Aquejado por una afección cardiaca que obligó a un trasplante de corazón, el Santi Cerón, como lo conocía el mundo de la rumba, murió en Nueva York a la edad de 70 años. “Nació en el mismo solar que yo nací, y canta como yo…. Que canto las melodías de los suburbios y dice como yo que le gusta mi cantar…”.
Cualquiera diría que con ese sabor o con ese melao, como entonaba él mismo en la que es sin duda una de sus canciones más sonadas: Mi lindo yambú, era un portorriqueño de esos que llevaban la salsa en las venas. Pero no, Santiago cerón 'el Santi', como le decían sus amigos y seguidores, nació en Santo Domingo, República Dominicana, la tierra del merengue.
Hoy martes, a los 70 años de edad y tras una cirugía de trasplante de corazón, el que es considerado el primer sonero dominicano, falleció en la ciudad de Nueva York, llevándose consigo esa voz lírica que lo encumbró en la salsa hasta el punto de compartir hombro a hombro tarima con las grandes estrellas de la Fania. “Las mujeres de La Habana hacen coro por saber que yo tengo en la garganta”.
El Santi Cerón, como se le conocía, no fue un cantante ni un compositor de esos que da el Caribe de forma natural. Se graduó con excelentes calificaciones del Centro de Bellas Artes, fue voz profesional de la radioemisora La Voz Dominicana, donde interpretaba canciones románticas, y fue la búsqueda del éxito lo que lo llevó a radicarse en la capital del mundo en 1.963, a los 22 años, donde tocado por el dios rumba tuvo la oportunidad de conocer y grabar con el legendario Arsenio Rodríguez y su Conjunto, entre 1964 y 1966, y luego ser invitado a hacer coros nada más ni nada menos que con la orquesta de Pete ‘Conde’ Rodríguez.
Hasta que llegó su gran oportunidad: en colaboración con Tony Pabón y La Protesta, graba su primer larga duración titulado: Salsa y Pimienta. En 1976 firma contrato con el sello Fania como cantante corista, güiro y maracas, y allí acompaña la orquesta de Héctor Lavoe y de Adalberto Santiago.
Pero cerón era un hombre de ambiciones y es ese deseo de salir adelante lo que lo lleva a iniciar su carrera como solista, en la década de los 80, firmando con el sello Mary Lou Records, donde grabaría varios trabajos que llevarían su nombre al estrellato internacional: Abriendo puertas, Navegando con sabor, Canta si va a cantar, todos ellos bajo la dirección musical de Luis Perico Ortiz, acompañado de una banda compuesta por quienes en ese momento eran considerados los mejores: Luis Mangual (Bongó), Eddie Montalvo (Conga), Charlie Rodríguez (Tres), Eric Figueroa (Piano), Eddie Guagua Rivera (Bajo), Cachete Maldonado, y las composiciones del Ramón Rodríguez, los arreglos de Loui Ramírez.
“Eres lo bello de una mañana, lo verde de mi ventana, la nueva luz que me baña, me levanta… eso eres, el filtro de un cigarrillo en su primer estribillo para alegrar mi garganta que te canta”, entonaba recientemente el Santi Cerón en su propia versión del éxito Eres, canción que interpretó con su orquesta, a comienzos de los 90, el asesinado vocalista bugueño Édgar Moncada. Ya para ese momento se dedicaba también a apoyar nuevos talentos, trabajando con disciplina y entusiasmo.
Hoy, los dos se han unido en el más allá para seguir coreando sus melodías, quizás junto a quienes fueron sus grandes inspiradores: Benny Moré, Tito Rodríguez y, sobre todo, Ismael Rivera, de quien él decía “era lo mejor que había”. Y quizás estará con su mismo sabor de siempre cantando: “Espíritu burlón… tú no puedes conmigo”. Porque si hoy se fue, su voz seguirá alimentando la rumba con todo ese melao que Santiago 'Santi' Cerón tenía.
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