Mitos y realidades de pacientes en estado de coma

Ni dormido ni despierto
En estado de coma las personas son incapaces de reaccionar a los estímulos
Por Camile Roldán Soto /elnuevodia.com

Una tarde, Dennis Jiménez simplemente no llegó a casa.
“Pasaron las horas y me puse a llamar a hospitales. Cuando por fin lo encuentro estaba en el Florida Hospital”, recuerda su esposa, Myrna Ruiz.
Jiménez había sufrido un derrame cerebral. A consecuencia, desarrolló a los pocos días una aneurisma (ensanchamiento anormal de una arteria). Su estado de salud se deterioró a un extremo tal que los médicos decidieron provocarle un estado de coma.
Durante dos meses, el hombre estuvo inconsciente y de aquel tiempo en cama no recuerda absolutamente nada. Cuando despertó no tenía idea de lo que había ocurrido, dónde estaba ni cómo había llegado allí.
“Honestamente, estaba en otro mundo. No reconocía a la gente. Me llevaron un documento para que firmara y yo lo que hacía eran circulitos y rayitas. Estaba perdido”, rememora hoy sobre la experiencia acontecida hace seis años.
Mientras, las semanas que su esposo estuvo en coma, Nyrma pasó una agonía.
“Fue bien horrible. Lo que hacía era llorar todo el tiempo”, recuerda la mujer.
Como le ocurrió a Dennis, el coma a veces se debe a una decisión médica para intentar salvar la vida de un paciente. Entonces, se conoce como coma inducido, a base de medicamentos. En otras circunstancias, es un síntoma causado por un trauma o condición severa.

Estado que confunde
Sea cual sea el tipo de coma, inducida o repentina, existe mucha confusión respecto a porqué ocurre, cómo se diferencia de otros tipos de inconsciencia y, lo más importante, cuáles son las probabilidades de sobrevivir.
Es natural. Nadie está preparado para enfrentar el deterioro de la salud de un ser querido, mucho más si viene acompañada de la incertidumbre que caracteriza al coma.
En casos muy raros, cuando se extiende por períodos muy largos provoca aún más desconcierto a los familiares y amigos del paciente. Por esas emociones fuertes que despierta, no es raro que el tema haya sido extensamente tratado en el cine, aunque no necesariamente de la manera más adecuada.
Al respecto, un estudio reciente de la Clínica Mayo concluyó que la visión promovida en películas y series de televisión dista muchísimo de la realidad y podría explicar, en parte, muchas confusiones y falsas expectativas.
En la investigación The Portrayal of Coma in Contemporary Motion Pictures, los neurólogos Eelco y Coen Wijdicks analizaron 30 películas que tocaron el tema de coma entre el 1970 al 2004. Concluyeron que solo dos cintas (Dream Life of Angels y Reversal of Fortune) ofrecieron una representación realista sobre el drama que atraviesan las víctimas.
Y es que, contrario a las imágenes que usualmente vemos en la pantalla grande o la televisión, los pacientes en estado de coma no despiertan un día como si nada hubiera pasado.

¿Qué es realmente el coma?
“Es un estado de inconsciencia en el cual no hay respuesta a estímulos externos o si la hay, es muy poca”, explica la doctora Yadira Dacosta, jefa del área de neurología en el Hospital Hima de Caguas.
Aunque comúnmente se dice que un paciente comatoso está dormido, (de hecho en griego, coma significa estado de sueño) la comparación es incorrecta pues a diferencia de lo que ocurre al dormir, la persona no reacciona al dolor, el sonido o la luz.
Diferentes situaciones pueden provocar un coma. Por eso se le considera un síntoma y no una condición o enfermedad.
Entre las posibles causas se encuentran los traumas en la cabeza, derrames cerebrales o infecciones como la meningoencefalitis. Pero también, un fallo grave en la función de órganos como los riñones (fallo renal) o el hígado (fallo hepático), o por niveles de azúcar demasiado altos o bajos (coma diabética).
Otro detonante es la intoxicación a través del consumo de drogas ilegales o legales, incluyendo el alcohol.
Cuando un paciente llega al hospital en estado comatoso lo primero que hacen los médicos es estabilizarlo y, lo más rápido posible, identificar la causa. Se ordenan pruebas de sangre y un CT scan del cerebro, entre otros exámenes. Aunque cada caso requiere su atención particular, entubarlo es parte del protocolo, para mantener abierta la vía respiratoria mientras se espera por una respuesta positiva, explica Dacosta.

