De la chancleta al Wi-Fi: así han cambiado los castigos de las madres Dominicanas

Este Domingo se celebra el Día de las Madres en República Dominicana, una fecha dedicada a honrar a esas mujeres que hacen todo por amor a sus hijos. Son las que resuelven cualquier imprevisto, se las ingenian con poco presupuesto y, cuando de

educar se trata, también saben ponerse firmes. Porque si hay algo que las caracteriza, es su empeño por formar a sus hijos… incluso con uno que otro castigo.

Y es que los castigos, aunque hoy se apliquen de forma distinta, siempre han estado presentes. Han cambiado con los tiempos, pero el objetivo sigue siendo el mismo: enseñar. Aquí te contamos los más emblemáticos de antes… y sus versiones modernas.

Antes: Uno de los castigos más populares era hincarse. A veces con las manos arriba, con libros en ellas, o incluso bajo el sol por unos minutos.

Ahora: Hoy no hace falta una esquina para castigar: basta con apagar el internet. La frase “Te voy a quitar el Wi-Fi” genera el mismo pánico (o más) que un chancletazo.

Una semana sin jugar vs. una semana sin celular o Tablet

Antes: Castigo era no poder jugar a la cuerda, al topao o al escondido. Las tardes sin salir eran eternas.

Ahora: Castigo es quitarles el celular o la tablet. La conexión con sus amigos, sus juegos en línea y las redes sociales son su patio virtual.

Antes: Los muñequitos tenían horario. Si te portabas mal y te los quitaban, había que esperar al otro día.

Ahora: Netflix, YouTube y plataformas similares están al alcance de un clic… hasta que mamá dice “se acabó la pantalla”.

Antes: Bastaba con ver a mamá levantar la chancleta o la correa para entrar en pánico.

Ahora: Algunas madres prefieren esconder el PlayStation, desconectar el Wi-Fi o bloquear apps.

¿Por qué se castiga?

Los castigos son consecuencias que se aplican cuando se comete una falta. Aunque hoy se promueve más el diálogo y la crianza respetuosa, las madres —de ayer y de hoy— han aplicado medidas correctivas basadas en lo que más impacta a sus hijos según la época. Lo importante es que, en cualquier generación, el objetivo siempre ha sido el mismo: formar personas responsables. Fuente: Merilenny Mueses Visto en: Santiago30caballeros.com