Mangaron el mutilador de la joven afgana

El retrato de Bibi Aisha, sin nariz ni orejas, dio la vuelta al mundo cuando la revista Time lo publicó en una de sus portadas. La policía de Afganistán detuvo a su suegro, uno de los responsables del ataque

Haji Suleman está acusado de haber incitado a sus hijos, el marido de la joven y su cuñado para que "vengaran" su fuga del hogar conyugal, algo que en Afganistán se castiga con penas de cárcel, aunque oficialmente el Código Penal no lo contemple.

Aisha intentaba huir de un matrimonio arreglado con un combatiente talibán cuando la capturaron y, con previa autorización del mullah talibán local, fue mutilada. Según The New York Times, el jefe de la policía reveló que el ahora detenido "la apuntaba con un arma en la cabeza mientras los otros hombres la desfiguraban".

Las autoridades explicaron la demora en el operativo. "Habrían sido necesarios  100 patrulleros para ir hasta el pueblo" de los agresores, se justificaron. Mohammed Gul, policía afgano, aseguró que prefirieron esperarlo en un lugar neutral. "Tarde o temprano todos tienen que ir al bazar en el distrito de Chora (en el sur de la provincia de Oruzgan). Cuando el suegro apareció, lo estábamos esperando", detalló.

El detenido, sin embargo, asegura que no incitó a su hijo "a nada", y que fue el propio padre de la chica quien ordenó que se la matara por haber deshonrado de tal manera a la familia.

Aisha, que ahora tiene 20, vive en Brooklyn, a la espera de que médicos de EEUU le reconstruyan el rostro (ver nota relacionada). Afirma además que  no volverá a Afganistán para testificar contra su familia porque nadie podría garantizar su seguridad.

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