Por Liz Sandra Santiago /elnuevodia.com
Muchos dicen que no hay nada más seguro en la vida que la muerte. Sin embargo, no siempre es fácil aceptar ese hecho y resignarse a que ocurrirá. Algunas personas evitan hablar sobre este tema y prefieren seguir su vida sin enfrentarlo.
“Todo lo que vive pasa por unas etapas: nace, se desarrolla, envejece y muere. Es parte de estar vivo. Es algo natural. Obviamente como es algo desconocido, causa mucho temor. Por eso, personas que no entienden el proceso evitan el tema”, señala la psicóloga Wanda Figueroa.
La especialista además comenta que por lo general, a personas con creencias o ideales religiosos, se les hace más fácil aceptar esta etapa natural en el ciclo de vida de todo ser.
“Por ejemplo, las personas que tienen una filosofía cristiana piensan que hay una vida tras la muerte. Los budistas creen en la reencarnación como parte de un ciclo. La realidad es que no importa cuáles sean las creencias o ideas religiosas, tenerlas, siempre ayuda a prepararse aunque sea de forma indirecta para la muerte. Estas creencias permiten aceptar que este evento va a tomar lugar en algún momento y a verlo desde un enfoque diferente”, menciona Figueroa.
La aceptación hacia este hecho inevitable puede requerir la búsqueda de ayuda psicológica. Figueroa considera esencial enfocarse en ser productivo y en las experiencias importantes que han transcurrido desde el momento de nuestro nacimiento y que dan valor y propósito a la existencia de cada persona. Tratar de vivir la vida en orden, ser responsable, pensar en las consecuencias de nuestras conductas y tratar de ser feliz.
“Busca que cuando llegue este momento sientas que tu vida ha tenido sentido, saber que te vas pero dejaste una huella. Una buena pregunta que te puedes hacer es: ‘Si muriera mañana, ¿cómo se sentirían las personas que están a mi lado? ¿Qué asuntos debo arreglar para dejar un ambiente en paz y que mi memoria cause alegría a la gente a la que conocí?”, comenta.
Piensa en las respuestas que desearías obtener y en lograrlas. Esta es una forma de comenzar a ver la muerte desde una perspectiva positiva. Situaciones más allá de la muerteMás allá del plano espiritual y emocional, el tema de la muerte también crea en muchas personas cierta incertidumbre en lo que a bienes materiales y monetarios se refiere.Algunos se preguntan qué pasará con sus propiedades o cuentas bancarias cuando ya no estén. Mientras que a otros les preocupa que la carencia de recursos económicos pueda crear tensión familiar al momento de pagar por los servicios funerarios.Para que el tema de la muerte no cause un estrés adicional, la psicóloga Wanda Figueroa recomienda tratar hacer los arreglos pertinentes de acuerdo a la situación personal de cada quien.Si tienes propiedades o bienes, lo ideal es que busques la ayuda de un abogado para hacer un testamento. Otro arreglo que puedes hacer es adquirir un plan de servicios funerarios que puedes pagar al momento o a plazos.Algunas personas optan por dejar por escrito cómo quiere que se disponga de su cuerpo y sus bienes una vez haya muerto.No importa lo que decidas, lo esencial es hacer aquello que te permita ver este proceso como uno natural, sin que te cause estrés ansiedad pensar qué pasará una vez te hayas ido.
“Todo lo que vive pasa por unas etapas: nace, se desarrolla, envejece y muere. Es parte de estar vivo. Es algo natural. Obviamente como es algo desconocido, causa mucho temor. Por eso, personas que no entienden el proceso evitan el tema”, señala la psicóloga Wanda Figueroa.
La especialista además comenta que por lo general, a personas con creencias o ideales religiosos, se les hace más fácil aceptar esta etapa natural en el ciclo de vida de todo ser.
“Por ejemplo, las personas que tienen una filosofía cristiana piensan que hay una vida tras la muerte. Los budistas creen en la reencarnación como parte de un ciclo. La realidad es que no importa cuáles sean las creencias o ideas religiosas, tenerlas, siempre ayuda a prepararse aunque sea de forma indirecta para la muerte. Estas creencias permiten aceptar que este evento va a tomar lugar en algún momento y a verlo desde un enfoque diferente”, menciona Figueroa.
La aceptación hacia este hecho inevitable puede requerir la búsqueda de ayuda psicológica. Figueroa considera esencial enfocarse en ser productivo y en las experiencias importantes que han transcurrido desde el momento de nuestro nacimiento y que dan valor y propósito a la existencia de cada persona. Tratar de vivir la vida en orden, ser responsable, pensar en las consecuencias de nuestras conductas y tratar de ser feliz.
“Busca que cuando llegue este momento sientas que tu vida ha tenido sentido, saber que te vas pero dejaste una huella. Una buena pregunta que te puedes hacer es: ‘Si muriera mañana, ¿cómo se sentirían las personas que están a mi lado? ¿Qué asuntos debo arreglar para dejar un ambiente en paz y que mi memoria cause alegría a la gente a la que conocí?”, comenta.
Piensa en las respuestas que desearías obtener y en lograrlas. Esta es una forma de comenzar a ver la muerte desde una perspectiva positiva. Situaciones más allá de la muerteMás allá del plano espiritual y emocional, el tema de la muerte también crea en muchas personas cierta incertidumbre en lo que a bienes materiales y monetarios se refiere.Algunos se preguntan qué pasará con sus propiedades o cuentas bancarias cuando ya no estén. Mientras que a otros les preocupa que la carencia de recursos económicos pueda crear tensión familiar al momento de pagar por los servicios funerarios.Para que el tema de la muerte no cause un estrés adicional, la psicóloga Wanda Figueroa recomienda tratar hacer los arreglos pertinentes de acuerdo a la situación personal de cada quien.Si tienes propiedades o bienes, lo ideal es que busques la ayuda de un abogado para hacer un testamento. Otro arreglo que puedes hacer es adquirir un plan de servicios funerarios que puedes pagar al momento o a plazos.Algunas personas optan por dejar por escrito cómo quiere que se disponga de su cuerpo y sus bienes una vez haya muerto.No importa lo que decidas, lo esencial es hacer aquello que te permita ver este proceso como uno natural, sin que te cause estrés ansiedad pensar qué pasará una vez te hayas ido.
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