Cómo manejar las emociones de los pequeños en Navidad

La época festiva puede detonar conductas difíciles en tus niños que complican la rutina diaria   
Por Tatiana Pérez Rivera/ elnuevodia.com
"Y cuando más prisa uno tiene, ellos se ponen sabrosos", resume el estrés común entre padres e hijos en la época navideña Clara García, mamá de dos varones de 5 y 10 años.
Se niegan a vestirse y a bañarse, repiten y cuentan intimidades en el momento más inoportuno, parecería que en estas semanas en las que proliferan las fiestas, las reuniones familiares o los compromisos religiosos, tu tropa infantil o preadolescente se confabula para complicar la dinámica en casa. Lo próximo son las órdenes, los gritos, el llanto, la salida malhumorada y la llegada retrasada a la cita.
"Tiene que ver mucho con la tensión de las fiestas, con la prisa que provocan y con la espera por los regalos", señala la sicóloga Lissette Acevedo, "los niños saben que van a recibirlos, que hay fechas especiales y eso puede causar ansiedad".
La especialista en comportamiento destacó que se debe considerar que los menores están acostumbrados a "actuar" sus sentimientos en vez de "hablar" sobre ellos.
"Por eso caen en esas conductas inquietantes o desesperantes para los papás. En ellos actúan la alegría, la ansiedad, la emoción, la preocupación que están sintiendo y es genuino porque no saben hablarlo", señala Acevedo.
Una buena forma de encararlo es dialogar con el pequeño en sus términos, insta la sicóloga. ¿Qué tu sientes ahora? es una buena pregunta para iniciar el diálogo, ¿qué te gustaría saber?, es otra ideal para extender la plática.
"Por la edad y la inmadurez propia este proceso no se va a dar solo. Quizá luego de esas conversaciones sobre sus sentimientos, la ansiedad comienza a disminuir y la conducta a mejorar. Hay que recordar que son niños y no están preparados mentalmente para manejar las emociones, para verbalizarlas así que esa conducta de desespero se va a dar muchísimo", advierte Acevedo.
Desespero, en este caso, se traduce en molestar a los hermanos, negarse a seguir instrucciones y, más que nada, a retar la autoridad.
"Como ya los conozco, sé que el mayor va a complacer al pequeño con tal de que deje de molestar y eso tengo que pararlo porque si no el chiquito abusa. El grande tampoco puede ver al otro tranquilo y siempre busca la manera de apretar los botones que lo hacen explotar así que hay que mantenerlos a raya cuando están en ese mood. Al rato se les olvida que pelearon y están otra vez uno detrás del otro así que no puedo perder el control. Pero hay días en que no es nada fácil", confiesa la mamá Clara García.
Soluciones
La cooperación es fundamental para mejorar la situación. Incluso, si recuerdas cuándo tenías su edad entenderás la ansiedad que causa la espera.
"Debes darles instrucciones claras. Por ejemplo, ‘mamá tiene que ir a las tiendas y tienen que acompañarme. Mientras más tranquila yo pueda escoger las cosas, más rápido regresamos a casa’", sostiene Acevedo.
La sicóloga reconoce que hay momentos en que es requerido "ponerse el traje de Job" para lidiar con los hijos en situaciones desesperantes como puede ser una larga fila en un centro comercial.
"Todos están cansados y en la misma situación así que hay que tranquilizarse y tratar de llevar la fiesta en paz", exhorta Acevedo.
Explicarles sobre el fallecimiento de un ser querido es otro reto particularmente difícil en la Navidad. "Es bueno buscar un objeto transicional -como un adorno navideño- para recalcar que mientras puedan verlo la persona estará presente celebrando la Navidad con ellos", aconseja la sicóloga.
El manejo del tiempo es también un desafío común que trae la época. Acevedo recalca que el adulto debe ser concreto en este asunto mientras más pequeño sea el niño.
"Si les dices, ‘tenemos que estar listos en quince minutos’ ellos dirán ‘qué es eso de quince minutos’. Mejor enséñale un reloj y dile, ‘cuando las agujitas estén entre este y este número tenemos que estar vestidos en el carro’", dice como ejemplo.
Ésta recomienda no caer en la trampa de darles un límite de tiempo al contar números en voz alta. Es muy posible que el niño intente desafiarte. "Él tratará de establecer límites cuando le de la gana así que tendrás que contar cada vez más números porque se van haciendo inmunes. Piensan, ‘¿qué pasará si cuentan más de tres, me bañarán a la mala o seguirán contando hasta llegar a diez?’", subraya Acevedo.
Errores comunes
Según la sicóloga resulta contraproducente machacarle a los hijos que "Santa y los Reyes te están velando" para lograr un cambio positivo de conducta.
