integral con leche descremada. En la merienda, una pera; en el almuerzo, una pechuga de pollo a la parrilla con una ensalada de lechuga, tomate y una manzana; en la merienda, un yogur descremado y en la cena un melocotón.

Lo que No te puede faltar
“Otros aspectos importantes de esta dieta son: cocinar las verduras al vapor o con poca agua para que no pierdan sus nutrientes, incluir solamente frutas frescas, limitar el consumo de comida industrializada, pues los conservadores que poseen dañan los riñones, y beber agua durante todo el día para disminuir la ansiedad y desintoxicar el cuerpo”, agrega.
Si eres de las personas que a pesar de que sigue la alimentación inteligente y hace mucho ejercicio nota que no ha bajado ni una onza, es porque existen ciertos obstáculos que hay que eliminar para logar tener la figura deseada.

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