¿Pones demasiada sal a tus comidas? Conoce por qué es importante reducir su consumo

El consumo excesivo de sal es un hábito común en muchas dietas, pero sus efectos en la salud pueden ser más perjudiciales de lo que imaginas. Aunque es un ingrediente presente en casi todas nuestras comidas, ¿realmente sabemos por qué es crucial reducir su consumo a diario? 
En la vida diaria, la sal es un ingrediente que utilizamos casi sin pensar, desde sazonar nuestras comidas hasta el consumo de productos procesados. Sin embargo, la cantidad de sal que consumimos a menudo excede lo recomendado, y sus efectos en nuestra salud pueden ser más complejos de lo que creemos. Reducir su ingesta no solo podría tener un impacto directo en cómo nos sentimos, sino también en nuestra vitalidad a largo plazo. No obstante, ¿te has preguntado cuáles son los riesgos del consumo elevado de sal? 

Según la nutricionista Sara Abu Sabbah, el consumo excesivo de sal tiene consecuencias negativas en la salud. El principal riesgo asociado con una ingesta elevada de sal es el aumento de la presión arterial. Una presión arterial alta es un factor determinante para el desarrollo de enfermedades, como los accidentes cerebrovasculares, que pueden afectar funciones cerebrales y, en algunos casos, dejar secuelas irreversibles. Es por esto que cuidar nuestra ingesta de sal debe ser una prioridad para prevenir estas complicaciones.

Aunque no seas una persona hipertensa ni tengas sobrepeso, un consumo elevado de sal o sodio durante un período prolongado, como 10 años, puede aumentar el riesgo de desarrollar hipertensión arterial. De hecho, según estimaciones, el 76 % de la sal que ingerimos proviene de productos procesados que contienen altas cantidades de sodio, aunque no siempre sean percibidos como salados. Un ejemplo claro de esto son algunos productos dulces, que, a pesar de su sabor, contienen aditivos alimentarios ricos en sodio, lo que contribuye silenciosamente al total de nuestra ingesta diaria de sal.

La especialista precisa que, aunque no existe un requerimiento estricto de sal en la dieta, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda no exceder una cucharadita de sal en el total del día. Esta cantidad es suficiente para cubrir las necesidades básicas de sodio del organismo, sin aumentar el riesgo de problemas asociados al exceso de sal, como la hipertensión.

Es importante entender que no solo los alimentos procesados y envasados tienen un alto contenido de sal. Las comidas preparadas en la calle, como las de algunos restaurantes o puestos de comida rápida, también suelen contener niveles elevados de sodio. En muchos casos, no es posible medir visualmente la cantidad de sal en estos alimentos, pero se puede percibir el exceso de sal una hora después de haber comido, generalmente a través de una intensa sensación de sed.

Entonces, ¿cómo podemos reducir nuestro consumo de sal? Un primer paso importante es identificar los alimentos que contienen grandes cantidades de sodio. Si consumes productos como bebidas gaseosas, alimentos empacados que llevan octógonos de advertencia o comidas rápidas, es esencial empezar a reducir estos productos. No solo son pobres en nutrientes, sino que también aumentan tu consumo de sal innecesariamente. Es recomendable, siempre que sea posible, optar por comidas caseras, que ofrecen mayor control sobre los ingredientes y el contenido de sal.

Si eres de los que habitualmente consume alimentos muy salados y no te has dado cuenta del alto nivel de sodio en tu dieta, puedes comenzar a reducir gradualmente la cantidad de sal que usas. Por ejemplo, si sueles agregar una cucharadita de sal a tus preparaciones, intenta usar solo tres cuartos de cucharadita durante unos días, luego reduce a media cucharadita y, finalmente, ajusta la cantidad para que el sabor sea agradable, pero sin exceder los límites recomendados. En este proceso, es útil eliminar el salero de la mesa para evitar la tentación de añadir más sal a tus platos.

En resumen, aunque la sal es necesaria en pequeñas cantidades para dar sabor y equilibrar la dieta, la mayoría de las personas consume más de lo recomendado sin ser conscientes de ello. Al reducir gradualmente el consumo de productos procesados y aprender a cocinar con menos sal, podemos cuidar mejor nuestra salud y prevenir problemas como la hipertensión arterial. Fuente: Andrés Gallegos rpp.pe/ Imagen Freepik

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