Por La Prensa Gráfica / GDA El metabolismo de la mujer va cambiando con el paso de los años. Por ello, no es posible recomendar una clave nutricional única para mujeres de todas las edades.
El camino es llevar una alimentación balanceada en todas las etapas de su vida.
Por ejemplo, en mujeres de 20 a 30 años, el metabolismo es rápido y el gasto calórico suele ser elevado; por ello, es recomendable hacer cinco comidas al día: desayuno, merienda, almuerzo, merienda y cena.
De igual manera, se pueden consumir todos los grupos de alimentos todos los días. En este sentido, los alimentos recomendados son: las carnes magras, los pescados, los huevos y las legumbres cocidas. Los lácteos bajos en grasa, así como las frutas y vegetales también se unen a la lista.
A partir de los 30 años, el metabolismo cambia. En esta etapa se presentan los primeros indicios de desequilibrio hormonal y la retención de líquidos es común en la segunda fase del ciclo menstrual; asimismo, el gasto calórico desciende.
Con atención a estos cambios, se sugiere consumir todos los grupos de alimentos, con especial atención a las proteínas. Así, incluye carnes blancas, pescados y legumbres. También se debe aumentar la hidratación, el consumo de fibra; mientras tanto, el consumo de sal debe evitarse para contrarrestar la retención de líquidos.
Desde los 40 años, el descenso marcado de estrógenos ocasiona desequilibrios hormonales, y a causa de la disminución del metabolismo de las grasas, se incrementa la retención de líquidos y la grasa se acumula en zonas localizadas, como, por ejemplo, en el abdomen. De ahí que en esta década es vital controlar el colesterol y evitar la osteoporosis.
Algunos de los consejos nutricionales durante estos años son: consumir porciones racionadas de frutas y verduras, pues son una rica fuente de fibra y antioxidantes. También, selecciona alimentos ricos en omega-3, como el pescado, las espinacas o los frutos secos. Reducir el consumo de sal también es una medida nutritiva.
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