Evita consumir vitaminas en exceso

Su alto consumo puede ser negativo para tu salud
Por Ileana Delgado Castro /elnuevodia.com
Diariamente Teresa consume entre cuatro y ocho vitaminas, además de varios suplementos dietéticos.
Pero ha habido momentos en los que, dependiendo de la dieta que lleve, ha consumido muchas más. No padece de ninguna enfermedad o achaque, pero está convencida de que estos productos la ayudan a prevenir enfermedades o a bajar de peso cuando lo ha necesitado.
“Cuando cumplí 40 años comencé a tomar una multivitaminas porque vi un anuncio que decía que a esa edad era importante tomarlas. Pero con los años he ido añadiendo otras. Hace poco comencé a tomar una vitamina adicional de calcio para prevenir la osteoporosis, además de un suplemento dietético para acelerar el metabolismo y otro para el estrés”, cuenta Teresa, tras admitir que se gasta un promedio de $100 mensuales.
Aunque esa cantidad puede variar porque a veces es mucho más. “He gastado hasta $300 en un mes”, agrega la mujer, hoy con 47 años, tras admitir que nunca ha consultado a un médico para que la oriente y que compra estos productos porque alguien se los recomienda o porque ve los anuncios y se entusiasma con todo lo que prometen.
Y es que, al igual que Teresa, miles de personas consumen vitaminas, minerales y suplementos dietéticos con la esperanza de promover la salud. Una práctica común en todo el mundo, aunque poco se entiende sobre cómo interactúan en el organismo.
“Las vitaminas son nutrimentos esenciales que el cuerpo necesita en pequeñas cantidades para la reproducción, crecimiento y mantenimiento” señala la dietista clínica del Hospital Auxilio Mutuo, Zuania Y. Clemente-Torres, quien destaca que en el mercado hoy día existen sobre 29,000 suplementos Y se estima que un tercio de la población estadounidense ingiere suplementos vitamínicos diariamente, los que se traduce en gastos multimillonarios anualmente.
“Muchas de estas personas toman suplementos vitamínicos para prevenir el riesgo a padecer de ciertas enfermedades. Sin embargo, se debe tener en cuenta que las recomendaciones de la ingesta adecuada de vitaminas al día depende de la edad del individuo”, sostiene Clemente-Torres.
Pero muchas personas no entienden que la mayoría de las vitaminas se pueden obtener a través de una alimentación saludable y balanceada, que incluya entre tres y cinco porciones de frutas y vegetales diariamente, a juicio del médico de familia Jaime Claudio, del Altamira Family Medicine and Research Institute (AFMRI). Es así, destaca, porque contienen vitaminas, minerales, fibras y fitoquímicos que protegen tu cuerpo de enfermedades como el cáncer, la diabetes y afecciones cardiacas, entre otras.
¿Alimentos o suplementos?
Sin embargo, la realidad es que una gran parte de la población no se alimenta adecuadamente. Por ello, para muchos la solución es tomar vitaminas que complementen su dieta. En esos casos, Clemente-Torres enfatiza en la importancia de consultar con el médico y la licenciada en nutrición y dietética para que se evalúe las recomendaciones adecuadas de vitaminas que se deben ingerir diariamente.
Según recomienda la nutricionista Vilma Calderón, para escoger un buen suplemento vitamínico la persona debe verificar que la compañía que lo produce tiene, regula y mantiene controles de calidad.
“Y debe proveer el 100% o sobre el 80% de las recomendaciones dietarias de cada nutrimento que aporte el suplemento. Debe también brindar los nutrimentos en las formas más efectivas o biológicamente activas para lograr la mayor absorción o utilización de las vitaminas y los minerales”, agrega la también educadora en diabetes y autora del libro “Pierde peso y gana salud”.
Por otro lado, Calderón aclara que por mejor que sea un suplemento, tomarlo no cancela la necesidad de la buena selección de alimentos. “Mas bien el suplemento debe complementar la buena selección de alimentos y el estilo de vida saludable”, añade, mientras destaca que la evidencia científica es muy contundente en demostrar el beneficio de la suplementación con la mayoría de las vitaminas y los minerales.
“Por ejemplo, tan reciente como en enero de este año, el American Journal of Clinical Nutrition publicó un estudio de 900 participantes donde se demuestra que la suplementación con ácido fólico y B12 mejora el funcionamiento cognitivo y la memoria en mujeres y varones de edad avanzada. Y así hay muchísimos estudios serios y responsables que demuestran su eficacia”, sostiene Calderón, tras señalar que los ácidos grasos Omega-3 también se están utilizando con buenos resultados en las etapas tempranas del Alzheimer.
La nutricionista también recomienda que los suplementos vitamínicos deben tomarse con las comidas para que haya un efecto de sinergía entre los nutrimentos de los alimentos y el suplemento.
“Puede haber una interacción positiva entre algunas vitaminas y minerales. Por ejemplo, la vitamina C aumenta la absorción del hierro de los alimentos en un 30 %. Los suplementos de calcio deben estar acompañados de magnesio y vitamina D para una mayor absorción y utilización del calcio”, agrega Calderón, aunque advierte que también puede haber una interacción negativa.
“Por ejemplo, algunas mujeres embarazadas necesitan suplementar su dieta con hierro y calcio. Estos minerales no se pueden tomar juntos ya que uno cancela la acción del otro. Es mejor tomar el hierro con el desayuno o el almuerzo y el calcio con la cena o en la noche”, recomienda.
Demasiadas hacen daño
Los profesionales entrevistados también advierten sobre el lado negativo de un alto consumo de vitaminas.
