Mao, atardecer entre los ríos



CUANDO ERA INSPECTOR DE EDUCACIÓN EN LA DÉCADA DEL 20, EL POETA RAMÓN E. JIMÉNEZ, LA BAUTIZÓ COMO CIUDAD DE BELLOS ATARDECERES
Mao,Valverde.- Mao, la ciudad de los bellos atardeceres, es un ardiente romance entre el sol que besa la tierra y el regadío natural que sopla sus partos de arroz y banano. Mao, voz indígena que significa “tierra entre ríos” es un galanteo eterno entre la tradición y heroicidad con sus activas venas comerciales y el bateo y corrido del entretenimiento.
El municipio cabecera de la provincia Valverde, desde donde se aprecia el más espléndido y generoso crepúsculo, es el único lugar del país que pinta de rojizo la llanura hasta abrazarse con el azul del cielo. ¡Ah! Es la puerta de entrada a la Línea Noroeste que alimenta de chivo guisado y al horno a sus visitantes.
En Mao decidimos caminar.
Hurgar entre sus parques y balnearios. Recorrer aceras colmadas de gente y evadir uno que otro motoconcho.
Seducidas por los patrióticos capítulos de su historia y la confirmación de ser cuna del Movimiento 14 de Junio, nos dirigimos al lugar donde los tiempos soplan desarrollo y crecimiento.
En Mao hay dos universidades (a la UASD le urge local) donde la matrícula femenina supera el 70%. Una muestra de las iniciativas económicas es la admirable organización y novedades de la Expo Valverde 2009, feria multisectorial cuyo lema “Emprendedores con alta calidad” copará desde el 29 de octubre al 1 de noviembre el Complejo Deportivo Mao’97, bajo la tutela de la Cámara de Comercio y Producción de Valverde.
Un conjunto de elementos hace grande una ciudad territorialmente pequeña.
En el Parque Centenario mucha gente se airea frente a la tarja que reza “La grandeza de ser noble”. Lo triste es que frente al mismísimo busto de Duarte se bebe hasta las tantas y peor, se curan “necesidades” que raya en el vaho . La ruta al Complejo Turístico Agua Azul es larga y premia con una piscina dotada de discoteca, bares, juegos y vestidores amplios.
Cada fin de semana, hay cola para entrar por la cantidad de excursiones que llegan desde distintas provincias. Allí libérese del estrés en la amplia e higiénica alberca que rodea la heladería.
Muchas bodas y cumpleaños se festejan aquí. Antes de subir al complejo donde se celebraron los juegos nacionales Mao’97, dese una vueltecita por El Mesón, restaurante de Lucia Balbuena y su hijo donde sirven desde un churrasco hasta chivo liniero.
Un mural del pintor Omar Martínez resguarda los traguitos compartidos en el bar. Aquí se cobija parte del compadreo nocturno. Otra cuota se explaya muy bien en los bares Drole Bar and Grill, Peter Place, El Tunel y La Esquina del medio.
Buena vibra también se siente en la cofradía de Los Jurones Mountan Bike, un grupo de ciclistas maeños.
Es la séptima versión de la feria y la primera en ser dirigida por una mujer. Raquel Minier Mena, empresaria y presidenta de la Cámara de Comercio, revolucionó los anteriores estilos de operación. En esta entrega de encuentros comerciales, sin obviar el entretenimiento, sobran las expectativas en torno a los planes de Minier.
Por ejemplo, el área será peatonal y los visitantes subirán en coches desde el estacionamiento hacia el recinto ferial. Hay charlas formativas (con expositores nacionales e internacionales) focalizadas para diferentes públicos profesionales, incluyendo jóvenes a capacitar en alfabetización financiera.
Para la infancia se habilitó un área de juegos y las presentaciones artísticas tendrán una tarima más amplia. Para bien, la nueva presidenta, ha roto esquemas, enfatizando el orden, y la capacitación.
Si vas a Mao y no comes chivo ¿a qué fuiste? Anota la pista, detrás de un caserón viejo, en una cocina limpísima se guarece el demandado sazón del chivo criollo y raciones de mondongo.
En una sencilla enramada de madera, donde se acomodan militares de varias rayas, se sirven las recetas de doña Celeste Rosario Rodríguez, en cuyo comedor no falta el potecito de agrio y los caldos “levantamuertos” de “pata de vaca” que hacen sudar a generales. En la brega de la cocina Celeste lleva cuarenta años. En su cocina no hay espacio para reguero ni sucio. Pacientemente quita la grasa al mondongo que a su juicio viene a comerse “gente apeada de un avión de Nueva York”.
Maeña de nacimiento, doña Celeste alaba la hermandad que no ha dejado morir la gente de su tierra. ¡Ah! si anda en “bola” y lo dejan, no se lamente, pues los autobuses identificados con el letrero “Bello atardecer” le regresan velozmente.
No se marche sin admirar la escultura al machetero heroico que hace un año se erigió en la puerta de la Fortaleza Benito Monción. El pueblo anónimo que peleó su libertad es reivindicado en el personaje vecino de la Plaza General Benito Monción, donde se exalta a los héroes noroestanos de la Restauración como Santiago Rodríguez, Francisco Salcedo, José A. Salcedo, Fernando Valerio, Gaspar Polanco, Marcelo Carrasco, Pedro A. Pimentel, el propio Monción, entre otros. La estatua fue traída por la Secretaría de las Fuerzas Armadas desde Puerto Rico.
Con amistades o de la mano del amor, sumérjase en las frescas aguas de los balnearios que enfatizan la fama de Mao. Hay estanques para escoger, sólo asesórese con la gente que vive y ama a Mao.
Mao, Valverde, es la capital del Noroeste. Su produción de banano orgánico es la más grande del país. Los municipios Mao, Esperanza y Laguna Salada pertenecen a su provincia agrícola irrigada por los ríos Mao, Yaque del Norte y Amina.
Manuel Rodríguez Bonilla, miembro del Comité de Historia de Mao, informa que el municipio tiene el mérito de ser el primer lugar del país donde se utilizó el riego organizado para fomentar la agricultura y pionero en cultivar arroz mediante regadío.
Rodríguez rememora el 1919 cuando se inauguró el canal que construyó el belga Luis Liberto Bogaert y tres años más tarde, productores maeños aglutinados en la “Sociedad de Regantes de Mao” construyeron un segundo canal en 1923, transformando económica y socialmente el municipio, hasta convertirlo en uno de los puntos de mayor producción arrocera y bananera nacional.
En 1933 el Gobierno construyó en la entrada, sobre el río Yaque del Norte, el primer puente colgante del país, el cual luego fue sustituido por el actual. Mao celebró su centenario en 1982, siendo el mayor evento artístico-cultural realizado hasta ahora. En 1997 fue sede de los Juegos Deportivos Nacionales, por lo que cuenta con una moderna ciudad deportiva para practicar varias disciplinas.

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