Melancolía navideña, hay formas de combatir la tristeza pasajera que afecta algunos en esta época

Por Ileana Delgado Castro / elnuevodia.com
Es indiscutible que para las fechas que se avecinan, de fiestas y celebraciones, siempre hay una presunción general de que todo el mundo debe estar feliz. Pero no siempre es así. Para algunas personas, de hecho, la temporada navideña puede ser sinónimo de tristeza y pena.
Las razones pueden ser variadas, desde haber perdido a un ser querido o algo muy preciado (como un empleo o haber pasado por un divorcio), hasta tener dificultades económicas, soledad, o padecer de una enfermedad.
Y para los que están en esa situación, la presión de las múltiples invitaciones para actividades familiares o fiestas con amistades, los regalos que la gente se siente obligada a hacer y el ambiente general de celebración pueden ser detonantes que ahondan aún más los sentimientos que tienen.
No obstante, los profesionales de la salud, más que hablar de depresión, prefieren referirse a tristeza, desilusión y hasta melancolía, como estados de ánimos típicos de esta época. A diferencia de la primera, estas son emociones que, generalmente, tienden a ser pasajeras.
De hecho, en diciembre siempre aumenta la demanda de servicios psicológicos, según la psicóloga clínica y forense Aida Myrna Vélez, asesora de salud mental de la Administración de Servicios de Salud Mental y contra la Adicción (ASSMCA).
“Lo primero es que, no importa la condición emocional de cada quien, en estos días muchos pasan por lo que se conoce como melancolía navideña debido a todo lo que implica el cierre de un ciclo más de vida y el comienzo de otro”, afirma Vélez.
Por eso, no es extraño que, para algunas personas, ese repaso que se hace del año que está a punto de terminar es mucho más difícil, coincide el psicólogo clínico Luis Caraballo, profesor del Departamento de Psiquiatría del Recinto de Ciencias Médicas. Son los que hacen una evaluación más crítica de los éxitos o fracasos; se cuestionan lo que dejaron de hacer y lo que no pudieron lograr o, por otro lado, se preocupan desproporcionadamente por el año que va a comenzar y los retos que eso implica.
Tristeza de temporada
Precisamente, diversas investigaciones científicas han llegado a la conclusión de que en esta época festiva, teóricamente marcada por la felicidad y la ilusión, los casos de “bajones anímicos” aumentan.
En Estados Unidos, por ejemplo, se conoce como trastorno afectivo estacional (seasonal affective disorder) o depresión de invierno que, según Caraballo, se ha relacionado con el cambio que sucede en invierno, con días más cortos y menos luz. De hecho, el psicólogo dice que, para combatirlo y aminorar los síntomas, se usa la “terapia de luz”, que consiste en exponer a la persona a un tipo de luz especial durante 15 a 30 minutos al día.
En Puerto Rico, sin embargo, no tenemos ese tipo de invierno. Y aunque los días son más cortos y muchas personas se quejan de que en estos días salen del trabajo de noche, esa no parece ser la causa de sus penas.
De hecho, la realidad es que por estas tierras hay muchos factores que pueden incidir en el ánimo y en las ganas de fiestar. Y uno de los más recientes, recuerda Caraballo, es que hay mucha gente triste debido a que su partido político no fue favorecido en las elecciones. En ese sentido, es posible que las celebraciones navideñas contribuyan a que algunos se sientan más aprensivos que de costumbre.
El problema, sin embargo, puede surgir cuando ese estado de ánimo se agudiza y no permite que la persona funcione como normalmente lo hace, advierte Caraballo, quien cree que, si eso pasa, se debe levantar bandera y buscar algún tipo de ayuda. El peligro es que, si la persona no tiene una red de apoyo, también hay riesgo de suicidio o de adicciones, especialmente porque este es un periodo donde los excesos se legitiman y, por ejemplo, la gente se da permiso para beber o comer sin límite.
A esto se suma que es una época en que los gastos aumentan y el presupuesto familiar sufre más. “Y todo eso provoca una gran sobrecarga emocional”, advierte Vélez. También se debe tener en cuenta, advierte Caraballo, que muchas personas se afectan emocionalmente debido a malos recuerdos de situaciones que pasaron en esta época del año y las reviven de nuevo.
“Puede ser una fecha en la que se perdió a alguien querido y ahora, al no estar, la tristeza se profundiza. A veces se debe a pérdida de empleo, problemas, o estrechez económica, o cualquier otra memoria del pasado. Y aunque no necesariamente la persona desarrolla depresión, es suficiente para que afecte el estado anímico y sienta que no tiene mucho por qué celebrar”, explica Caraballo.
De la misma forma, hay parejas que están pasando por situaciones maritales difíciles o que tienen problemas serios con los hijos, lo que las predispone a evitar las celebraciones.
“En ese sentido, es importante manejar todos esos estresores ahora, antes de que lleguen las fiestas, especialmente porque mucha gente toma decisiones drásticas en Navidad, y eso es contraproducente. Esas determinaciones se posponen porque, después de que pasa este ciclo, las emociones se estabilizan y se ven las cosas con más claridad”, recomienda Vélez.
Por eso, aconseja que no tomes la decisión de divorciarte o separarte en estos días, por ejemplo, a menos que seas víctima de maltrato o violencia doméstica y corras algún peligro. “Hay que tener mucho cuidado con las decisiones que se toman en este periodo. Después, cuando todo vuelve a la normalidad, te puedes arrepentir”, agrega.
