Por El Mercurio / GDA
Siempre se dice que “una alimentación sana y equilibrada hace bien para la salud”. Una frase que se repite y que nadie pone en duda. Sin embargo, para quienes se adhieren a la línea de la nutrición energética, la comida es mucho más que eso.
Paula Droguett es terapeuta del dolor y aprendió sobre alimentación energética en España, de donde es originaria Montse Bradford, la pionera en este campo.
¿Qué es?
Según Droguett, se basa en el principio de que cada alimento produce un efecto diferente en el cuerpo, de manera que al utilizar su energía las personas pueden alcanzar y mantener un equilibrio entre mente y cuerpo. Eso sí, no se trata de comer cualquier cosa, ya que los mayores beneficios se obtienen de los alimentos naturales, es decir, aquellos que en algún momento fueron organismos vivos y cuya vida va disminuyendo a medida que se desintegran en el organismo de los seres humanos producto de la digestión.
“Los alimentos energéticos se refieren sobre todo a los de origen vegetal, a las frutas y verduras”, dice Droguett. Sin embargo, aclara que la alimentación energética también acepta algunos productos de origen animal, como el huevo o el pescado.
medio terapéutico
Al ingerir los alimentos, las personas también incorporan a su cuerpo la energía que éstos poseían. Así, la comida pasa a ser un instrumento terapéutico tan eficaz como un remedio o fármaco.
“La medicina y alimentación energética postulan que todos los alimentos son una herramienta terapéutica” destaca Droguett. Su efecto químico depende de los alimentos que se elijan, el orden en que se ingieran, la mezcla de sabores, la temperatura que tengan y el método de cocción. Eso provocará un efecto mental y cerebral que desencadena una reacción fisiológica.
Efectos energéticos
Los efectos de los alimentos energéticos en el cuerpo pueden ser: drenantes, tonificantes y reequilibrantes de la salud.
Así, por ejemplo, cuando las mujeres pasan por la menstruación y se sienten emocionales, la terapeuta recomienda que en lugar de recurrir a los chocolates y dulces, consuman una compota de ‘berries’, la cual subirá el ánimo mucho más naturalmente.
De igual manera, a quienes pasan por un cuadro de depresión o desánimo, Droguett les sugiere comer verduras de hojas verdes, las cuales tienen clorofila, sustancia con que la planta capta la energía del sol y la transforma en su propia energía.
Para los casos de nerviosismo, lo más indicado según la alimentación energética es comer pepino dulce, ya que contiene sustancias revitalizadoras. Y si se sufre de cansancio, hay que hacer un jugo de distintas frutas y agregarle unas hojas de menta natural.
Los hombres, en tanto, pueden prevenir el cáncer de próstata tomando jugo de tomate natural, que tiene "altas concentraciones de licopeno, una sustancia anticancerígena", asegura la terapeuta.
Y si el problema es deshidratación, en mejor reemplazar las bebidas isotónicas por agua de apio.
Paula Droguett es terapeuta del dolor y aprendió sobre alimentación energética en España, de donde es originaria Montse Bradford, la pionera en este campo.
¿Qué es?
Según Droguett, se basa en el principio de que cada alimento produce un efecto diferente en el cuerpo, de manera que al utilizar su energía las personas pueden alcanzar y mantener un equilibrio entre mente y cuerpo. Eso sí, no se trata de comer cualquier cosa, ya que los mayores beneficios se obtienen de los alimentos naturales, es decir, aquellos que en algún momento fueron organismos vivos y cuya vida va disminuyendo a medida que se desintegran en el organismo de los seres humanos producto de la digestión.
“Los alimentos energéticos se refieren sobre todo a los de origen vegetal, a las frutas y verduras”, dice Droguett. Sin embargo, aclara que la alimentación energética también acepta algunos productos de origen animal, como el huevo o el pescado.
medio terapéutico
Al ingerir los alimentos, las personas también incorporan a su cuerpo la energía que éstos poseían. Así, la comida pasa a ser un instrumento terapéutico tan eficaz como un remedio o fármaco.
“La medicina y alimentación energética postulan que todos los alimentos son una herramienta terapéutica” destaca Droguett. Su efecto químico depende de los alimentos que se elijan, el orden en que se ingieran, la mezcla de sabores, la temperatura que tengan y el método de cocción. Eso provocará un efecto mental y cerebral que desencadena una reacción fisiológica.
Efectos energéticos
Los efectos de los alimentos energéticos en el cuerpo pueden ser: drenantes, tonificantes y reequilibrantes de la salud.
Así, por ejemplo, cuando las mujeres pasan por la menstruación y se sienten emocionales, la terapeuta recomienda que en lugar de recurrir a los chocolates y dulces, consuman una compota de ‘berries’, la cual subirá el ánimo mucho más naturalmente.
De igual manera, a quienes pasan por un cuadro de depresión o desánimo, Droguett les sugiere comer verduras de hojas verdes, las cuales tienen clorofila, sustancia con que la planta capta la energía del sol y la transforma en su propia energía.
Para los casos de nerviosismo, lo más indicado según la alimentación energética es comer pepino dulce, ya que contiene sustancias revitalizadoras. Y si se sufre de cansancio, hay que hacer un jugo de distintas frutas y agregarle unas hojas de menta natural.
Los hombres, en tanto, pueden prevenir el cáncer de próstata tomando jugo de tomate natural, que tiene "altas concentraciones de licopeno, una sustancia anticancerígena", asegura la terapeuta.
Y si el problema es deshidratación, en mejor reemplazar las bebidas isotónicas por agua de apio.
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