Combustible vital

El metabolismo es el encargado de transformar lo que comemos en la energía que se necesita para vivir
Por Ileana Delgado Castro / gfrmedia.com
A través de él se llevan a cabo todas las reacciones químicas y procesos físicos que se dan en el cuerpo para mantenerlo en estado de armonía.
Así es, a grandes rasgos, el metabolismo. El mismo al que, en muchas ocasiones, le achacamos las libras de más, la poca energía, el cansancio, la falta de motivación y hasta el malhumor, entre otras culpas.
No podía ser de otra forma. El metabolismo es el que se encarga de transformar la energía que contienen los alimentos que ingerimos en el combustible que necesitamos para todo lo que hacemos. Desde movernos y respirar, hasta pensar o crecer. Es, de hecho, un proceso constante que empieza en el momento de la concepción y termina con la muerte, señala el endocrinólogo Jorge de Jesús.
“El metabolismo se puede definir como las reacciones químicas y físicas que ocurren en las células para poder procesar aquellas acciones que se necesitan para reproducirse. Por ejemplo, una de las cosas que más necesita el organismo es convertir lo que ingerimos, hidratos de carbono (carbohidratos), grasas y proteína, en energía”, abunda de Jesús, mientras destaca que, según las necesidades individuales, esa comida se convierte en un combustible vital.
Según explica el médico, después de ingerir un alimento, unas moléculas presentes en el sistema digestivo, conocidas como enzimas descomponen las proteínas en aminoácidos, las grasas en ácidos grasos y los hidratos de carbono en azúcares simples (como la glucosa).
Además del azúcar, el cuerpo puede utilizar los aminoácidos y los ácidos grasos como fuentes de energía cuando los necesita. Estos compuestos son absorbidos por la sangre, encargada de transportarlos a las células. Una vez en su interior, intervienen otras enzimas para acelerar o regular las reacciones químicas necesarias para “metabolizarlos”.
“Durante este proceso, la energía procedente de los compuestos se puede liberar para que la utilice el cuerpo o la almacene en los tejidos corporales”, explica De Jesús.
Pero además de crear energía con los alimentos, también es importante una buena oxigenación e hidratación, así como armonía en la parte espiritual y emocional, afirma la bariatra Wanda M. Berríos Díaz, quien tiene una práctica de medicina general.
“La oxigenación permite la oxidación de la glucosa para transformarla en energía y utilizarla en todos los procesos metabólicos. Mientras que la hidratación es esencial debido a que la falta de agua altera la normalidad de los procesos fisiológicos del organismo, así como la eliminación de los productos de desecho”, explica Berríos.
Por eso cree que, de acuerdo a cómo se combinan los alimentos que se ingieren y al estilo de vida que se lleva, el metabolismo funciona bien, regular o mal.
“Por ejemplo, mucha gente se queja de que tiene el metabolismo lento, sienten que el cuerpo no genera suficiente energía y que siempre están cansados. Lo que está sucediendo, probablemente, es que los alimentos que están ingiriendo no son los adecuados. Es lo que sucede cuando tienes una dieta muy alta en grasas que, aunque se convierte en energía, no se usa, se guarda”, explica Berríos, mientras resalta que si la persona fuma, también se afecta el metabolismo porque se relaciona con la forma en cómo estás oxigenando el cuerpo.

