Por El Mercurio / GDA
Aveces, tu vida va de maravilla, tienes buena salud, un trabajo que te gusta, donde te pagan lo necesario para vivir y darte uno que otro gusto, una pareja que te quiere y tus seres queridos están bien.
Pero por algún motivo, una sensación de estrés y angustia te ataca de vez en cuando, sin una razón aparente que justifique tu malestar. Cuidado, que una de las razones es que podrías ser víctima de un manipulador(a).
Pero, ¿quién no ha tratado de convencer a alguien alguna vez, apelando a frases hirientes o con un pestañeo rápido y coquetón?
Lo cierto es que no hay que ser un genio para comprender la gran diferencia que existe entre usar esas técnicas para conseguir un beneficio inocente y usar amenazas e intolerancia para que alguien haga lo que no quiere.
“Muchas personas que deambulan por diferentes consultorios médicos, psicológicos o de ayudas alternativas como consultores espirituales, videntes, tarotistas, etc., buscan por esos diferentes caminos el alivio o la supresión de sus sufrimientos. Es muy probable, sin embargo, que el origen de esos sentimientos se deba a la posibilidad de estar bajo la influencia de una persona manipuladora porque el contacto prolongado o permanente con un manipulador es un estresante muy fuerte y poderoso”, aseguran las psicólogas Gloria Husmann y la socióloga Graciela Chiale.
Ambas decidieron desenmascarar a este tipo de personas en su libro “La trampa de los manipuladores” (Del Nuevo Extremo), en el que explican la gravedad que conlleva el ser víctima de seres humanos con la capacidad de amoldar tu forma de ser y de actuar, y llevarte a hacer o pensar cosas diferentes, e incluso opuestas a lo que realmente quieres.
“Por medio de la manipulación, un individuo puede destruir a otro, (y) dado que se trata de una verdadera intrusión en su psiquismo puede terminar incluso en una demolición psíquica”, explican las expertas.
Ambas comentaron que se debe comprender que el manipulador por excelencia puede encontrarse dentro de la familia, el trabajo, o en el grupo de amigos, y logra su meta mediante la seducción, abusando de la sensibilidad y vulnerabilidad de su víctima.
A eso, se le suma su habilidad de “fabricar impresiones de la realidad”, ilusiones propias de las cosas que suceden, para mantener sus artimañas.
¿Como identificarlos?
Para tener una noción más concreta de qué significa ser víctima de un/a manipulador/a, Husmann y Chiale comparten una serie de características que ayudarán a identificarlo/a.
1- (Los manipuladores) puede negar consciente o inconscientemente lo que está haciendo; solo sus ‘víctimas’ pueden reconocer el abuso, porque son quienes lo padecen.
2- Suelen ser celosos y controladores. En muchas ocasiones, se muestran amables y seductores socialmente, pero a solas con su víctima se transforma en alguien opuesto.
3- Se desentienden de sus propias responsabilidades, logran transferírselas a los demás y los cuestionan cuando los resultados no son los que ellos esperaban. Esto lo logran, gracias a que inducen a otros a hacer lo que quieran, por más que esté en contra de las convicciones de la víctima.
4- Pueden utilizar una amenaza o chantaje directo, o bien, usar valores morales universales, como el perdón, la tolerancia y la caridad para convencer a su víctima de que “obre bien”. Por ende, culpan a todos los demás de las cosas que le suceden, sobre todo, cuando hay un vínculo familiar o amistoso de por medio.
5- Si es necesario, utilizarán armas como la soledad, las enfermedades o la pobreza para victimizarse y lograr lo que quieren.
6- Desprecian los pensamientos y puntos de vista de los demás. Están convencidos de que el resto tiene que saberlo todo, y apenas les dan tiempo para pensar cuando los manipuladores les pregunta por el tema que sea.
7- No expresan claramente sus demandas, necesidades, sentimientos u opiniones; pretenden que los demás adivinen lo que ellos quieren o necesitan.
8- Son permisivos con ellos e intolerantes con los demás. No perdonan los errores del resto, y se dedican a hacerles creer que deben ser perfectos; por lo que están constantemente cuestionando sus capacidades. De igual forma, se indignan si las otras personas cambian de opinión o no cumplen las reglas, las que, obviamente, los manipuladores sí pueden romper.