Por ejemplo, la doctora Anibelle Altieri, especialista en medicina interna, señala que aunque la vitamina A es necesaria para la salud de la retina y de la piel, en niveles altos puede ser perjudicial.
De hecho puede causar toxicidad y producir exfoliación de la piel, necrosis hepatocelular, problemas de alopecia, dolores musculares y de los huesos y dermatitis, entre otras afecciones.
De la misma forma, destaca que aunque la deficiencia de vitamina D se relaciona con cáncer de seno y de colon, osteoporosis y fracturas patológicas, si se toma en demasía, puede ocasionar niveles anormalmente altos de calcio y de fosfatos, daño renal y alteraciones mentales.
Mientras que el consumo desproporcionado de vitamina E -que es un potente antioxidante-, está vinculado a un aumento en el riesgo de cáncer de próstata, un hallazgo que derribó la creencia de que tomar suplementos diarios de vitamina E podía reducir el riesgo de padecer este cáncer.
Y es que, en general, el consumo en exceso de vitaminas es contraproducente, advierte el médico naturopático Efraín Rodríguez Malavé, mientras señala que el mal uso es un hecho real porque las personas creen que no hacen daño.
“Hay estudios, por ejemplo, que demuestran que los antoxidantes pueden aumentar el riesgo de mortalidad y que el exceso de vitamina C puede aumentar el riesgo de cálculos renales”, enfatiza Rodríguez.
Por otro lado, el médico naturopático advierte que la deficiencia de vitaminas causa trastornos e ineficacia en el funcionamiento del organismo y el mantenimiento de la salud. Por eso recomienda consumirlas diariamente, ya sea en los alimentos o como suplemento nutricional.
“La medicina naturopática los utiliza en dosis altas ya sea en pastillas, intramuscular e intravenosa para la prevención y el tratamiento de las enfermedades”, agrega Rodríguez, aunque está de acuerdo en que sería ideal consumir las vitaminas en los alimentos.
Pero uno de los problemas, resalta el médico naturopático, es que la industria de alimentos los refina tanto que muchos de ellos “están vacíos de nutrientes”. Entre ellos menciona los refrescos, dulces, alimentos procesados, sabores artificiales, preservativos y colores artificiales. También destaca que se debe tener en cuenta que hay muchos medicamentos que interactúan con la absorción adecuada de vitaminas y minerales.
“Pero si alguna persona tiene alguna condición en particular que requiera alguna vitamina específica debe asegurarse de ingerirla como suplemento. Por ejemplo: el calcio y la vitamina D para prevenir la osteoporosis”, recomienda Rodríguez.
Y es que tan importante es evitar las deficiencias como los excesos porque ambos extremos, advierte Calderón, pueden ser peligrosos. “Por ejemplo, la deficiencia de zinc causa que el sistema inmunológico se debilite, pero un exceso suprime el sistema inmune. Mientras que exceso de hierro se asocia a problemas cardiacos, cáncer y Alzheimer. Por eso es importante buscar orientación profesional”, recomienda la nutricionista.
Deficiencias peligrosas
  • Las deficiencias severas de vitaminas y minerales pueden llevar a enfermedades y condiciones como:
  • Ceguera nocturna o problemas de visión en la noche debido a deficiencia en la vitamina A.
  • Pelagra; enfermedad que causa demencia, depresión, diarreas y otros efectos debido a la deficiencia de niacina (B3).
  • Osteoporosis, diabetes y ciertos tipos de tumores; se asocia a la deficiencia de vitamina D.
  • Depresión; debido a deficiencias de ácido fólico y vitaminas del Complejo B.
  • Supresión del sistema inmunológico y aumento de riesgo de ciertos tipos de cáncer; causado por la deficiencia de selenio.
  • Susceptibilidad a infecciones, problemas de memoria, impotencia y osteoporosis; debido a la deficiencia de zinc.
  • Anemia; disminución en la cantidad de glóbulos rojos o hemoglobina debido a la deficiencia de minerales como el hierro o deficiencia de vitaminas como el ácido fólico, B 6 y B12.
  • Fuente: Vilma Calderón, nutricionista, educadora en diabetes y autora del libro Pierde peso y gana salud.
Algunos mitos
  • Proveen energía. En la realidad el cuerpo no obtiene energía directamente de las vitaminas, sino de las kilocalorías.
  • Creer que no se consume suficientes vitaminas porque se obtienen solamente de los suplementos vitamínicos. La realidad es que las vitaminas se obtienen de los diferentes grupos de alimentos.
  • Ayudan a disminuir los niveles de estrés.
  • Pueden prevenir, tratar y curar enfermedades desde el resfriado al cáncer.
Los suplementos de vitamina ayudan a:
  • Personas con deficiencia o carencia de algún nutrimento.
  • Cuando la ingesta kilocalórica es menor a la recomendada.
  • Los que llevan un plan de alimentación vegano (sólo consumen hortalizas y vegetales) y personas de edad mayor que padecen de gastritis atrófica, que requieren suplementación de vitamina B12.
  • Personas que son intolerantes o alérgicos a los productos lácteos (leche, yogur, queso).
  • Personas en ciertas etapas del ciclo de vida requieren aumentar los requerimientos de vitaminas. Como por ejemplo, los infantes, mujeres en la etapa de reproducción y durante el embarazo, y las personas de edad avanzada.
  • Los que padecen de alguna enfermedad, infección o lesión o que se hayan sometido a una cirugía que interfiera con la ingesta, absorción, metabolismo o excreción de nutrimentos.
  • Personas que toman medicamentos que interfieren con el uso de algunos nutrimentos específicos.
  • Fuente: Zuania Y. Clemente-Torres, dietista

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