Nelson peña presidente del Desfile Dominicano defiende integridad, acusa enemigos de querer destruirlo



NUEVA YORK._ El activista Nelson Peña, presidente del Desfile Nacional Dominicano, defendió la integridad de la institución y acusó a los tradicionales enemigos de la comunidad de querer destruirlo, al tiempo que anunció que pedirá una investigación al Departamento de Fraudes de la ciudad en relación a la presidenta de la Asociación de Inquilinos que administra el edificio donde fue cerrada la oficina de la entidad. Hablando esta mañana en rueda de prensa y junto a otros directivos del desfile, Peña resumió la trayectoria del evento, diciendo que en las décadas de los ochentas y noventas, facciones enfrentadas se peleaban por el control de la institución y que fue a partir de que asumió la presidencia que comenzó a ganar respeto, dignidad y orgullo.


Negó versiones de la asociación de inquilinos en el sentido de que él tuvo que entregar el local porque tenía una deuda de $27 mil dólares y aclaró que esa deuda era responsabilidad de otros, pero que él se hizo responsable a pagarla, aunque no pudo.

“Este desfile, desde que yo llegué a la presidencia, ha apoyado a todos los líderes dominicanos y ha rescatado el sitial que le corresponde a la comunidad, pero no es un secreto que hay un grupito que se da a la tarea de tratar de detractar a la organización y a mi persona específicamente”, agregó Peña.

Indicó que el desfile compró el local en 1997. Explicó que el edificio pertenecía a la ciudad, pero había una deuda de la señora Ana Suazo con el Departamento de Viviendas, donde se enviaba directamente el pago. Esa agencia nos envió una notificación hablando de la deuda y asumimos el pago de $43 mil dólares, de los cuales pagamos $23 mil, quedando en saldo menos de la mitad.

“Pero llegamos a una etapa en la que no pudimos seguir pagando. El edificio se le iba a dar una entidad controlada por afro americanos, por lo que luchamos a favor de que fuera a la Asociación de Inquilinos que hoy nos acusa de morosos y chantajistas”, sostiene Peña.

Relató que después de ponerse en contacto con un funcionario de origen puertorriqueño, se reunió con éste, quien le explicó a Peña que la ciudad no podía entregarle a él el edificio porque no reside en el inmueble y tenía una licencia comercial.

Peña narró que pidió al funcionario entregar el edificio a la Asociación de Inquilinos, porque en su mayoría son dominicanos. “Pero estamos en un mundo lleno de ingratos y malvados”. Indicó que la señora Austria Sánchez, que preside la asociación, vive en un apartamento con renta controlada, es casada, propietaria de una bodega en El Bronx, una casa en Pensilvania y recibía ayuda del gobierno, por lo que se aprovecha de ese tipo de renta que es para personas de bajos ingresos en beneficio de ella.

Explicó que cuando le pidió a la señora Sánchez hacerle un contrato de alquiler al desfile, se negó a ello, alegando que la asociación no hace ese tipo de acuerdos con instituciones. “En ese edificio hay anormalidades. El apartamento de la fallecida señora Juana Castro, lo están negociando y era la madre de la tesorera de la asociación de inquilinos, Miriam Castro. Otra señora, Ramona Araujo del apartamento 21, recibe Sección 8 en El Bronx y tiene un hijo viviendo ahí. Esas y otras anomalías que se nos estaban informando, las íbamos a denunciar con documentos, porque eso se llama fraude y corrupción, pero a la presidenta de los inquilinos no le convenía y por eso, decidió sacarnos del local donde estuvimos por 13 años”.


Peña reveló que junto a su abogado presentará una querella la semana próxima en el Departamento de Fraudes para que se investigue a la señora Sánchez sobre las anomalías en el edificio y el golpeo contra el desfile.

Aclaró además que la deuda total no era de $27 mil dólares, sino de $19,700 de los cuales pagó $11 mil con un cheque certificado, pero rechazaron ese pago, diciendo que la deuda tenía mucho tiempo y que exigían todo el dinero y el juez no fue flexible. “No teníamos los $8 mil restantes, perdimos en el caso en la corte y le pedimos al juez que nos diera la oportunidad de mudarnos y lo hicimos, por lo que no ha habido ningún desalojo como dijera un periodista dominicano en Nueva York”.

Dijo que el periodista José Acosta de El Diario / La Prensa, se ha prestado a publicar mentiras, denostar el desfile y no investigar lo que se le filtra en perjuicio de la imagen del comité organizador y especialmente la del presidente. “Ese periodista, parece que es enemigo del desfile y la dominicanidad”, criticó Peña y mostró recortes de periódicos en los que el reportero del matutino local tiene un record de difundir invenciones como las de que en algunos desfiles ha habido enfrentamientos grupales con saldos de heridos y arrestados.

El citado periódico, explicó Peña, no envió ningún representante a la conferencia de prensa a pesar de que el medio fue invitado desde el viernes pasado. Reclamó su derecho a réplica y manifestó que cada año, después que pasa el desfile pide un reporte a la policía para evaluar lo positivo y lo negativo del evento.

Negó también que él y los demás directivos se dediquen a amenazar o a chantajear a nadie y anunció que próximamente se inaugurará un nuevo local del desfile en la misma área, además de que los festivales que cada año se hacían en la calle 190 y avenida Amsterdam, un día antes y un día después del desfile, serán reanudados en el 2010.

Rechazó que se haya lucrado personalmente del dinero del desfile y sostuvo que no es dado a publicitar las obras sociales y de caridad que hacía desde la oficina de la entidad, que son muchas, incluyendo la donación de uniformes a equipos juveniles de béisbol y cooperación a pobres para compra de medicinas y funerales de parientes.

No duda que funcionarios influyentes como Guillermo Linares hayan podido estar detrás de ciertas maniobras para hacerle daño al desfile y él en lo personal por enfrentamientos anteriores y apuntó que “hasta el padre Fajardo a quien apoyó cuando iba a la oficina a vender libritos, se prestó para conspirar y quiso registrar un comité de desfile paralelo”.

Reveló que ya no es el mismo Nelson Peña de los años ochentas y noventas, época en la que se le importaba irse a los puños con cualquiera, que ha madurado como hombre, activista, dirigente y ser humano y que ha sido, como muchos, víctima de equivocaciones y errores pasados.

“Pero aún así, se que los enemigos de la dominicanidad, de la cual soy un defensor radical, me crucificarían, aunque me vean con una hostia y una sotana”, terminó diciendo Peña.

Miguel Cruz Tejada
 El Nuevo Diario

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