9- Suelen sembrar cizaña y levantar sospechas para desestabilizar a los que consideran sus oponentes.
Pero por algún motivo, una sensación de estrés y angustia te ataca de vez en cuando, sin una razón aparente que justifique tu malestar. Cuidado, que una de las razones es que podrías ser víctima de un manipulador(a).
Pero, ¿quién no ha tratado de convencer a alguien alguna vez, apelando a frases hirientes o con un pestañeo rápido y coquetón?
Lo cierto es que no hay que ser un genio para comprender la gran diferencia que existe entre usar esas técnicas para conseguir un beneficio inocente y usar amenazas e intolerancia para que alguien haga lo que no quiere.
“Muchas personas que deambulan por diferentes consultorios médicos, psicológicos o de ayudas alternativas como consultores espirituales, videntes, tarotistas, etc., buscan por esos diferentes caminos el alivio o la supresión de sus sufrimientos. Es muy probable, sin embargo, que el origen de esos sentimientos se deba a la posibilidad de estar bajo la influencia de una persona manipuladora porque el contacto prolongado o permanente con un manipulador es un estresante muy fuerte y poderoso”, aseguran las psicólogas Gloria Husmann y la socióloga Graciela Chiale.
Ambas decidieron desenmascarar a este tipo de personas en su libro “La trampa de los manipuladores” (Del Nuevo Extremo), en el que explican la gravedad que conlleva el ser víctima de seres humanos con la capacidad de amoldar tu forma de ser y de actuar, y llevarte a hacer o pensar cosas diferentes, e incluso opuestas a lo que realmente quieres.
“Por medio de la manipulación, un individuo puede destruir a otro, (y) dado que se trata de una verdadera intrusión en su psiquismo puede terminar incluso en una demolición psíquica”, explican las expertas.
Ambas comentaron que se debe comprender que el manipulador por excelencia puede encontrarse dentro de la familia, el trabajo, o en el grupo de amigos, y logra su meta mediante la seducción, abusando de la sensibilidad y vulnerabilidad de su víctima.
A eso, se le suma su habilidad de “fabricar impresiones de la realidad”, ilusiones propias de las cosas que suceden, para mantener sus artimañas.
¿Como identificarlos?
Para tener una noción más concreta de qué significa ser víctima de un/a manipulador/a, Husmann y Chiale comparten una serie de características que ayudarán a identificarlo/a.
1- (Los manipuladores) puede negar consciente o inconscientemente lo que está haciendo; solo sus ‘víctimas’ pueden reconocer el abuso, porque son quienes lo padecen.
2- Suelen ser celosos y controladores. En muchas ocasiones, se muestran amables y seductores socialmente, pero a solas con su víctima se transforma en alguien opuesto.
3- Se desentienden de sus propias responsabilidades, logran transferírselas a los demás y los cuestionan cuando los resultados no son los que ellos esperaban. Esto lo logran, gracias a que inducen a otros a hacer lo que quieran, por más que esté en contra de las convicciones de la víctima.
4- Pueden utilizar una amenaza o chantaje directo, o bien, usar valores morales universales, como el perdón, la tolerancia y la caridad para convencer a su víctima de que “obre bien”. Por ende, culpan a todos los demás de las cosas que le suceden, sobre todo, cuando hay un vínculo familiar o amistoso de por medio.
5- Si es necesario, utilizarán armas como la soledad, las enfermedades o la pobreza para victimizarse y lograr lo que quieren.
6- Desprecian los pensamientos y puntos de vista de los demás. Están convencidos de que el resto tiene que saberlo todo, y apenas les dan tiempo para pensar cuando los manipuladores les pregunta por el tema que sea.
7- No expresan claramente sus demandas, necesidades, sentimientos u opiniones; pretenden que los demás adivinen lo que ellos quieren o necesitan.
8- Son permisivos con ellos e intolerantes con los demás. No perdonan los errores del resto, y se dedican a hacerles creer que deben ser perfectos; por lo que están constantemente cuestionando sus capacidades. De igual forma, se indignan si las otras personas cambian de opinión o no cumplen las reglas, las que, obviamente, los manipuladores sí pueden romper.
9- Suelen sembrar cizaña y levantar sospechas para desestabilizar a los que consideran sus oponentes.
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