"Para que caiga el tabú de la muerte, esta tiene que reintegrarse a la vida", explica Jessie Westenholz, una de las organizadoras de la feria, que puntualiza que es tan importante ocuparse de la parte financiera y organizativa de la defunción como preparar una muerte "que se parezca al fallecido".
Para eso, en las galerías comerciales que pasan por debajo del Museo de Louvre, el Salón de la Muerte espera recibir a 25.000 visitantes que se acercarán a conocer las propuestas del centenar de expositores del rubro funerario, donde se ubican desde quienes ayudan a divulgar información sobre los cuidados paliativos o quienes se aproximan a la muerte desde la gastronomía, hasta aquellos que se preocupan por la ecología o las nuevas tecnologías.
Stépahanie Belland, fundadora de "2Day4Ever", explica que creó una página web que permite generar lo que llama "red-gramas", mensajes digitales que contienen imágenes, vídeos, texto y sonido y que se pueden enviar tanto ahora como en cualquier momento hasta dentro de 99 años, incluido el período postmortem. Dentro de su catálogo se ofrece también un caja fuerte virtual en la que "una persona mete todos sus nombres de usuario y contraseñas" y encarga a la empresa que, una vez su corazón deje de latir, la sociedad ponga esa información a disposición de la persona elegida para que pueda cerrar sus cuentas de Facebook, Hotmail, Gmail, Twitter o Tuenti".
Por su parte, la firma ABCremation ofrece ataúdes ecológicos de cartón reciclado decorados al gusto del consumidor y con tarifas competitivas, entre los 399 euros por el modelo básico hasta los 499 por el más elaborado. Es decir, la mitad que el precio de un tradicional féretro de madera.
El mundo del arte también tiene cabida en el rubro. Es el caso de Dawa y de su compañera Marie, que han encontrado en la decoración de lápidas con piedras de colores una forma de ampliar su cartera de clientes, que según algunos de los expositores, en Francia gastan entre 2.500 y 5.000 euros de media en sus exequias. "Recubrimos los monumentos funerarios con micro-mosaicos, tanto en mate como en brillo" porque "se ve que tenemos tendencia a estar tristes en los cementerios e intentamos aportar algo más alegre, más cálido", cuenta el artesano.
La firma Delicious, una marca de bombones de chocolate inspirada en las "calaveras mexicanas" creada en los años cincuenta, se ocupa del apetito de los asistentes al servicio fúnebre. Y para que la persona fallecida sea recordada para siempre,"Le Film d'un vie" se dedica a grabar la vida, o los mensajes que una persona quiera que reciban sus allegados.
Como recomiendan los organizadores de la feria, "si preparamos el matrimonio durante un año, ¿por qué no dedicar tiempo a la muerte por adelantado?".
Fuente: EFE
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