Ellas no paran de hablar, pueden estar horas conversando y no se cansan. Esa situación grafica la tendencia femenina de expresar lo que siente y piensa por medio de las palabras.
“La conversación es un medio a través de la cual se estructura una cosmovisión, y culturalmente, a la mujer se le ha permitido la conexión con sus emociones desde todos los aspectos y ella, los transmite en la conversación y expresión de sus sentimientos con gestos y caricias sin ninguna complicación”, explica Raúl Carvajal, sicólogo.
En cambio, los hombres no serían tan espontáneos. “Tal vez cuando están en pareja y se conectan con ese espacio de intimidad y de cercanía, se permiten una mayor expresión, sino se refugian en el trabajo y los deberes donde aparece el estrés y bajo esas condiciones, esconden o niegan lo que realmente les sucede”, afirma el sicólogo.
La conversación sería también un mecanismo de defensa cuando no se logra sacar todas las emociones que andan dando vuelta. “Las mujeres si no hablan se angustian y les genera mucha ansiedad y esto se debe, a que somos seres emocionales, hombres y mujeres, pero la pauta cultural dice que el hombre no puede andar expresando que está enamorado o que algo le pasa, porque iría en contra de su masculinidad”.
Distintas formas
Al parecer, hombres y mujeres se comunican de distintas formas, según relata Camila Gutiérrez, sicóloga. “El hombre lo hace de manera más práctica, con el objetivo de encontrar una solución a los problemas y también de competir. En cambio, la mujer se expresa para establecer los lazos sociales y afectivos”. Esta función explicaría el por qué las mujeres pueden hablar una o dos horas de un tema, “lo que están haciendo es fortalecer los lazos entre ellas”.
Por otro lado, el hablar no siempre se practica para buscar una solución a un problema sino que sólo con el ánimo de compartir experiencias, desahogarse y sentir al otro que escucha y contiene amorosamente. Será terapéutico, si es que no fomenta o alimenta conductas desadaptativas o difíciles.
Entonces no es que las mujeres hablen más sino que les encanta hablar de sus emociones en profundidad.
“Las mujeres les gusta hablar de sus problemas y no se sienten amenazadas de sus defectos. Mientras que ellos prefieren ser más recatados y reservados en el tema de los problemas y sus complicaciones”.
Un ejemplo de esta distinción, estaría dada en las temáticas que abordan las revistas que van dirigidas hacia mujeres. “Se focalizan en problemas y en dar soluciones más sicológicas. En cambio, las que están destinadas hacia los hombres se centran en datos técnicos. Son prácticas y más objetivas que subjetivas”.
Aunque esta distinción no sería una ley, ya que los polos femeninos y masculinos se han ido jibarizando en el tiempo. “Hay mujeres que son más prácticas y hombres que les gusta conversar largo”, subraya Camila Gutiérrez.
En ese sentido, el sicólogo Raúl Carvajal, propone que la sociedad debiera tener un discurso más abierto a los temas emocionales. “Los padres tienen la responsabilidad de mostrarse en la emoción, desde el jardín se debiera permitir la expresión de el miedo, la pena y decir te quiero sin conflicto, porque al inhibir la expresión emocional, uno se enferma. Somos un país con alto índice en patologías siquiátricas, y en gran medida, eso tiene que ver con la dificultad en la conexión emocional y en la expresión. Creo que somos analfabetos emocionales”.
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