Consejos prácticos para evitar que se conviertan en un pozo sin fondo
Ten un plan de emergencia al que recurrir cuando la tropa de adolescentes llegue por sorpresa.
Por la Redacción de El Mercurio, Chile / GDA
Algo parece suceder en los estómagos adolescentes que transforma sus cuerpos en pozos sin fondo, haciendo que la comida que podría durar para un mes, dure apenas un par de días.
Para corroborar la voracidad al comer de los adolescentes, especialmente los varones en etapa de crecimiento, el doctor Jack A. Yanovski reunió a 204 niños de entre 8 y 17 años, para desarrollar un estudio que publicó en 2010 en American Journal of Clinical Nutrition.
Allí se explicó que, tras ofrecerles dos almuerzos -uno en el que comerían como lo hacen siempre y otro, donde podrían devorar todo lo que quisieran, las conclusiones de la investigación determinaron que los preadolescentes de entre 8 y 10 años comieron un promedio de 1,300 calorías, mientras que los de entre 14 y 17 (pubertad tardía), casi 2,000, cuando lo recomendable para un ser humano, generalmente, no supera esa cifra en sus comidas de todo un día. “Popularmente se cree que los jóvenes pueden comer cantidades enormes, pero no teníamos muchos datos”, dijo Yanovski.
Adjunto unos consejos publicados en la revista Time que sabe, pueden ayudar a no caer en la quiebra.
-Haz un presupuesto mensual: Recuerda que el dinero destinado a la comida, no solo incluye las compras del supermercado. Ahí debes incorporar lo que gastas en restaurantes, y el dinero que les das a tus hijos para que coman en la escuela. Después de unos meses, fíjate adónde se está yendo la mayor parte de tu dinero para la comida. Incluye a tus hijos en este proceso para enseñarles buenos hábitos con el dinero.
-Planifica tus comidas caseras: Mirar con anticipación el menú de la casa, ahorra tiempo y dinero. A veces el cansancio obliga a comprar comida, pero esas costumbres harán del presupuesto familiar una pesadilla cuando sea el adolescente el que deba enfrentar la hora de la comida solo. Se recomienda planificar el menú y adelantarse, dejando comida preparada en la nevera. Así solo hay que llegar y calentar.
-Llénalos- Los carbohidratos son tus aliados al ahorrar en comida. Cuando los amigos de tus hijos se queden en tu hogar como si fuera un hotel, opta por los cereales al desayuno, y las pastas en las comidas y/o cenas. Les hará sentirse satisfechos.
-Ten un plan de emergencia al que recurrir cuando la tropa de adolescentes llegue por sorpresa. Usa grandes bolsas de papas fritas, barritas de cereal, guineos, huevos y tacos rellenos para contraatacar el hambre de tus hijos y sus amigos.
Para corroborar la voracidad al comer de los adolescentes, especialmente los varones en etapa de crecimiento, el doctor Jack A. Yanovski reunió a 204 niños de entre 8 y 17 años, para desarrollar un estudio que publicó en 2010 en American Journal of Clinical Nutrition.
Allí se explicó que, tras ofrecerles dos almuerzos -uno en el que comerían como lo hacen siempre y otro, donde podrían devorar todo lo que quisieran, las conclusiones de la investigación determinaron que los preadolescentes de entre 8 y 10 años comieron un promedio de 1,300 calorías, mientras que los de entre 14 y 17 (pubertad tardía), casi 2,000, cuando lo recomendable para un ser humano, generalmente, no supera esa cifra en sus comidas de todo un día. “Popularmente se cree que los jóvenes pueden comer cantidades enormes, pero no teníamos muchos datos”, dijo Yanovski.
Adjunto unos consejos publicados en la revista Time que sabe, pueden ayudar a no caer en la quiebra.
-Haz un presupuesto mensual: Recuerda que el dinero destinado a la comida, no solo incluye las compras del supermercado. Ahí debes incorporar lo que gastas en restaurantes, y el dinero que les das a tus hijos para que coman en la escuela. Después de unos meses, fíjate adónde se está yendo la mayor parte de tu dinero para la comida. Incluye a tus hijos en este proceso para enseñarles buenos hábitos con el dinero.
-Planifica tus comidas caseras: Mirar con anticipación el menú de la casa, ahorra tiempo y dinero. A veces el cansancio obliga a comprar comida, pero esas costumbres harán del presupuesto familiar una pesadilla cuando sea el adolescente el que deba enfrentar la hora de la comida solo. Se recomienda planificar el menú y adelantarse, dejando comida preparada en la nevera. Así solo hay que llegar y calentar.
-Llénalos- Los carbohidratos son tus aliados al ahorrar en comida. Cuando los amigos de tus hijos se queden en tu hogar como si fuera un hotel, opta por los cereales al desayuno, y las pastas en las comidas y/o cenas. Les hará sentirse satisfechos.
-Ten un plan de emergencia al que recurrir cuando la tropa de adolescentes llegue por sorpresa. Usa grandes bolsas de papas fritas, barritas de cereal, guineos, huevos y tacos rellenos para contraatacar el hambre de tus hijos y sus amigos.
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