¿Tienes un amor falso o verdadero?

¿Tienes un amor falso o verdadero?La palabra amor se usa con frecuencia, pero no siempre significa lo mismo. Conoce las claves para saber si es un sentimiento sincero con tu pareja

La palabra amor está en boca de muchas parejas cuando inician una relación, pero para llegar al amor verdadero se tienen que dar una serie de pautas que no dan lugar a la confusión. A continuación detallamos las características generales de ambos casos:
Amor falso:
—Se caracteriza por la búsqueda individualista de la propia satisfacción. Es algo que se busca y se hace para uno mismo.
—Se fundamenta principalmente en el placer sexual: más que «dar amor» busca un «amor egoísta».
—La búsqueda de placer se convierte en una cadena que ata, pesa y esclaviza. Al final el sexo no produce satisfacción completa y debe ser continuamente repetido y/o sustituido.
—Se llega a utilizar la propia intimidad como objeto de intercambio ocasional: es dar el cuerpo sin haberse entregado a uno mismo. Te conviertes en persona-objeto.
—Se vive siempre el momento, la improvisación. Te incapacita para asumir metas altas, valores duraderos.
—Una relación física sin compromiso es necesariamente provisional: induce a pensar que aún está por llegar alguien mejor.

Amor verdadero:
—Es paciente, da paz y tranquilidad. Sabe esperar: disfruta de cada momento sabiendo que va construyendo su vida y sus ideales, su conciencia y su personalidad.
—No quiere quedarse en las meras sensaciones, sino buscar la verdad que hay en ellas, su valor más profundo.
—Se acomoda al ritmo natural de la maduración del amor: no se trata de reprimir las tendencias, sino de saberlas dirigir y para eso se necesita aprendizaje y maduración personal.
—Sabe que la libertad no está en hacer lo que me viene en gana, sino en saber gestionar las ganas para saber si conviene.
—No toma decisiones precipitadas y sin pensar en las repercusiones. Fomenta el autodominio y la autoestima: busca el bien para sí y para la otra persona.
—La relación está basada en la comunicación, en el conocimiento y aceptación mutua y tiende a la exclusividad y a la eternidad.

Fuente: Jokin de Irala e Ignacio Gómara, investigadores de la Universidad de Navarra y autores de «Nuestros hijos... quieren querer».

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