Este desarrollo en implantes electrónicos también podría aplicarse en el futuro en el ámbito de la telemedicina, cuya importancia ha quedado de manifiesto con la pandemia por el nuevo coronavirus COVID-19.
Para la ciencia, instalar un dispositivo wearable en el cuerpo permite la reducción de interacciones entre humano y máquina, lo que permite acortar tiempos que se utilizan en acciones muy repetitivas en el día a día como abrir puertas o hacer pagos al comprar.
En la actualidad estos implantes se usa principalmente en tres ámbitos: para viajar en diferentes medios de transporte, en accesos a recintos y como medio de almacenamiento de información privada.
"Hemos pasado de tener ordenadores muy grandes a móviles y wearables. El siguiente paso es un dispositivo implantable", explica Juanjo Tara, cofundador y CTO de Dsruptive. Esta compañía sueca vende cada mes cerca de 1.000 dispositivos NFC.
El procedimiento para instalarlo es muy similar a hacer una perforación corporal. Hay entrada y salida de la aguja y se deja una joya decorativa. En este caso se mete el dispositivo y queda dentro cuando se saca la aguja. "Es una incisión pequeña que se cierra por sí sola y no es nada peligrosa, como si fuera una extracción de sangre.
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