La huelga de policías en Bahía ya deja cerca de un centenar de muertos.El gobierno de Bahía (noreste de Brasil) lleva a cabo negociaciones contrarreloj con unos 200 policías en huelga que ocuparon hace una semana el Parlamento en la capital, Salvador, a días de la llegada de decenas de miles de turistas para el Carnaval.
El gobernador, Jaques Wagner, dijo este martes confiar en una "salida negociada" con los huelguistas, cuya paralización generó una ola de saqueos, incendios y más de 100 asesinatos en siete días, más del doble que la semana anterior, lo cual obligó al gobierno brasileño a enviar tropas para garantizar la seguridad del estado.
"El Carnaval se acerca y tengo la convicción de que llegaremos a un acuerdo", declaró Wagner, del Partido de los Trabajadores (PT, izquierda, en el gobierno) a la televisión GloboNews.
El arzobispo de Salvador, Murilo Krieger, participa como mediador en las negociaciones.
Los policías en huelga, armados, ocuparon la sede del Parlamento regional hace una semana, muchos acompañados por esposas e hijos.
Los últimos niños habrían salido del edificio la noche del lunes, pero su presencia hasta entonces generó polémica.
"Reprobamos la utilización de niños como escudo humano", denunció la ministra de Derechos Humanos, Maria do Rosario, a la estatal Agencia Brasil.
Pero Valdemar Oliveira, coordinador del Centro de Defensa de la Infancia y la Adolescencia (Cedeca, no gubernamental), estuvo en el Parlamento y dijo a la AFP que ya no quedan niños dentro.
"Recorrimos las instalaciones y constatamos que no hay más niños", indicó.
Al interior del Parlamento "hay una aparente tranquilidad; todos ellos (los policías) quieren que la huelga llegue a su fin", declaró a la prensa el diputado Paulo Azi, del partido DEM (oposición), al salir del Legislativo.
El líder de la huelga, Marco Prisco, del Partido de la Social Democracia (PSDB, oposición), "se puso a disposición de la justicia para responder por todo aquello que le están imputando", añadió.
Fuera, el Parlamento está rodeado desde el domingo por más de mil soldados al mando del general Marco Edson Gonçalves Dias, un hombre de confianza del PT y exjefe de la seguridad del expresidente presidente Luiz Inacio Lula da Silva durante sus dos mandatos (2003-2010).
Decenas de miles de turistas son esperados para celebrar el Carnaval en Salvador, tercera ciudad de Brasil, corazón de la cultura afro-brasileña y que acoge una de las mayores fiestas callejeras del mundo. Se esperan unos tres millones de participantes en seis días, del 16 al 21 de febrero.
La embajada estadounidense recomendó a sus ciudadanos aplazar los viajes no esenciales a Bahía hasta que no se resuelva la violencia que ha afectado sobre todo a Salvador, una de las 12 ciudades que acogerá el Mundial de fútbol en 2014.
Además de un aumento salarial, los huelguistas reclaman un indulto para los 12 líderes de la protesta, contra quienes la justicia emitió órdenes de arresto y amnistía para los policías paralizados (un tercio de los 31.000 del estado, según el gobierno de Bahía).
El gobernador se dijo dispuesto a conceder el aumento pedido, que representa cerca de 17% más que el salario actual de entre 1.900 y 2.300 reales por mes (de 1.100 a 1.330 dólares), pero de manera progresiva en tres años.
No obstante, Wagner rechazó una amnistía para policías que cometieron "actos criminales".
"Los que violaron la ley, depredaron patrimonio público, o empuñaron armas y amenazaron a la población dentro de autobuses, esos seguramente tendrán que ser procesados", denunció el gobernador.
El lunes hubo choques entre algunos manifestantes frente al Parlamento y soldados, que dispararon balas de goma y gases lacrimógenos, pero el martes no se registraron enfrentamientos y la tensión pareció disminuir.
En la ciudad la falta de policía, sustituida por militares, cambió rutinas. Las escuelas desistieron de iniciar el año escolar este martes, los bares cierran antes y los hoteles advierten a los turistas que anden con cuidado.
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