"Tengo un issue con eso", se queja Acevedo, "porque lo que le estamos enseñando es que cosas externas controlan tu conducta".
"Cada vez que le decimos que esos personajes son los que pasan lista sobre su conducta le enseñamos que tu control no está en ti sino fuera y eso hay que manejarlo. En el futuro eso se verá en respuestas del niño como ‘lo hice porque me dio coraje’ o ‘no era yo, era otra persona’ cuando era él quién tenía el control. Hay que dejarles claro que es importante que te portes bien por ti, que el regalo no depende de tu buena conducta", agrega.
Ante esa premisa, "el orgullo de portarse adecuadamente" debe ser la recompensa del menor. Los regalos son asunto aparte.
"Después de todo, en la vida no siempre lo van a recompensar por las cosas buenas que se espera que hagan. No le darán un cheque antes de tiempo por un buen trabajo ni le harán siempre una fiesta. La satisfacción debe provenir de lograr el trabajo o tarea. Eso de darle un dólar porque recogió el cuarto, por ejemplo, no lo ayuda porque la recompensa debe ser que se forme como una persona organizada con todos los beneficios que eso trae", indica Acevedo.
Amor y control, como dice la canción, serán el mejor regalo en to hogar en estas fiestas.
Sería bueno...
1-Marcar en un calendario los días que faltan para que llegué la Navidad y la visita de Santa y los Reyes Magos.
2-Ponerte en sus zapatos puesto que no saben expresar sus emociones con palabras y las actúan
3-No amenazarlos conque Santa Claus o los Reyes los están vigilando porque le enseñamos que el control de su conducta no está en ellos sino que proviene del exterior.
4-Enseñarle a manejar el tiempo demostrándole qué debe pasar o estar listo cuando las manecillas lleguen a x lugar en el reloj.
La hora del caos
La sicóloga y algunas madres recomiendan salidas airosas de situaciones que ponen a prueba la paciencia
1-"Esa ropa no me gusta".
Selecciónala el día antes de la actividad y, con los menores, hazlo como un juego en el que combines colores.
Emiluz Díaz, madre de una niña de seis años y un niño de dos, dice que les busca la vuelta buscando afinidades.
"El nene se tranca al escoger zapatos y lo llevo a que vea los colores que combinan. La nena a veces no quiere usar trajes y le enseño que yo también me voy a poner uno porque es una ocasión en la que hay que vestirse bonito. Hay que jugar con su mente porque rápido vienen los 18 porqué", expone Díaz.
2-"Yo me bañé ayer".
"Si la actividad es temprano y se acaban de levantar, hay veces que se lo dejo pasar", menciona Sheila Ramos, madre de tres varones, "pero la mayoría de las veces el baño no es negociable. Te bañas sí o sí".
La sicóloga insta a que se levanten más temprano para que el asunto del baño no se convierta en una tragedia y que se brinden instrucciones precisas como "recuerda que hoy te tienes que lavar el pelo".
3-"Pero mami, ese regalo para tití era tuyo".
Las indiscreciones son propias de la edad. "Pasan porque son inmaduros", indica la sicóloga, "una buena salida es decirle, ‘se parece mucho al mío pero este es otro que compramos nosotros’".
Carmen Matos cuenta que su hija de ocho años dijo una expresión similar con un regalo a la maestra y recomienda que "lo mejor es dejarlo pasar". "Si explicas mucho no se va a callar y te hará quedar peor", aconseja la madre.
4-"¿Les digo quiénes son los Reyes?"
Controlar que el hermano que sabe el gran secreto no revele la identidad de Santa Claus o los Reyes Magos a los menores es una tarea épica. La curiosidad y el impulso por demostrar que saben más es demasiado fuerte.
"Debes involucrarlo en el proceso de que sus hermanos mantengan la inocencia porque para ellos es tan importante como para él lo fue. Hazlo como un reto. Dile ‘vamos a ver cuán rápido tus hermanos lo captan’ y él, con tal de que no lo descubran antes que él, tratará de controlarse porque la tentación de decir ‘oh no, ellos son...’ es muy fuerte", propone Acevedo.
5-"Es que ella no está".
Manejar ausencias temporales o definitivas en el núcleo familiar es uno de los desafíos que trae la época navideña. "Mi esposo trabaja en esas fechas y yo pongo a mi nene de cinco años a que hable por teléfono con él todas las veces que quiera", afirma Minerva Rodríguez y agrega que con su familia residente en el exterior se comunica vía Skype.
"Si resulta que la persona falleció, es bueno buscar un objeto transicional -como un adorno navideño- para recalcar que mientras puedan verlo la persona estará presente celebrando la Navidad con ellos", invita la sicóloga.

No hay comentarios.: