Dime cómo te comportas y te diré qué piensas

Delata qué está pasando por tu mente   
Por EFE Reportajes
"Un gesto involuntario, un tic que se repite en ciertas ocasiones, un leve reacomodamiento en el asiento, el desvío de una mirada, pueden ser muy ilustrativos para desvelar qué está pasando por la mente" de una persona, explica el psicoterapeuta José María Sanz Fuentes, experto en expresión corporal.
Para comprobarlo, el psicoterapeuta te propone observar a tus amistades y familiares mientras narrar sucesos de su pasado.
"Cuando una persona nos cuenta algo sobre sus recuerdos del pasado, los movimientos y gestos que emite, son diferentes de los que expresa al referirse a sus próximos pasos o planes para el futuro", explica Sanz Fuentes.
Incluso, un ejercicio de la Universidad de Aberdeen, en Escocia, a un puñado de jóvenes confirmó este dato. Al reflexionar sobre el pasado los sujetos en la investigación se reclinaban un poco hacia atrás mientras que al imaginar lo que les aguardaba en los tiempos venideros o imaginar sus próximas vivencias, tendían a inclinar su cuerpo hacia adelante.
Nuestro cuerpo piensa
"Algunos científicos van más allá y afirman que en realidad no es que nuestro cuerpo delate lo que pensamos y sentimos, como demuestran los estudios sobre el ‘lenguaje corporal’ o ‘expresión no verbal’, sino que el cuerpo piensa", señala Sanz Fuentes.
El psicoanalista Daniel Martín Bayón comenta, en la revista digital 'Aperturas psicoanalíticas' (www.aperturas.org), otro estudio publicado que forma parte del campo "de lo que se ha dado en llamar cognición corporal, que sostiene la idea de que el cerebro no es la única parte del cuerpo con mente propia".
Según Bayón, el investigador Nils B. Jostmann, de la Universidad de Amsterdam en Holanda, argumenta que "la manera en la que procesamos la información no se relaciona exclusivamente con nuestro cerebro, sino con todo el cuerpo", y que " empleamos cualquier sistema disponible para obtener una conclusión y encontrar el sentido de lo que está aconteciendo".
El doctor Jostmann y sus colegas Daniel Lakens y Thomas W. Schubert exploraron el grado en el que el cuerpo confunde el peso y la importancia, comprobando que "cuando se decía a los estudiantes que un determinado libro era obligatorio para una asignatura, tendían a encontrarlo físicamente más pesado que si se les decía que era optativo".
En otro experimento, para establecer el grado en el que la sensación de pesadez influye en los juicios de la gente hallaron que quienes sostienen un objeto pesado tienden a pensar que la opinión de las personas debe 'pesar más' en las decisiones que les atañen, o que una serie de divisas extranjeras tienen un mayor valor, comparados con aquellos que portan un objetos más ligero.
"Para Jostmann, esto demuestra la disposición del cuerpo a tomar en cuenta factores físicos en sus deliberaciones, aun cuando parezcan escasamente relacionados o demasiado abstractos", señala Bayón.

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