Van de un lado a otro, pudiendo comenzar alguna tarea, pero que abandonan rápidamente para comenzar otra, que a su vez, vuelven a dejar inconclusa. Esta hiperactividad aumenta cuando están en presencia de otras personas, especialmente con las que no mantienen relaciones frecuentes. Por el contrario, disminuyen la actividad cuando están solos.
De acuerdo con Rosanna González, sicóloga infanto-juvenil del centro Vida y Familia, este trastorno se detecta antes de los siete años y unos niños tienen síntomas más graves que otros y suelen ser inquietos y nerviosos, a los que se les hace muy difícil fijar su atención, ya que pocas veces pueden mantener durante mucho tiempo el interés en algo, con lo que suelen tener problemas de rendimiento escolar a pesar de poseer un coeficiente intelectual normal. “Son muy impulsivos y a veces desobedientes, no suelen hacer lo que sus padres o maestros les indican, o incluso hacen lo contrario de lo que se les dice. “En general, son niños incapaces de estar quietos en los momentos que es necesario que lo estén”, expresa.
La experta comenta que es importante distinguir un niño hiperactivo de un nño rebelde. Dice que el niño con este trastorno presenta mucha dificultad para mantener la atención en una tarea larga, para atender selectivamente, dificultad para acabar tareas ya empezadas, incapacidad para inhibir conductas, dicen siempre lo que piensan y no se reprimen.
“El tratamiento dependerá de cada caso individual. En la actualidad, podemos disponer de tres modalidades para ayudar al niño: la farmacológica, la psicológica y la educativa”, sostiene González.
Cómo tratar al hiperactivo. Un niño hiperactivo suele causar muchos problemas en una familia. Si los padres riñen exageradamente el niño hiperactivo puede estar fomentando un déficit de autoestima y realimentar el trastorno, ya que el pequeño acabará por no esforzarse por portarse bien, pues verá que siempre acaban riñiéndo haga lo que haga.
El tratamiento psicoterapéutico está destinado a mejorar el ambiente familiar y escolar, favoreciendo una mejor integración del niño a la vez que se le aplican técnicas de modificación de conducta. Un niño hiperactivo necesita la estabilidad emocional de sus padres. La familia debe poseer grandes dosis de autocontrol y paciencia, y deben recordar que son ellos quienes mandan en casa.
El tratamiento de estos niños suele basarse en ejercicios que potencien la concentración mental y la relajación como hábito saludable. El objetivo es que el niño hiperactivo aprenda a controlar sus explosiones de ira cuando no obtiene sus caprichos, y su ansiedad o nervios, así como su tendencia a despistarse fácilmente.
Hay que tomar medidas para poder entender a estos niños
Como podemos ayudarlos y como disiplinarlos
De acuerdo con los expertos, una manera efectiva de modificar el comportamiento de un niño es a través de la ayuda educativa regida por premios, castigos y un juego de fichas. Para un niño un premio es algo agradable que desea alcanzar, de tal modo que hará lo que sea por conseguirlo.
Las actividades que más le gustan al niño y que habitualmente suele realizar, como pueden entretenerse con sus juguetes, ver la televisión o ir al cine con sus primos pueden entenderse y emplearse como un premio.
Los castigos implican privar al niño de algo que le agrada o forzarle a hacer algo desagradable. Puede resultar eficaz, pero no siempre elimina las conductas inapropiadas en el niño hiperactivo. El castigo puede ser útil para controlar ciertas conductas temporales, pero a largo plazo carece de eficacia.
Otra técnica consiste en dar puntos negativos o positivos en función de si se cumple o no cierta conducta. Cada punto negativo elimina el valor del punto positivo. El número total de puntos se canjeará por distintos premios. Por: Ivelisse Santos/elcaribe.com.do
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