El presidente Leonel Fernández, “sigue en sus aguas” mediante sus viajes intercontinentales, dando cátedras sobre la forma de solucionar los problemas del mundo, mientras en su país niega el 4% del PIB a la educación, millares de niños carecen de aulas y el desayuno escolar es un peligro debido a las recurrentes intoxicaciones.
En nuestro país hay un alto déficit habitacional, la energía eléctrica es la más cara y deficiente del mundo, el agua no es potable y escasea, las tasas de pobreza y desempleo son elevadas, no hay seguridad social, la corrupción administrativa es rampante y el narcotráfico y la delincuencia resultan preocupantes.
En estos momentos, adicionalmente, observamos un proceso inflacionario, casi generalizado, en bienes y servicios, que afecta el poder adquisitivo de la gente, sin que se vislumbre compensación, a través de alza de sueldos y salarios.
No sé si alguien ha visto al gobernador del Banco Central conducir un carrito en un supermercado, comprando los productos de la canasta familiar, con calculadora a mano, midiendo los porcentajes en las alzas. Y es que subió la leche, el café, el arroz, huevo, plátano, ajo, aceite, bacalao, carne, marisco y pollo, habichuela, salsa, vegetales y detergentes.
Subió la tarifa del deficiente servicio eléctrico, los pasajes urbanos, interurbanos y aéreos. Y esperemos nuevas alzas en los colegios y los libros de textos. El espacio resulta insuficiente para enumerar muchos bienes y servicios afectados por la inflación.
Pero me llamó la atención la noticia de un amigo mujeriego: “¡Tú no sabes que subieron las cabañas”! “Les metieron un 20% a las ejecutivas y a las económicas y ofreciendo, como siempre, un pobre servicio: un papel de baño que nunca uso, una tablilla de jabón de cuaba, dos condones, dos desgastadas toallitas y dos horas de duración, independientemente de que haya o no tenido orgasmo”. ¡Es el colmo!
Por: Danilo Cruz Pichardo Tomado de: Desde la Republica Dominicana