Levanta el ánimo
Así que, aun dentro de toda la tristeza, pesimismo o situación difícil por la que puedas estar pasando en estos días, siempre hay opciones que te pueden ayudar a aliviarlos.
“Eso no quiere decir que, por ejemplo, el dolor por la pérdida de un ser querido no se va a sentir. Pero hay que ingeniárselas para buscar otras formas de animarnos y comenzar a ver el vaso medio lleno en vez de verlo medio vacío”, sugiere Caraballo.
También puedes sacar momentos para orar, acudir a reuniones de grupos de apoyo, compartir con la familia y las amistades. De la misma forma, brindar ayuda desinteresada a personas necesitadas puede ayudar a sanar viejas heridas.
“También se debe aprovechar la ocasión para explicarles a los niños que no siempre vamos a tener todo lo que queremos y que, por situaciones que están fuera de nuestro control, no siempre se pueden hacer las mismas celebraciones u obtener todo lo que queremos”, señala Vélez, tras resaltar la importancia de que se entienda que la felicidad no se debe circunscribir a lo material o a alguna situación en particular.
Asimismo, es importante que, en vez de guardarte los sentimientos de tristeza o de pena, los compartas con familiares y amigos. O si prefieres más privacidad, con un profesional de la salud.
También se debe tener en cuenta que, en esta época, las personas de edad avanzada son las que más se deprimen. Ya no son las que toman las decisiones y, muchas veces, no se toman en cuenta, y eso las deprime.
Por eso, se recomienda que no las olvides, que las visites y las incorpores a las actividades navideñas de familia. Y aunque, a veces, por la misma depresión, declinen invitaciones, intenta convencerlas de que la van a pasar bien y que van a disfrutar junto a los nietos y a otros seres queridos.
En ese sentido, Caraballo apela a que siempre se vea el futuro con esperanza. “Ver el nuevo año como el comienzo de muchas cosas buenas, que será mejor que el que acaba de pasar”, recomienda Caraballo.
Por otro lado, el psicólogo resalta que si no se puede convencer al ser querido para que se una a las celebraciones familiares, se debe aceptar su decisión y no obligarlo. “A menos que uno sospeche que tiene pensamientos suicidas o está psicótico, se debe dejar tranquilo y entender que no quiere celebrar. Esa es su decisión y hay que respetarla”, recomienda.
Estados diferentes
La distimia o tristeza es un trastorno de depresión leve que dura aproximadamente dos semanas y que se caracteriza por baja autoestima y la aparición de un estado de ánimo melancólico, triste y apesadumbrado, pero que no cumple con todos los patrones de una depresión mayor. También puede haber pérdida de interés por las celebraciones navideñas, énfasis excesivo en el uso de alcohol y de sustancias, irritabilidad, coraje, y cierto aislamiento social.
Mientras, la depresión -explica la psicóloga clínica Aida Myrna Vélez– es un trastorno que dura más de dos semanas consecutivas y hay tristeza profunda, desesperanza, soledad, cambios en el estado de ánimo, pérdida de interés, disminución en el rendimiento laboral, incapacidad para disfrutar las actividades del diario vivir, pérdida de apetito, trastornos del sueño y aislamiento.
Para la persona que ha tenido la pérdida reciente de un ser querido o conmemora el aniversario de su muerte, estos días pueden ser particularmente fuertes. Y es normal que esto provoque sentimientos de tristeza, afirma Vélez.
“Es normal estar triste porque todo ser humano tiene que pasar por un proceso de duelo. Pero eso no quiere decir que está en depresión”, agrega la psicóloga.
Algunas recomendaciones
• Navidad es enfocarnos en el prójimo, en darle una palabra de aliento a esa persona que tenemos cerca, en sembrar una semilla de amor, una sonrisa.
• Recuerda a los seres queridos que ya no están y los momentos agradables que pasaron; comparte esas experiencias positivas con la familia y los amigos.
• Habla, expresa tus sentimientos con alguna persona de tu confianza o con un profesional de la salud.
• Vive el verdadero significado de la Navidad y da gracias por la vida y por todo lo que te ha pasado, bueno o malo, porque eso te ayuda a crecer y a madurar.
• No te enfoques en lo negativo; busca la alegría en los pequeños detalles. Si observas bien, el 80% de lo que te ha pasado ha sido de logros, ganancias y regalos. El 10% restante es lo que te ayuda a crecer.
• Comparte con los viejos de tu familia, conversa con ellos y promueve que sean parte activa de las celebraciones familiares.
• Si antes viajabas o celebrabas en grande y ahora la situación económica no te lo permite, utiliza el momento como una oportunidad para examinar tu vida y tu espiritualidad y hacer algo diferente.
• Pon tu situación en perspectiva y no te dejes arrastrar por la comercialización y el consumismo.
• Saca tiempo para reflexionar, meditar y estar a solas. Da gracias por lo que tienes, independientemente de las pérdidas que hayas tenido.
• Planifica los rituales que se hacen durante esta época. Por ejemplo, una cena para la familia el día de Nochebuena, cantar algún villancico o rezar una oración.
• Adorna la casa, aunque sea con los artículos viejos.
• No dejes nada al azar: planifica con tu familia cómo van a pasar los días festivos y qué van a hacer.
Fuente: Recopilado por El Nuevo Día

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