Posibilidades de sobrevivir
El coma puede ser reversible o irreversible. Los médicos utilizan la Escala de Glasgow para medir en números del 1 al 15 su severidad, de acuerdo a la respuesta motora, verbal y ocular.
“Mientras más alta sea la puntuación, mejor está el paciente. Si es menor de 9 se entiende que son bajas las probabilidades de salir”, señala la neuróloga, aunque enfatiza que cada caso es particular.
La causa del coma y su intensidad determinan las probabilidades de superarla.
El doctor Abiezer Rodríguez, neurólogo vascular, explica que si se trató de una intoxicación y el paciente recibió asistencia a tiempo, es bastante probable que pueda recuperarse.
“Si son traumas cerebrales o tumores, es más difícil que sobreviva”, explica.
Mientras dura el estado comatoso es posible que el paciente tenga algunas reacciones mínimas al dolor, mueva alguna parte del cuerpo o los párpados. Esta reacciones, que pueden ser interpretadas como señales de esperanza por parte de los familiares son, según los médicos, reflejos primitivos y no intencionales que en ocasiones se conservan aún en estado de coma.
Cuando el paciente sí despierta, la recuperación es un proceso lento y el coma puede haber dejado su huella en las formas de daño cognoscitivo, pérdida del habla o de memoria. La recuperación requiere tratamiento y paciencia.
Depende de la gravedad y el tiempo transcurrido esta secuela será permanente, grave o superada.
En el caso de Dennis, los médicos anticiparon que tras culminar su coma, no volvería a caminar o hablar, y se le ubicó en un centro para pacientes desahuciados. Su esposa Myrna lo visitaba, pero solo para observarlo sin poder hacer nada para mejorar su estado.
Poco a poco, y con el compromiso particular de una terapista, Dennis empezó nuevamente a hablar y a moverse. Fue una batalla de día a día que eventualmente dio resultados.
Hoy, el exatleta puede hablar, aunque no muy rápido, caminar y llevar una vida relativamente normal.

Comatoso y vegetativo no son la misma cosa
Cuando el coma se extiende por más de cuatro o cinco semanas se dice que el paciente entró a un coma prolongado. Y una vez transcurre este periodo es más probable que la situación degenere en un estado vegetativo permanente, como en el que se encuentra hace dos años y cinco meses el famoso músico argentino Gustavo Cerati.
El estado vegetativo es diferente al coma.
“El paciente pierde todas sus capacidades cognoscitivas y habilidades de comunicación. Puede estar despierto y conservar reflejos primitivos como el tragar, respirar y responder al dolor, pero su comunicación con el mundo exterior es mínima”, señala Dacosta.
Las personas en estado vegetativo recuperan el patrón del sueño, pueden abrir y cerrar los ojos e incluso sentir algo de dolor.
Es posible permanecer en estado vegetativo o coma durante años. Una posibilidad que plantea grandes responsabilidades, debates éticos y morales para las familias y el Estado.
Otros estados de inconsciencia
catatonia: Puede ser causada por un desorden siquiátrico. La persona no habla ni se mueve. Comúnmente, tampoco mantiene contacto visual.
Desmayo o síncope: Se pierde la consciencia de manera súbita pero momentánea. Las causas pueden ser variadas. Desde dolor intenso, sufrimiento emocional o presión baja.
Somnolencia: Son estados de sueño livianos, pero exagerados durante el día. La persona fluctúa entre estados de alerta. Puede ser una señal de algún trastorno del sueño.
Estupor: Se necesita de estímulos fuertes para despertar a la persona, cuyas funciones cognitivas quedan disminuidas.
Fuente: Recopilado por El Nuevo Día.

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