En equilibrio
Si bien es cierto que tener un metabolismo lento no es saludable, tampoco lo es el hecho de que esté muy acelerado. De ahí la necesidad de adoptar un estilo de vida saludable para que trabaje de manera equilibrada, indica la doctora Berríos, quien está de acuerdo en que una de las quejas más comunes es el metabolismo lento.
“Hay muchas personas que están obesas o sobrepeso y que dicen que siempre se sienten cansadas. Muchas tampoco se ejercitan, por lo tanto al cuerpo también le falta oxigenación”, indica la bariatra, mientras resalta la importancia de estar alertas a los alimentos que se ingieren para que le provean suficiente energía al cuerpo y mantenerlo en el rango adecuado.
No obstante, también señala que hay afecciones que pueden afectar el metabolismo. Por ejemplo, el hipotiroidismo en que la glándula tiroidea no produce suficiente hormona tiroidea, que es la que controla cómo el cuerpo usa y almacena la energía, por ende, regula el metabolismo.
Por eso, añade Berríos, es muy importante buscar la causa del problema que lleva a que ese metabolismo esté lento. “Aunque a veces, con solo cambiar la dieta de ese paciente y añadir actividad física diaria, se puede acelerar el metabolismo”, agrega.
Precisamente, afirma que en términos generales, la lentitud del metabolismo se debe más a consecuencia de la pobre ingesta de alimentos, ya sea por exceso de comida o por falta de ella. En ese sentido, dice que su principal recomendación es que primero se adopte una dieta balanceada, actividad física y crear una relación interna de amor a tu cuerpo. “Eres el dueño y eres el que le puedes dar toda la oportunidad de que se sienta mejor”, agrega.
A eso se añade, señala el doctor De Jesús, que uno de los principales problemas de salud en Puerto Rico es la obesidad. Se estima que cerca del 64% de la población de la Isla está en sobrepeso u obesa, lo que desemboca en una larga lista de enfermedades y dolencias que, sin duda, afectan la calidad de vida.
“Es un problema metabólico que responde a un ambiente tóxico con energía de mala calidad; se ingieren alimentos tóxicos y el organismo reacciona con grasa visceral (intraabdominal), explica el endocrinólogo.
Se refiere lo que se ha denominado como síndrome metabólico, un problema de salud que De Jesús considera es grave. Más que nada, porque la obesidad central se asocia a un aumento en presión arterial, disminución en el nivel de colesterol bueno (HDL), mayor grado de inflamación en las arterias del corazón y aumento en el nivel de triglicéridos en la sangre. Lo que, sin duda, aumenta significativamente el riesgo de muerte relacionada a un evento cardiovascular.
De hecho, el incremento en grasa abdominal aumenta la resistencia de ciertos tejidos del cuerpo a los efectos de la insulina. Esta hormona controla adecuadamente los niveles de azúcar en la sangre. Por eso, las personas que padecen de obesidad central y de resistencia a la insulina podrían desarrollar prediabetes o diabetes.
Estas condiciones a su vez se asocian a problemas del corazón, complicaciones renales, daño a los nervios y al sistema nervioso, problemas de visión e impotencia sexual.
De ahí la importancia, enfatiza De Jesús, en que se conozcan los criterios para diagnosticar este síndrome. Entre ellos, menciona el tamaño o circunferencia de la cintura (medida a nivel del obligo) mayor de 35 y 40 pulgadas en mujeres y hombres, respectivamente; nivel de azúcar en ayuna igual o mayor de 110 mg/dl; presión arterial igual o mayor de 130/85; colesterol bueno (HDL) menor de 50 mg/dl en mujeres y menor 40 mg/dl en hombres; nivel de triglicéridos en la sangre (en ayuna) mayor de 150 mg/dl.
“Con solo tres de esos criterios ya se puede diagnosticar síndrome metabólico”, indica De Jesús, mientras destaca el valor de una buena alimentación y de hacer ejercicios. Por ejemplo, dice que con solo caminar 30 minutos al día, se bajan estos riesgos en más de un 50%.

Alimentación
“Come la mitad de lo que acostumbras comer; añade ensaladas, vegetales y frutas; elimina o disminuye significativamente las grasas saturadas y los refrescos carbonatados aunque sean de dieta y vas a ver un cambio en el metabolismo”.
Es lo que propone la doctora Berríos mientras menciona el rol que tienen la calidad de las calorías en la salud. Por ejemplo, recomienda la alimentación mediterránea porque es alta en antioxidantes, vegetales, frutas y proteínas de calidad.
“Es un arcoiris de colores, en el que la mitad del plato es verde y los carbohidratos no pasan del tamaño del puño de la mano”, agrega Berríos.
De la misma forma se expresa la nutricionista Vilma Calderón, quien cree que una buena alimentación no solo mejora el metabolismo, sino que previene enfermedades.
“Se sabe, por ejemplo, que las proteínas tienen un gasto energético mayor que los hidratos de carbono. Sin embargo, eso no quiere decir que debemos tener una dieta alta en proteína. Las recomendaciones nutricionales son que las personas deben reducir el consumo de proteína animal y aumentar frutas, vegetales y las fuentes de hidratos de carbono, con granos enteros (integrales) que son altos en fibra”, explica Calderón, quien también es educadora en diabetes, especialista en control de peso y entrenadora personal certificada.
Otro punto que la experta resalta es que aun las personas con hipotiroidismo pueden bajar de peso si siguen el tratamiento con medicamento “junto con restricción calórica y un programa de ejercicios”.
De hecho, Calderón enfatiza en que mientras menos músculo tenga una persona y más tejido adiposo, más lento será su metabolismo. En ese sentido, dice que al hacer ejercicios cardiovasculares, además de acelerar el metabolismo, también se aumentará la masa muscular, lo que propiciará un mayor gasto energético.
“También es muy importante mantener una ingesta diaria de tres comidas y tres meriendas; se ha comprobado que se queman más calorías con un consumo moderado o pequeñas porciones de alimentos que en una ingesta de porciones grandes. De la misma forma, se ha encontrado que pasar periodos prolongados sin comer, reduce el metabolismo”, recomienda Calderón quien además hace enfásis en el valor de tomar mucha agua durante el día.
“El agua es el solvente más importante para todos los procesos fisiológicos del cuerpo; mientras más agua tomes, mejor hidratados y el metabolismo va a funcionar mucho mejor”, agrega.

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