Hombre que te pega una vez... ¿dejará de hacerlo?

Especialistas en violencia doméstica se cuestionan si un hombre violento pueda rehabilitarse
Por Brunymarie Velázquez/elnuevodia.com
“Escoger a un hombre violento para compartir tu vida, es llevar la muerte a tu casa”.
Con esa expresión, la procuradora de las mujeres Wanda Vázquez advierte lo letal que puede ser para una mujer entablar vínculos amorosos con un hombre violento.
Ese hombre celoso que busca aislar y controlar, insulta, provoca sentimientos de ansiedad o dolor emocional con sus acciones o actitudes, es agresivo y hasta puede llegar a golpear a su pareja, tiene los rasgos principales de un abusador cuya rehabilitación, según especialistas en salud mental y violencia doméstica, es una meta incierta y en algunos casos hasta luce improbable.
¿Es posible que un hombre modifique sus conductas y deje ser un abusador?
Salvador Santiago Negrón, psicólogo clínico y expresidente de la Comisión para la Prevención de la Violencia de Puerto Rico (COPREVI), se aferra al positivismo y asegura que sí se puede.
“Pero depende de muchos factores, no hay una fórmula mágica”, añade de inmediato sobre el grave problema de violencia de género, que el año pasado cobró la vida de 26 mujeres. En el 2012 han muerto asesinadas 18 a manos de sus compañeros.
“Las creencias religiosas y los valores que tenga el agresor son determinantes a la hora de intervenir con él. Generalmente la violencia doméstica parte de un paradigma de inferioridad, (estos hombres) son agresivos y creen que la mujer tiene que obedecerlo, este tipo de hombre tiene muy pocas posibilidades de rehabilitarse”, explica Santiago.
UN PROBLEMA PSIQUIÁTRICO
La conducta impulsiva de un hombre también podría obedecer a desbalances químicos en su cerebro que se pueden atender con tratamiento psiquiátrico, confirma el psicólogo. Sin embargo, estos casos son los menos.
“En proporción con la cantidad de casos en Puerto Rico, la gran mayoría se trata de agresores que no presentan ninguna condición mental”, asegura la procuradora de las mujeres.
Santiago coincidió en que “existen causas neurobiológicas que promueven la violencia machista, como trastornos de personalidad, pero son mínimos los casos”.
“Si la persona tiene problemas neurológicos se evalúa a través de pruebas y mecanismos para diagnosticar cualquier tipo de desbalance neuroquímico o metabólico. Si es así, se trabaja médicamente. Si lo que necesita es terapia, se trabaja con la víctima y sus colaterales”, explica, por su parte, el doctor Luis A. Martínez Álvarez, administrador de Administración de Servicios de Salud Mental y Contra la Adicción (ASSMCA).

AGREDE Y SE JUSTIFICA
Los factores que generan los actos de violencia machista varían y pueden responder a su tipo de crianza o al entorno social en que viven, según Santiago. “Y el problema está cuando cree genuinamente en el sistema de valores machistas que lo lleva a ser violento y por ellos se justifica y cree que está bien”, añade.
“Muchas veces el abuso está avalado por las creencias religiosas. Hay muchos que justifican sus conductas abusivas por la Biblia, el Corán y otras religiones”, revela Santiago.
Los factores religiosos orientados a ver a la mujer como la inferior promueven la violencia, dice Santiago.
“También tienen un papel importante la tradición familiar. La recomendación como psicólogo es decirle a la mujer que tiene que terminar la relación”, explica.
La procuradora de la Mujer no cuenta con datos estadísticos sobre las principales causas de abuso machista, pero asegura que “la mayoría son por razones culturales, enseñanzas de pequeños y el problema de abuso y control de la víctima”.
Los factores circunstanciales que se identifican como posible causa del abuso también pueden determinar la capacidad de rehabilitación del agresor.
Santiago advierte que de ninguna forma se justifica el abuso, pero la posibilidad de modificar la conducta de un abusador aumenta sustancialmente si el evento violento surge en circunstancias anormales que pueden evitarse.
“Porque no es lo mismo cuando una persona acepta que estaba borracho, drogado o hubo una serie de factores que pudieron haber propiciado la reacción violenta y que pueden evitarse. Si es así, se aumenta la posibilidad de rehabilitación grandemente porque se interviene con la adicción al alcohol o las drogas como el problema principal”, explica el psicólogo clínico.
Esto no significa que el panorama de rehabilitación es tétrico. Siempre queda el deseo de mejorar de la persona.
“Lo más importante en una persona que se quiera rehabilitar es su fuerza de voluntad y los tratamientos son significativos para completar un proceso de rehabilitación”, explica el doctor Martínez.
Martínez sostiene que la agencia, que ofrece ayuda de profesionales de la salud a través de la Línea PAS (Primera Ayuda Psicosocial) para que puedan recibir orientación y consejería en relación con posibles crisis violentas a través del 1-800-981-0023.
“Han aumentado significativamente las personas que están llamando. Los primeros tres meses que comenzamos recibíamos algunas siete llamadas al mes de agresores para controlar sus impulsos. A partir del julio de 2011 las llamadas de han cuadriplicado.
Pero también el número de víctimas ha aumentado, previo al acuerdo llamaban 50 víctimas y actualmente son 100, según Martínez. “Son casos que se previenen”, asegura.

No hay comentarios.: