Las Vegas distingue a sus viejos mafiosos, planean abrir un Museo del Crimen.

Buscando sumar ingresos por turismo, la ciudad rinde homenaje a quienes le dieron fama. Mientras tanto, su alcalde (foto) -un ex abogado que defendió a delincuentes-, planea abrir un Museo del Crimen. Ya hay polémica


Bares clandestinos, contrabandistas, mafiosos y rufianes les rinden homenaje a los bandidos que manejaron alguna vez Las Vegas en un par de atracciones que resaltan un pasado de la ciudad marcado por el crimen organizado.

Un espectáculo interactivo exhibe objetos y ofrece comentarios de gángsters de película como James Caan, Mickey Rourke y Frank Vincent en Las Vegas Strip, la arteria principal de la ciudad. Y el alcalde de Las Vegas Oscar Goodman, un abogado que defendió mafiosos, planea abrir este año un Museo del Crimen Organizado y la Policía de Las Vegas.

Las atracciones representan una especie de homenaje sin precedentes a los fundadores de la ciudad.

"Lo que nos distingue de cualquier otra ciudad es nuestra historia", expresó Goodman. "Esta es la historia del país".

Este oasis en medio del desierto que se hizo famoso por sus coristas, sus máquinas tragamonedas y sus juergas las 24 horas del día siempre ha celebrado su reputación de ciudad del vicio, pero sus lazos con el bajo mundo -el propio Goodman se interpretó a sí mismo en la película de mafiosos de 1995 "Casino"- se habían ocultado y en la última década se promovió una imagen de ciudad para toda la familia, con restaurantes de primera y espectáculos dignos de Broadway.

Ya no.

El casino y hotel The Tropicana, que alguna vez fue frecuentado por figuras del bajo mundo y hoy es conocido por sus habitaciones baratas, inauguró su nueva atracción "Mob Experience" (Experiencia con la Mafia) con una fiesta a la que asistieron la actriz Pamela Anderson y un puñado de descendientes de mafiosos, incluido el hijo de Tony "La hormiga" Spilotro, que inspiró el sanguinario personaje interpretado por Joe Pesci en "Casino".

El espectáculo ofrece el diario del mafioso Meyer Lansky, el revólver de Spilotro y fotos y vídeos familiares del mafioso con otros delincuentes. Los visitantes son recibidos por hologramas de tamaño natural de varios gángsters y tienen la posibilidad de ser "incorporados" a una familia de delincuentes.

El museo, costeado con fondos públicos, será abierto en diciembre en un edificio de tribunales donde en 1950 se realizó un proceso en el que salieron a la luz las actividades criminales de muchas figuras de Las Vegas.

El museo, de 42 millones de dólares, comenzó como una iniciativa que buscaba salvar uno de los pocos edificios históricos de la ciudad. Cuenta con una cantidad de objetos relacionados con la mafia, incluido un muro del sitio donde tuvo lugar la matanza del Día de San Valentín en Chicago, la única arma recuperada allí y la silla de una peluquería en la que fue asesinado el pistolero Albert Anastasia en 1957 en Nueva York.

"Esto no es una sátira. No hay trucos. Es un museo en serio", afirmó Goodman.

El museo explicará cómo funcionaban las operaciones de lavado de dinero e informará sobre la violencia de la mafia y sobre el papel que tuvo el crimen organizado en Las Vegas y en otras ciudades.

Se espera que las dos atracciones reciban cientos de miles de visitantes todos los años, atraídos en parte por la fascinación del público con mafiosos de la pantalla grande como los capos de "Goodfellas" y "El Padrino".

"La idea de que hubo gente que hizo cosas ilegales sin ser pillada y que controlaba todo aquí genera cierta emoción", declaró Alan Balboni, historiador de Nevada.

Ambas atracciones están rodeadas de controversias.

Una hija del mafioso Sam Giancana demandó a los productores de la Mob Experience del Tropicana aduciendo que violaron un contrato relacionado con la compra de muebles de Giancana.

También se dijo que los espectáculos eran demasiado respetuosos con los familiares de los mafiosos. La muestra pasa por alto las historias violentas de los mafiosos y los presenta como padres de familia atractivos. En una sala, un actor le pregunta al visitante cómo se debe castigar a un ladronzuelo de un casino. "¿Usamos la pala?", inquiere.

Hay quienes dicen que, a través del museo de la mafia, Goodman, un viejo aliado de los mafiosos, quiere hacer quedar bien a los delincuentes.

"¿Por qué estamos homenajeando a estos asesinos brutales?", preguntó William Donati, profesor de inglés de la Universidad de Nevada y autor de "Lucky Luciano: The Rise and Fall of a Mob Boss" (Lucky Luciano: El surgimiento y la caída de un capo de la mafia).

"¿Es esta la imagen de Las Vegas que queremos transmitir''', insistió Donati. "¿Qué más van a hacer? ¿Van a homenajear a los cárteles de las drogas de México?".

Para calmar a los detractores, en la creación del museo participaron historiadores, funcionarios públicos y policías.

Ellen Knowlton, ex agente del FBI basada en Las Vegas, dijo que en un primer momento temió que el museo pintase una imagen romántica de la mafia. Pero se enfocó en las consecuencias de las actividades de los mafiosos y convenció a coleccionistas e investigadores de que aportasen fotos, transcripciones de llamadas interceptadas y otros materiales de las investigaciones de los mafiosos.

"Si creías que la vida de los mafiosos era emocionante, no pensarás lo mismo al salir del museo", aseguró.

Igual que otras ciudades, Las Vegas tiene un rico historial de buscavidas y gángsters.

Las estafas y el lavado de dinero cobraron notoriedad mundial por personajes legendarios como Benjamin "Bugsy" Siegel, dueño del hotel Flamingo en la década de 1940, al que dio el nombre de una amante. El FBI lo relacionó con al menos 30 asesinatos.

Frank "Lefty" Rosenthal manejó los casinos Stardust, Fremont, Hacienda y Marina en Chicago.

A diferencia de otras ciudades en las que los mafiosos controlaban determinados barrios o actividades, en Las Vegas no había limitaciones y podían actuar mafiosos de todas las nacionalidades.

"Era una ciudad muy joven, donde no había élites que controlaban todo ni había que respetar tradiciones", expresó Michael Green, historiador del Community College of Southern Nevada que colabora con el museo de la mafia.

En la década de 1970 la ciudad le dio la espalda a la mafia y pasó a ser la meca turística que es hoy. Pero todavía hay quienes añoran el pasado.

"La mafia verdadera desapareció hace mucho tiempo", expresó el alcalde Goodman. "Por eso me hice alcalde. No tenía más clientes".



Fuente: AP

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